22.La he visto antes.

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Debby entró por la puerta apresurada.

-Hola, soy Debby – sonrió.

-Ah, sí, la novia de Félix – la miró como analizándola de pies a cabeza.

-Si, ...siento la tardanza.

-Pasa, todos te están esperando desde hace un rato- dijo con antipatía.

-Gracia... – dijo confusa, ella siempre era muy amable con Luna.

Entró y Natalie y Lydia se apresuraron a ella preocupadas.

- ¿Todo bien?

-Sí, sí, ahora hablamos.

Se acercó a Félix que estaba con los coordinadores.

-Hola, lo siento mucho por tardar, se me fue la hora...

-No pasa nada, pero vámonos ya – dijo la coordinadora con una sonrisa amable y se adelantó para guiar al grupo.

- ¿Qué te ha pasado? – preguntó Félix.

-No lo sé, yo...

-Vamos chicos, daros prisa – gritó la encargada.

Todos salieron y montaron en el autocar.

Allí Debby explicó a los tres la extraña experiencia que había tenido. Al salir de la casa se había cruzado con una mujer que le resultaba conocida.

-Me miraba fijamente, y yo de devolví la mirada durante unos segundo, luego desapareció y me vine. Y cuando estaba llegando me di cuenta de la hora. Tal vez absorta en mis pensamientos conduje de manera automática y me fuera por un camino más largo.

- ¿Recuerdas cómo era la chica?

- He intentado recordarla, pero solo recuerdo cosas muy genéricas. No era muchos más baja que yo, pelo verde y corto...

- ¿¡ALMA!?- gritaron sorprendidas Lydia y Natalie – pero ¿por qué te haría eso?

- ¿Quién?

-En el hospital....

-Natalie, no recuerdo nada de ese día, es decir, se lo que pasó y todo, pero no tengo imágenes claras y específicas de ese día...

-Creo que le ha borrado la memoria, pero ahora lo importante es saber por qué – dijo Lydia con seriedad.

-Si...

-Ya hemos llegado – sonó la voz de la encargada- voy a por las entradas.

El tema se zanjó ahí. El resto de la tarde fluyó correctamente, los jóvenes se divirtieron con la película y luego a la vuelta hicieron una pequeña yincana, para comprobar la atención que habían prestado en la película. Debby se lo pasó muy bien siendo ella misma sin máscara y esa naturalidad la notaron todos, que terminaron quedando encantados con la joven, y los amigos de Natalie le pidieron a Debby que por favor volviera a verlos y pasar tiempo con ellos.

Cuando volvieron a casa se encontraron a Trent que les pidió quedarse un tiempo más en su casa, ya que tuvo algunos roces en casa de su hermana y se había vuelto a quedar sin casa. Ellos aceptaron entre risas a cambio de que les contara todo lo que había pasado.

Las semanas siguieron pasando y los recuerdos de Alma cada vez eran menores, poco a pocos todos la fueron olvidando. El único que no perdió la memoria era Samuel. Fue al hospital, pero nadie sabía nada de ella, parecía que nunca había existido, era un fantasma y terminó perdiendo la esperanza de encontrarla.

El tiempo seguía pasando y todos iban mejorando sus habilidades, creado nuevos trucos. Todo parecía ir bien. Natalie seguía sin hablar con Tobías, por mucho que él le enviara mensajes, la llamaba, ella nunca contestaba, llevaba más de un mes sin verle siquiera. Por otro lado, Azahara y Dylan habían empezado a salir, aparentemente todo iba bien, pero, Dylan seguía ligando y tonteando de vez en cuando con alguna que otra chica que le hacía ojitos, aunque nunca llegaba a nada, no pasaba de un tonteo. Dylan creía que Azahara no sabía nada, pero la realidad era la contraria, ella era consciente, pero por alguna razón ella nunca le reclamaba nada y de hecho en más de una ocasión le escusaba y se escudaba en que él nunca llegaba a nada con ellas.

El día de la fiesta de cumpleaños de Debby, Tobías frustrado por su situación con Natalie decidió ir a verla con ayuda de Aria, para hablar las cosas cara a cara y aclarar todo.

Félix había organizado una pequeña fiesta en local en el que entrenaba.

-Gracia – Debby se tiró a los brazos del Félix.

-Esto es por ti, te lo mereces, es nuestra manera de mostrarte nuestro cariño- la abrazó con ternura- felicidades.

La fiesta empezó y todos bailaban, cantaban, comían y se divertían.

-Natalie – alguien se abrió paso entre la gente y agarró el brazo de la chica.

- ¿Tobías? ¿Qué quieres? – dijo sorprendida, aunque no con brusquedad.

-Por favor ven conmigo, necesito enseñarte algo – tiró de ella – ¿Vienes?

-Supongo – levantó los hombros y esbozó una pequeña sonrisa.

- ¿Enserio?

-Si... no sé qué quieres enseñarme, pero no creo que vayas a matarme en un callejón; además es el cumple de Debby que ha sido como una hermana para mí, así que no quiero malos rollos o peleas.

- Bien – sonrió esperanzado – vamos.

El chico la llevó hasta el exterior del lugar, fuera les esperaban Laila, Azalea, Zayn y Dorian.

-Este es Dorian, mi hermano gemelo – lo presentó Tobías.

-Ya eso me imaginaba, digo, sois inquietantemente idénticos.

- Ya, bueno encantado de conocerte por fin, y me alegro de que te hayas curado ya de... – señaló la pierna de Natalie – y que no llegara a ser nada mucho más grave. ¡Ah! Y estoy saliendo con Aria, fuiste a mí a quien viste besarla.

Natalie se quedó un rato mirándolos con una pequeña sonrisa hasta que no pudo más y empezó a reírse mientras negaba con la cabeza.

- ¿Qué pasa Nat?

- Admito que al principio me ha sorprendido ver a Dorian, ya que no me imaginaba que se parecieran tanto, pero, ya sabía de su existencia, cuando dije a Aria que me creía que a quien besó no era Tobías la creí. La razón por la que dejé de hablarte – dijo mirando a Tobías – es muy diferente a un enfado o rencor, pero permíteme reservarme el motivo ya que no lo considero necesario de dominio público. Y ahora, si esto es todo lo que me queríais enseñar... – los miró y ellos asintieron confusos – me iré a disfrutar de la fiesta – les dedicó una sonrisa y volvió a entrar.

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