Capítulo 1
Sus ojos castaños claros se posaron en aquellos ojos azules que le miraban con cierto descaro. Sabrina sonrió con su mejor sonrisa de amabilidad y lo ignoró, reuniéndose de nuevo con aquellas chicas que se habían reunido con Amy. No quería una tonta conversación con aquel hombre que creía que ella no había visto en sus ojos lo que pretendía. Ella no era de esa clases de mujeres que cedían a los encantos de un hombre como él. Ella no era una mujer de una noche. Y ya se conocía todos los trucos habidos y por haber, después de haber tenido a un primo con un diplomado en dicha materia.
Aunque ahora él era un hombre nuevo.
— ¿Y esa cara?— le preguntó Amy cuando se unió de nuevo a ella.
— ¿Cuál?— sonrió al fingir que no había entendido aquella pregunta.
— Esa que tienes...
— Simplemente me he cruzado con un imbécil que creía que yo iba a caer en su tonto juego de conquistador— sonrió con picardía—. Sólo que no esperaba que conociera su juego.
Amy sonrió y se lamentó por aquel hombre. Aunque él se lo mereciera.
— Experiencia por haber tenido a Christopher como primo.
— Fue un master que me gané..._ expresó graciosamente.
A lo lejos se veía aquel hombre observarlas. No salía de su asombro de cómo aquella mujer había mostrado un desinterés tan notable.
— Vamos a bailar un poco..._ expresó Estefanía cuando empezó a sonar “Some Much For You” de Ashley Tisdale, moviéndose al ritmo de la música.
Anne, Nicole y Erika se animaron también, por lo que Amy y Sabrina las siguieron.
— Tranquila... Esta vez nos portaremos bien...— expresó Anne graciosamente— No habrá penitencia ni solicitudes de que hagas una especie de Striptease.
— Soy una mujer comprometida..._ dijo Amy fingiendo que se había molestado, al mismo tiempo, que su hermana menor se deleitaba con aquellos detalles que ella había desconocido de aquel pasado entre su hermana mayor y Christopher.
— Aunque has de recordar que todo empezó de esa manera... Por no querer una penitencia.— expresó Estefanía guiñando un ojo, sin dejar de moverse.
Erika sonrió un poco, recordando aquel ayer, en el cual deseo jamás estar en el lugar de su amiga Amy. Siendo la única, en ese instante, que había intentado estar de su parte.
Amy miró a sus amigas, sonrió inmensamente feliz, recordando aquel ayer en que había iniciado su historia con Christopher Williams, sin saber ni imaginar, que era el futuro duque de Stafford y que aquel hombre sería aquel amor que esperaba encontrar algún día. Su especie de Mr. Darcy.
Lejos de allí, Christopher se encontraba en aquella reunión que le había preparado su cuñado Albert junto al novio de Erika. Él tampoco había deseado una despedida de soltero. Su anterior historial podía explicar sus razones, por lo que su cuñado le había respetado su deseo. Lo mejor era beber, aunque fuese en una pequeña reunión, viendo algún partido de fútbol americano, si ameritaba alguna otra diversión masculina.
— Amy estaría orgulloso de ti...— le expresó Edward, el novio de Erika, al verlo bebiendo como todo un inglés educado, sin deseo de buscar una noticia suya, a la mañana siguiente en la primera plana de un periódico importante.
— Ella ha sido la causante de este nuevo Christopher...— admitió mientras se bebía su trago de whisky doble— De lo contrario, jamás hubiese estado en una circunstancia como ésta. Nunca había tenido las intenciones de contraer matrimonio... Era realmente una palabra a la que le huía ferozmente...
— ¿Quién iba a pensar que mi hermanita sería capaz de darte ese empujón?
— Y si te soy sincero, cuñadito, casi lo arruinó...— sonrió con cierta melancolía, pero luego se recordó que todo ello era parte del pasado— Pero, ahora estamos celebrando por la mejor decisión que he tomado en mi vida_ levantó su vaso de whisky— ¡A celebrar! ¡Que esta es mi despedida de soltero! ¡Mañana será un gran día!
Sebastian Evans miró su reloj, y se aburrió al ver el resultado que le había dado aquella noche. No entendía que había fallado. Ninguna mujer antes había mostrado tanta indiferencia o no había caído en sus encantos. Él era quien finalmente obtenía los resultados esperados. Pero esa noche, parecía que nada estaba de su parte. Había intentado presentarse en aquella mesa, al verlas sola e invitarles un trago. Y había sido ella, quien lo había corrido cortésmente al explicarle que tenía dinero suficiente para pagar sus cuentas.
Y ella ya se había marchado, junto el grupo de chicas que le acompañaba, sin conseguir su nombre ni su número de teléfono. Su orgullo había sido pisoteado aquella noche, de una manera inexplicable.
Pagó su cuenta y se marchó a su propiedad. Vivía en un apartamento lujoso en una zona exclusiva. Sin embargo, por primera vez, no se encontraba bajo una compañía femenina, sino de su propia soledad.
Subió a su automóvil, prendió el motor, y con ello, el reproductor, el cual lo tenía conectado con su iPod. Donde empezó a sonar “Closure” de Chevelle. Y luego salió de allí, tratando de olvidar aquella noche. Y a aquella mujer misteriosa. Pero, ¿podría sacársela por completo de la cabeza?
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Irresistiblemente Tú (2do Libro-Serie "Un Cambio Inesperado")
RomanceHa pasado mucho tiempo desde que el amor llegó a su vida y se marchó, sin decirle adiós. Ahora la simpática Sabrina Stewart verá como la vida le tiene una sorpresa, en el mismo lugar, en dónde su primo Christhoper Williams lo encontró. En la ciud...