¿Era así ella realmente, tan directa? Desde luego consiguió su propósito, si es que tenía uno. No quería marcharme, solo pensaba en no tener una resaca descomunal al día siguiente, pero mucho menos quería convertirme en la aguafiestas del grupo.
Nos tomamos los cortitos y brindamos por el evento. Era muy tarde, y habíamos bebido demasiado.
Poché salió a fumar, tal y como me temía que pasara, y nos quedamos Laura y yo solas.
- ¿Ya estás más relajada? -me preguntó
Pensé en todas las veces que Poché había dicho de mí que tenía una mirada penetrante. Laura era casi más intensa que yo en su manera de mirar. Tenía los ojos un poco achinados, y me di cuenta de que cuando quería averiguar algo casi no pestañaba.
- Llámalo relajada, llámalo borracha -le contesté.
- Tienes las mejillas sonrojadas.
- Hace mucho calor aquí dentro, ¿no? -me remangué la camisa que llevaba puesta.
- Creo que es el alcohol.
- Entonces, ¿solo te gustan los hombres? -le pregunté.
Tampoco sé de dónde salió eso.
- Cuando está María José no haces tantas preguntas -me contestó, esta vez sin mirarme-. ¿Te apetece otro cortito.
- ¿Quieres matarme? Y no has contestado mi pregunta.
Llamé al mesero y, antes de que Laura me pidiera uno, pedí para mí una última copa. Tenía muy mala experiencia con los cortitos. Laura pidió igualmente dos, para ella y para Poché, que aún no había vuelto de fumar, dando por hecho que ella no declinaría su oferta.
- ¿Quieres saber si me gustan las mujeres? ¿O quieres saber si me gusta Poché?
Su pregunta me cogió totalmente desprevenida.
- ¿Es lo que piensas que creo? -di un sorbo a la copa que supuestamente no pensaba probar, intentando esconderme de alguna manera.
- Creo que lo llevas pensado desde que nos viste hablando en la galería.
Era lista. Antes de tener que decir nada vi a Poché entrar por la puerta. Salvada por la campana, otra vez, pensé.
- ¿Te has pedido otra copa? -me preguntó, sorprendida.
Alcé el vaso para responder a su pregunta. Laura continuaba mirándome, no sé si esperando a que me atreviera a contestarle algo al respecto, o increpándome que, por favor, no lo hiciera. Yo, no sé por qué, sentía que de pronto había un secreto entre nosotras del que Poché no debía enterarse. Me avergonzaba pensar que pudiera percatarse de que yo pensaba que ellas estaban tonteando, que me había dado un ataque de celos, y que había aprovechado que ella había salido a fumar para hablar con Laura sobre ello. Era tan ridícula la situación que quería salir de allí rápido.
- Daniela está preocupada por si me gustas -soltó, de repente.
Perfecto. Poché soltó el vaso de cortito, despacio. Miró a Laura primero, y luego me miró a mí. Claramente no entendía nada, o quería hacer ver que no lo entendía. Yo me quedé mirando al interior de mi copa, deseando ahogarme dentro. Laura parecía extremadamente divertida con la situación, así que supuse que era una de esas tipas a las que les gusta gustar, y a las que les gusta gustar a una mujer lesbiana, si es posible, por lo inocente que se le puede suponer, siendo ella heterosexual. ¿Estaba loca? ¿Quién dice algo así? Ya me había parecido atrevido que me lo hubiera preguntado directamente.
- ¿Me lo explican?
Poché quizá no lo entendía, o quizá sí, pero se decantó por preguntarlo con un tono de voz tan neutro que no fui capaz de averiguar si aquello le estaba molestando o no. Creo que yo habría sido mucho más brusca, y me habría enfadado el simple hecho de no estar enterándome de algo que estuviera pasando a mis espaldas.
- Pues que creo que Daniela piensa que me gustas -volvió a decir Laura.
Mientras lo decía iba mirando cómo me revolvía en mi asiento. ¿Por qué parecía que estuviera disfrutando?
- ¿Y eso debería preocuparle a Daniela? -contestó Poché, que también me tenía clavada la mirada, esperando explicaciones.
Seguramente estaría preguntándose cómo Laura había llegado a esa conclusión, qué capítulo se habría perdido. Ella me conocía bien, ya hacía mucho tiempo que yo no sería capaz de montar ninguna escena de celos. Debía estar desconcertada. Yo lo hubiera estado.
- No lo sé, ¿a ti te preocuparía si supieras que me gusta María José? -le preguntó entonces Laura.
Poché jugaba con un mechón de pelo entre sus dedos. Después de unos segundos que me parecieron eternos se rio, y Laura la acompaño. Yo respiré tranquila en ese momento, cuando el foco de la conversación había dejado de estar sobre mí. Luego creí que tenía derecho a enfadarme, si quisiera, porque ni le veía la gracia ni tenía intención de participar de ese jueguito.
- ¡A mi me preocuparía que a María José le gustaras tú! - exclamó Poché.
Poché también era lista. Ahí la única que parecía tonta era yo, que estaba callada mirando al infinito, sin decir ni mu.
- ¿Ah sí? ¿Nunca les ha gustado otra mujer?
- Estás intentando de desviar la atención -me atreví a decirle, interviniendo al fin.
Poché se pidió otra copa de vino. A mí ese último gin-tonic me estaba pegando fuerte en la cabeza, y ya no me sentía completamente ahí.
- ¿Por qué iba a querer desviar la atención? -contestó Laura, sonriendo.
- Para no tener que confesar que a ti te gusta una mujer -le devolví la sonrisa-. Y esa mujer, es mi mujer.
- Mi mujer -repitió Poché, que ahora nos observaba como el que mira un partido de tenis-. Ni que yo fuera tuya, o tú mía.
- ¿Y si la que me gustara fuera tú? -me inquirió.
Su pregunta lo cambiaba todo. ¿Y si la que le gustaba era yo? ¿Quería yo gustarle? Esa conversación se me estaba yendo de las manos. Sorprendí a Poché intentando esconder un gesto de sorpresa; seguramente estaría alucinada del giro que estaba tomando lo que a priori parecía una charla inocente. Y yo ni siquiera sabía qué contestar, de la vergüenza que sentía. Que bueno, que muy bien, que mejor. O que me daba igual. Pero no me daba igual, en realidad.
Ambas me miraban esperando a que me pronunciara, y yo ya sabía que dijera lo que dijera difícilmente saldría bien parada de ahí.
- Pues tendría que decirte que, aunque me halagas, sintiéndolo mucho, ya estoy con alguien -contesté finalmente.
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Tú y Tú y Yo [Completa]
FanficMaría José y Daniela llevan 8 años juntas, tienen una vida de pareja plena y feliz. Ambas trabajan en la empresa creada por ellas. Se complementan a la perfección, cada una es todo lo que la otra necesita. Sin embargo Laura irrumpe en sus vidas, eso...