Festival deportivo, parte 2. Cacería del tesoro

556 77 61
                                    

Todos habían sido llamados a la explanada principal de la escuela, frente a ellos se encontraba una enorme tarima y detrás una pantalla gigante. Sobre la tarima estaban casi todos los tutores y el profesor Uzui.

En la explanada se encontraban los alumnos acomodados por grado y salón.

—Ésta es la última parte del evento deportivo — la dulce voz de la directora retumbaba por las bocinas —. La dinámica es sencilla.

Con un poco de discreción, Rengoku se acercó a los tutores y se acomodó a un costado de Uzui, quien estaba cerca de las escaleras para el acceso a la parte superior.

—¿En dónde estabas? Me mandaron por tu grupo y tuve que buscarlos por media escuela —susurró el profesor de artes.

—Lo siento, te lo compensaré. Estaba haciendo algo importante —susurró de igual manera Rengoku.

—¿Qué es más importante que tus pequeños diablillos?

En la fila del tercero F, Akaza llegaba a hurtadillas, colocándose al final de la fila y escondiéndose detrás de Hakuji para no ser visto por el CDLI. Kyojuro se percató de eso, y sonrió dulcemente mientras sus mejillas se ponían levemente rosas.

—Estaba comiendo.

Hakuji sintió la presencia de su hermano, quería preguntarle porque estaba con el profesor Rengoku, pues durante buena parte del almuerzo estuvo buscándolo completamente preocupado para darle de comer, hasta que mientras caminaba por uno de los pasillos distinguió las llamativas cabelleras en la azotea mientras compartían el almuerzo.

¿Acaso su hermano estaría molestando al profesor?

Sin embargo, la directora Amane alzó un poco la voz para mostrar en la pantalla el título de la actividad, haciendo que olvidara por el momento su interrogatorio.

—El último evento es... ¡una cacería de tesoros!

Pequeños murmullos se dejaron escuchar, varios ponían cara de aburrimiento, como lo hacía Akaza.

—Sin embargo, esta cacería de tesoros no es como la conocen normalmente. Será una competencia de orientación.

Más murmullos de disgusto se dejaron escuchar por parte del alumnado.

En la pantalla hubo una transición y ahora se mostraba una enorme lista. De título llevaba "Asombrosos premios".

Muchos comenzaron a emocionarse, pues algunos premios valían la pena. Cosas como cupones de descuento para videojuegos o rebajas en el centro comercial llamaron la atención, incluso había boletos para ir al mejor parque de diversiones de la ciudad. Sin embargo, solo hubo uno que para los hermanos Soyama valía la pena.

—¿¡Comida gratis por un año!? —gritaron al unísono.

La voz de Akaza llamó la atención del CDLI, sin embargo, no podían actuar en ese momento.

—Hay uno que otro premio interesante —mencionó Kaigaku.

—Me pregunto cuál será la trampa en todo esto —Kokushibo se cruzó de brazos, tenía el presentimiento de que no sería fácil.

Leyendo la lista, Akaza soltó una expresión de sorpresa, aturdiendo un poco a Hakuji ya que estaba refugiándose detrás de él. No debía de ser malinterpretado, Akaza solo estaba descansando sobre la espalda de su hermano, él no tenía nada que esconderse del CDLI.

—Ese es... ¡Un set completo de edición limitada de Los maravillosos cuervos Kusagai!soltó Akaza.

—¿Cómo es que se ganan esos premios? —gritó alguien entre las filas.

Idiotas en la escuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora