Viaje escolar

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Normalmente las escuelas tienen un viaje escolar antes de concluir el año, y la Academia Kimetsu no es la excepción. A pesar de que se encontraban en la temporada de invierno y las vacaciones navideñas se acercaban, se había corrido el rumor de que irían a un balneario techado.

Muchos esperaban que fuera el famoso balneario del parque temático de los cuervos Kusagai; pues era llamativo, tenía un enorme tobogán y se encontraba en la ciudad Kimetsu.

Pero después de 2 horas de camino por carretera, era obvio que no iban a ese lugar.

Por la ventana, el único paisaje que se apreciaba era el infinito bosque rodeando el camino y armonizando con el cielo gris, ambientando más la sensación fría.

—Profesor, creo que hablo por todos aquí al querer saber a dónde vamos —Kokushibo se cruzó de brazos, estaba comenzando a fastidiarse de estar tanto tiempo sentado, ¿lo único bueno? Kaigaku dormido sobre su hombro.

Rengoku suspiró, ni él sabía el destino hasta hace apenas unos días. También se decepcionó al enterarse de que no irían al balneario, y no quería pasar esa decepción a sus alumnos pues los había visto emocionados. Incluso se enteró de que los hermanos Shabana compraron una zorb ball.

—No es un balneario —escuchó el quejido de molestia de varios alumnos —, pero si hay agua. Vamos a las aguas termales.

Más murmullos se dejaron escuchar, ¿Qué tenía eso de divertido?

El viaje duró un par de horas más, hasta que por las ventanas vieron que se acercaban a un enorme recinto. Era un edificio de al parecer cinco estrellas, más que un simple onsen parecía un enorme hotel de lujo.

Dos camiones de primera clase se detuvieron ahí, de los cuales bajaban el salón del 3A y 3B; la mayoría se levantó de sus asientos para asomarse por la ventana y poder ver el majestuoso edificio.

—No esperaba menos de la academia Kimetsu —Enmu sonreía ampliamente, algo bueno le pasaba después de tener que compartir por horas asiento junto a Douma en ese autobús chatarra.

Sin embargo, la sonrisa de Enmu se fue apagando conforme se alejaban del enorme edificio.

Todos en el autobús voltearon a ver a Kyojuro en busca de una explicación.

—Aun no llegamos —sonrió.

Treinta minutos después los tres autobuses que iban enfrente del autobús del F se detuvieron. El edificio era grande, pero menos lujoso que el anterior. Los salones 3C, 3D y 3E descendían de sus modestos autobuses.

—Bueno, al menos se ve agradable —Kaigaku tuvo que pegar su cabeza a la ventana para ver al edificio alejarse. La conmoción para ver el primer edificio lo había despertado.

Todos en el autobús voltearon a ver a Kyojuro en busca de una explicación de porqué seguían avanzando.

—Aun no llegamos —sonrió.

Durante los siguientes quince minutos el único paisaje que se apreciaba por las ventanas era un amplio bosque del lado izquierdo, y del lado derecho un barranco.

Cuando al fin el autobús se detuvo, lo hizo frente a un viejo hostal, se veía deteriorado como si sus mejores días hubiesen sido hace 50 años. El ambiente no era el mejor, el paisaje junto al viejo hostal parecía el inicio de una película de terror de bajo presupuesto.

Estaban prácticamente en la montaña. Lo único más cerca de ese sitio era donde se hospedaban los otros tres grupos.

—¡Se me congelan las nalgas! —gritó alguien del fondo.

Idiotas en la escuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora