17.Nat despierta.

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Natalie se revolvió en la camilla

- ¿Félix? - balbuceó Natalie.

- ¿Mmm...? -se revolvió en sueños Félix.

-Félix- le movió.

-Qué...? -miró cansado hacia arriba, pero luego volvió a apoyar la cabeza, entonces se percató de que Natalie había despertado y levantó la cabeza de un golpe.

- ¡Natalie! - la abrazó con fuerza.

- ¡Cuidado! que estoy frágil.

-Si solo te has cortado.

-Sí, pero me acabo de despertar- en la miró y se rio.

-Ahora vuelvo, voy a avisar de qué has despertado.

-Vale.

Salió de la habitación y paró a una doctora que pasaba.

-Ya ha despertado.

-Vale, voy a llamar al médico.

Volvió a entrar en la habitación con Natalie.

-Me alegro de que estuvieras tú y no otro.

- ¿Por?

-Porque eres mi hermano.

-Pero yo no he estado contigo.

-Tal vez como un hermano no, pero como un "amigo mayor" sí.

-Me hace bien escucharte decir eso- la abrazó con ternura.

Entonces el doctor entró de golpe.

-Perdone, tiene que irse.

-Vale- le dio un beso en la mejilla-te quiero mucho.

-Y yo a ti-Félix se fue.

-Ahora tenemos que hacerte unos análisis para ver si lo que tienes infección o no.

-Vale.

- ¿Ese era tu novio? - dijo con cara de desaprobación.

-No...era mi hermano-respondió como sin entender el sentido de la pregunta- ¿tengo que ir andando?

-Si puedes, inténtalo.

-Vale- la chica bajó de la camilla y empezó a andar.

- ¡Ay!

- ¿Qué pasa? ¿Te duele? - dijo algo extrañado.

-Me escuece la herida.

-Traeré una silla de ruedas, espera aquí sentada y salió de la habitación.

El doctor tenía un aspecto y aura que intranquilizaban a Natalie.

Salió al pasillo a mirar. Vio a una chica, tal vez una enfermera, pasar.

- ¿Ya has despertado?

-Sí...- estaba confusa.

- ¿Estás mejor? - dijo con una sonrisa angelical.

-Si- dijo asomando una sonrisa.

- ¿Pues andar?

-Sí, pero me escuece la herida de la pierna- la enfermera le transmitía una increíble paz.

-Ven, vamos a ir a comprobar si tienes infección, a ver si se puede coser o no- Natalie no sabía si esperar al otro médico o ir con ella, pensó en la calma que transmitía ella, a diferencia del doctor.

-Vale- la chica le ofreció el hombro y la llevó hasta una sala.

-A ver, siéntate aquí.

Cogió un bote.

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