CAPÍTULO 20

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Me hacía un poquito de gracia verla, no puedo negarlo, pero a la vez me preocupaba que hubiera esperado al último momento para decirnos que era su cumpleaños por miedo a que nos plantáramos realmente allá. Quizás esperó tanto para no darnos la posibilidad de ni siquiera planteárnoslo. O quizás tenía un ego tan grande que no quería aparentar que se moría de ganas de que fuéramos. El caso es que mi hermana las convenció a todas, Calle incluida, y al rato ya estábamos todas juntas en casa de Abi y Juliana.

Salir con Valentina siempre era una aventura, para bien o para mal. Nos tomamos una copa en la terraza y luego fuimos caminando hacia el Raval, hasta un antro de mala muerte donde ponían unos temas antiguos. La escena lésbica de Barcelona era discreta, no teníamos muchas opciones y en realidad el sitio que había elegido Laura tenía algo que me gustaba. Quizás que, sin ser de ambiente, era muy gay.

O puede ser que fuera porque hacía años me había pasado muchas noches ahí metidas. Esa sería una de las últimas veces que pisaría un bar en mucho tiempo, en realidad. Qué pena no haberlo disfrutado más

Mi hermana  entró primera y fue directa a la barra. Ni rastros de Laura. Comprobé en la conversación de whatsApp que realmente fuera el lugar donde nos había dicho que estaría, y sí, no nos habíamos equivocado.

- Deberíamos haber avisado que veníamos -dijo Calle-. Quizás se haya ido.

Quizás se había ido, sí. Pues vaya mierda.

Cogí  mi copa y salía fuera a fumar mientras Calle iba con las chicas al baño. Mi hermana había empezado a tontear con una rubia de estética pin-up que, claramente, sí era lesbiana. Intenté hacerle ver que debía calmarse, porque ella, por mucho que me dijera que le había gustado, ni siquiera era bisexual. Pero a mi hermana le daba lo mismo ocho que ochenta cuando iba hasta arriba, y esa noche iba a tope. Las vi besarse en la barra unas cuantas veces, e intuí que la rubia terminaría llevándose una decepción cuando supiera que Valentina no se iría esa noche con ella a casa.

Toda esa escena en sí era un poco ridícula, tanto, que Calle salió a advertirme.

- Valentina está para que la encierren -me dijo, mientras se ponía la chaqueta-. Y esa que viene por ahí es nuestra novia.

No me dio tiempo a reaccionar a aquello de >>nuestra novia<<, porque cuando me giré tenía a Laura al lado, acompañada por la que suponía era su amiga que había venido a visitarla. Por la cara que tenía no me pareció que se alegrara tanto de vernos.

- ¿Cómo les fue en la reunión? -nos preguntó. Ni un hola, ni un qué tal están. Nada.

- ¡Felicidades! -le dije. Luego la abracé.

- María José, vámonos -me pidió Calle, sin secundarme en la felicitación.

- ¿Vámonos a dónde? -pregunté. No entendía nada.

- Vámonos y ahora te explico -volvió a repetirme.

- Daniela... -le dijo Laura, de repente, mientras intentaba agarrarla de la mano.

- Nos vamos -volvió a repetir Calle. Me cogió del brazo y me llevó hacia dentro del local-. Busca a Valentina; yo busco a Abi y a Juliana -me pidió.

- ¿Me puedes explicar qué está pasando? -intenté frenarla un momento-. ¿Te has vuelto loca?

- ¿Es que no la has visto?

Calle se paró frente a mí.

Estaba enfadada y hacía gestos hoscos con la mano señalando hacia la puerta, donde estaba Laura.

- ¿No la has visto besándose con esa?

No la había visto. Me giré para buscar a Laura con la mirada, que ahora venía hacia nosotras.

Tú y Tú y Yo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora