La cena estaba servida.
Frente a los hermanos Soyama se encontraba un plato de ramen instantáneo recién hecho.
Un feroz gruñido de sus estómagos se dejó escuchar por todo el pequeño comedor. Estaban a finales de mes, por lo que el dinero les hacía falta.
Solo había una palabra que los definía en ese momento: bancarrota.
—Media taza de ramen no es suficiente —se quejó Akaza.
—Cállate y engaña a tu estómago.
—Podríamos pedirles un poco de comida al maestro y a Koyuki.
—No, ellos tienen sus propios problemas.
Un suspiro salió de los labios de Akaza.
Pedir de comer no era malo, pero sabía que Keizo apenas y podía costear el dojo con su salario, y es que cuando le ofrecieron como regalo el lugar, su maestro no lo pensó dos veces y aceptó tenerlo por dos razones, primero por Koyuki, el sitio era lo que alguien tan delicada de salud como ella necesitaba; el lugar estaba rodeado de árboles que filtraban las impurezas del aire y hacían bien a la omega.
La segunda razón era que Keizo siempre quiso tener un dojo en donde enseñar su arte marcial, y el que le traspasaran uno era como un sueño hecho realidad.
Al ser su tutor legal, ambos hermanos tuvieron que moverse con él. Eso y que Hakuji no podía separarse de su prometida. Aun así, el orgullo de ambos hermanos no permitía que aceptaran una habitación en el dojo que Keizo les ofreció.
Pensaron que podían vivir solos y valerse con el dinero que sus padres les habían dejado antes de morir, pero lo que les daba la aseguradora al mes apenas y les alcanzaba para sobrevivir.
—Creo que es hora de conseguir un trabajo de medio tiempo —dijo Hakuji después de sorber una porción de los fideos.
—No lo necesitaríamos si te resistieras un poco a comprar cualquier cosa para Koyuki.
Hakuji se molestó.
—Las cosas para ella son necesarias.
—¿Cómo ese gorro con largas orejas que se mueven?
—¡Se veía adorable con él! Además, tú también compras cosas innecesarias.
—¡Eso no es cierto!
—¿Quién de nosotros compra videojuegos o revistas porno?
—¡Yo no compro porno!
—¿Quieres que vaya a tu habitación a corroborarlo? Si tan caliente te sientes usa tu imaginación, busca en tu celular o encuentra a alguien, pero deja de gastar nuestro dinero en eso.
Akaza bufó molesto, tomó su porción de ramen y terminó cruzado de brazos, él no compraba porno, solo tenía dos ejemplares de revistas que había comprado cuando era más joven.
Después de un breve silencio, lentamente sus mejillas se ponían rosas y eso llamó la atención de Hakuji.
—Quiero preguntarte algo.
La voz de Akaza sonó suave y bajita, todo lo contrario a como normalmente era. Hakuji se dio cuenta solo con eso de que lo que su hermano iba a cuestionarle le importaba mucho, así que tomaría su papel como hermano mayor.
—¿Cómo te diste cuenta que Koyuki era tu pareja destinada?
Ah.
El fideo en la boca de Hakuji regresó a su plato después de escuchar eso. Sus mejillas se tornaron rojas al rememorar ese bonito encuentro.
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Idiotas en la escuela
FanficEn la Academia Kimetsu se sabe que el salón F es lo peor de lo peor. Así que ¿Cómo es que Akaza, Hakuji y Koyuki terminaron en este sitio? ¿Acaso todos en este salón se hacen idiotas o realmente son idiotas? ¿Por qué Akaza tiene estos extraños senti...