Cuando llegamos a casa Poché no me hablaba. Se había mantenido en silencio todo el trayecto. La conversación con Laura, y tras ella la cena, se habían acabado prácticamente así, con su pregunta tirada al aire, un poco contestada de aquella manera por mi parte. ¿Y si le gustaba yo? Igual me había vuelto loca. Laura tenía novio y no le gustaba nadie.
Creo que fue todo demasiado rápido. Demasiado rápido yo había supuesto que Laura tenía un crush con mi novia, y quizás yo había empujado demasiado a que surgiera esa conversación. No sé por qué, la verdad. Lo lógico habría sido que me hubiera callado y me hubiera quedado ese pensamiento para mí, como un secreto. Pero esta vez algo había sido diferente a otra veces. Cuando en alguna ocasión me había sentido mal al notar que Poché tenía algún tipo de conexión con otra mujer, aguantaba el tirón sin decir nada. Para qué, si otra veces me podía pasar a mí y ella nunca me echaba nada en cara.
Como mucho me insinuaba que sabía que me había gustado esa o aquella, y yo me reía inocentemente y le confirmaba que sí, que alguna me había hecho gracia. Pero algo me había incomodado más de lo habitual esa noche, probablemente había sido que nunca me había visto viviendo esa situación con alguien que a mí también podía gustarme, o a la que deseaba gustarle. Ni siquiera podía recordar haber querido gustarle a nadie en particular, antes de Laura.
Poché soltó el bolso encima del sofá, y se sentó. Se quitó los zapatos y puso los pies encima de la mesa. Equis se acercó a pedirle mimos. Estaba borracha, pero ella nunca estaba tan borracha como para no estar del todo presente. Me ponía nerviosa que estuviera tan pensativa. Quería preguntarle cómo se sentía, pero no me atreví. No sé por qué intuí que no era buen momento.
- ¿Vamos a la cama? -le pregunté, tímidamente.
- Ahora voy.
Poché era todo lo que yo más quería en este mundo. Daba igual todo lo demás , todo lo que ocurriera, a mí Poché me daba todo en todas sus formas. Me moría por dentro pensando que pudiera creer que había estado jugando a sus espaldas. Se me hacía complicado explicarle que, en realidad, yo me había tirado toda la noche creyendo que entre Laura y ella había algo, que yo estaba interrumpiendo.
Que no pretendía llamar la atención, a pesar de todo. Y que había sentido celos, simple y llenamente. Pensé que Poché podía estar haciendo un doble o triple lectura del asunto, que lo que había pasado para ella sí era trascendente, y que seguramente no sabría por qué había llegado al punto en que Laura me había lanzado una pregunta a la que yo casi no supe qué contestar. Porque me lo pensé. Quizás demasiado.
Me lavé los dientes y me desmaquillé pensando en cómo iba a conseguir quitarle cualquier duda que tuviera en la cabeza. Me sentía horrible solo de pensar que mi atrevimiento y mi desconfianza pudieran haberle hecho daño.
Me puse el pijama y me metí en la cama. Ella llegó al rato. También se cepilló los dientes y se quitó la ropa que llevaba. No me dijo nada, se deslizó entre las sábanas y se quedó profundamente dormida. Yo, como siempre, duré más de un par de horas en conciliar el sueño, si es que en algún momento lo conseguí.
...
Al día siguiente todo estaba tenso entre nosotras. Yo intentaba acercarme de todas maneras posibles y ella se alejaba, como si mi solo presencia la incomodara. Aunque la situación me disgustaba, no dejaba a la vez de pensar en la pregunta de Laura. ¿Cómo podía ser? Por un lado, quería hacer desaparecer toda la conversación con ella de mi mente, o de la mente de Poché, pero por el otro me resultaba imposible olvidarme de cómo había transcurrido la noche y de aquella posibilidad postrada encima de la mesa.
Hice café y tostadas para ver si Poché le apetecía sentarse conmigo a desayunar. No es que estuviera borde, solo se comportaba como si yo no estuviera ahí. En parte habría deseado que pegara cuatro gritos y me hubiera preguntado el por qué de esa situación, qué había pasado entre Laura y yo para que se diera pie a todo aquello, pero no lo hizo. Se fumó su cigarro, desayunó, se duchó y solo me habló para decirme que teníamos que ir a trabajar.
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Tú y Tú y Yo [Completa]
Fiksi PenggemarMaría José y Daniela llevan 8 años juntas, tienen una vida de pareja plena y feliz. Ambas trabajan en la empresa creada por ellas. Se complementan a la perfección, cada una es todo lo que la otra necesita. Sin embargo Laura irrumpe en sus vidas, eso...