Festival deportivo, parte 1. El almuerzo.

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El día de hoy es un día especial, ya que se celebra el festival deportivo.

El sonido del silbato y las porras apoyando a su participante favorito inundaban las canchas de la Academia Kimetsu.

Cien metros planos, carreras de relevo, el evento para quitar el pañuelo a un compañero, la competencia de comer un anpan colgado de un hilo, etcétera. Era un día divertido.

Nada podía salir mal.

—Oigan, un señor los busca en la entrada —anunció Daki a los gemelos Soyama.

Intrigados, fueron directo al lugar en donde encontraron a su maestro Keizo, quien felizmente alzaba su mano para saludarlos.

—¿Qué hace aquí? ¿No debería de estar en su trabajo? —Akaza respondió el saludo de su maestro alzando la mano de igual manera.

—Estoy en mi hora de comida, y Koyuki me pidió de favor que les trajera esto.

En las manos de Hakuji era dejado una caja, envuelta con una tela estampada de copos de nieve, al abrirla se percataron que solo era una caja de almuerzo.

—¡Que torpe! No envolví el otro —se disculpó Keizo —, regresaré de inmediato al dojo para traerlo.

—No se preocupe, podemos compartir —Hakuji lo detuvo—, además, tiene que regresar a su trabajo.

Keizo suspiró, sabía que no podía pelear verbalmente con ninguno de los dos, debido a que estaba contra reloj en ese momento.

—De acuerdo.

Antes de irse abrazó a cada uno de los chicos.



Justo al mediodía, el alumnado regresaba de las canchas a sus salones para poder comer el almuerzo que llevaban.

Los hermanos Soyama compartían una caja-pupitre con Daki y Enmu, la chica se había enterado que el almuerzo lo hizo Koyuki, por lo que estaba ansiosa por ver la dedicación que su amiga ponía en la decoración. Quería compararlo con el suyo, aunque ella ya había empezado a comer y su platillo estaba levemente arruinado.

Cuando Hakuji abrió la caja, el almuerzo estaba correctamente puesto. Daki se sintió un poco decepcionada por no encontrar figuritas hechas con la comida.

Entonces vio a Akaza sacar su propia caja de almuerzo. Curiosa, estiró su cuello para ver lo que los hermanos Soyama traerían de comer.

—¿Qué es eso? — la cara de Daki mostró completa decepción al ver un pequeño cubo adentro de la caja.

—La dieciseisava parte de un vaso de ramen —Akaza metió el pedacito a su boca y lo mascó. Después, agradeció por la comida.

—¿¡Es todo lo que vas a comer!?

—Es el almuerzo que teníamos planeado los dos —contestó Akaza sin mucha importancia.

Hakuji negó con la cabeza, así que tomó la caja vacía de su hermano y comenzó a servir del arroz de su propio almuerzo.

—¿Qué haces? —gruñó Akaza.

—Le dije al maestro que compartiríamos.

—No lo hagas, Koyuki de seguro hizo ese especialmente para ti, además, necesitas energías para la segunda parte del festival deportivo.

—Tú también, idiota.

Daki sonrió. Atrás de ella estaba Gyutaro dormido, en su rostro había unos granos de arroz del almuerzo que había devorado. Entendía la responsabilidad del hermano mayor, Gyutaro nunca la dejaría pasar hambre, así que de seguro Hakuji tampoco dejaría que algo agobiara a su hermano menor.

Idiotas en la escuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora