25. Preparados

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Samuel miró a Alma que parecía divertida con los jóvenes.

– ¿Has acabado? – dijo con amabilidad al ver su plato vacío.

– Si, gracias, chico por la comida, muy rico.

– Todavía quedan las quesadillas.

– Yo tengo que hablar con ella, no tardaré mucho, guardarnos alguna.

– Como mande jefe – sonrió Nathalie y entró a la cocina con Zayn para coger las bandejas.

Samuel entró a su despacho seguido de Alma.

– Amor, no hagas esfuerzo, yo me encargo de llevar la bandeja – se levantó y arrebató la bandeja de las manos de la chica.

– Si, ya veo como ayudas, comes por todos para que no se les canse la mandíbula ¿no?

– ¿Qué hay de postre? – preguntó cuando se terminó sus quesadillas.

– ¡ESO! – la apoyaron Tobías, Aria y Azalea.

– Sois un pozo sin fondo.

– Con diabetes y colesterol, pero felices.

– Amén – gritó toda la mesa alzando los vasos en símbolo de brindis entre risas.

– No, ahora enserio, ¿Y el postre? Tengo hambre – dijo Niccole seria.

Todos rieron de nuevo.

– Hemos hecho brownies con helado de fresa.

– ¡Bien!

Recogieron los platos y repartieron los postres.

No tardaron demasiado en acabarse sus postres, recogieron la mesa y se fueron cada uno a su habitación.

Samuel y Alma entraron al despacho de para hablar. Cerraron la puerta y Alba lo abrazó con todas sus fuerzas.

– Te he echado de menos.

– Y yo a ti peliverde – la abrazó.

– Creía que habías muerto.

– Yo te di por perdida. Pero... ¿qué haces aquí?

– He venido para despedirme y hablar con los chicos, durante estos meses me he dedicado a hacer que se olvidaran de mi para que estuvieran a salvo...Creo que todos están preparados, los he estado observando durante este tiempo.

– Tienes mala cara.

– Me estoy muriendo.

– ¿Qué?

– Es una enfermedad terminal, no hay cura... – al ver la cara de preocupación de Samuel cambió de tema – cuando me enteré de que estaban buscándoos para mataros decidí venir.

– Pero... seguro que Lydia puede curarte.

– No creo, llevo demasiado tiempo buscando una curación y ya me he rendido, estoy cansada.

– No pierdes nada por intentarlo.

– Solo he venido para avisaros de que en unas semanas habrá un eclipse lunar, y se abrirá el portal y será hora de que vallan a Sunnaries.

– No todos están preparados.

– Los rango S sí.

– ¿Y qué haremos con los rango A?

– Dividirlos y esconderlos.

– No sé... todo es muy repentino... ¿cuánto tiempo queda?

– Dos semanas.

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