Capítulo 18

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Capítulo 18

A la mañana siguiente, Sebastian se percató que haberla visto, había sido peor que saber que ella se encontraba en aquella ciudad. Se lamentó de su suerte, porque sabía que aunque había tenido la oportunidad de conversar con ella, no había tenido la oportunidad de una nueva oportunidad.


Y en absoluto le culpaba a ella.


Ante sus ojos aquel enigma sobre ella había sido resuelto. ¿Y cómo no huir de un hombre cómo él mismo? Si él era posiblemente casi igual que el ex novio de ella. Él no era un hombre de ataduras. Incluso había olvidado si había tenido alguna vez una novia formal.


Incluso, aquel día en que la había visto por primera vez, él ni siquiera pensó en que ella sería tan importante en su vida. Que llegaría a ser la única mujer a quien amaría de la forma en que lo hacía.


Se miró al espejo y comprobó que estaba adecuadamente vestido. Y se preparó para salir de aquella habitación de hotel para reunirse en el lobby con su tripulación. La puntualidad era importante.


Al mismo tiempo que se preparaba para decirle adiós a Londres.


Y aquel adiós que se debía a sí mismo y hacia aquel sentimiento que jamás llegaría a nada.


Sabrina Stewart aquella mañana se despertó como solía hacerlo. Sin embargo, no podía negarse que después de lo ocurrido el día anterior. Su vida no volvería a ser la misma, aunque ella se propusiera a continuar cómo lo hacía desde entonces. Fue un momento a su galería y se ocupó de examinar cómo había resultado ser exitosa, si ella pretenderlo. Quiso ocuparse de esa idea y dedicarse a asistir a aquella fundación en la cual había sido invitado para un cóctel en la noche. Amy le había confirmado su asistencia. Y realmente necesitaba algo que le ayudara a despejar sus pensamientos.


Así continuó la vida para ambos. Mientras el tiempo seguía avanzando, sin que se unieran sus caminos de nuevo.


Sabrina se alegraba cada día al ver que Charles había desaparecido y no había vuelto a molestarle. Se había esfumado, como lo había hecho antes. Sin embargo, sin esa ocasión dejar ni una huella de que quería seguir insistiendo en algo que ella jamás le permitiría: Regresar a su vida.


Sebastian se convirtió en un hombre monótono cada vez que llegaba con una tripulación a Londres. Se cerraba en su habitación o se limitaba sólo a ir al bar o al restaurante del hotel. Sabía que podía encontrarse con ella si se disponía a salir a recorrer Londres. Y eso era lo que quería evitar. La primera vez había soportado verla y compartir con ella. Pero, ahora, era consciente que verla de nuevo sería un golpe fuerte incluso para su propio ego.


Ante sus ojos observó como el tiempo seguía avanzando y la forma en que las estaciones pasaban y sabía sobre ella a través de las revistas o la prensa londinense.


— ¿En serio seguirás teniendo el mismo itinerario de vuelo?— le expresó graciosamente John Owens al ver que volvía a pretender encerrarse en su habitación.

— Estoy agotado.

— Sebastian, es mejor que cambies el discurso... No es la primera vez que volamos a Londres. Y aún es temprano...— cruzó los brazos— Llegaré a pensar que estás envejeciendo prematuramente o huyes de la presencia de alguien.

— No tengo que huir de la presencia de alguien... Además, como tú mismo has dicho, no es la primera vez que venimos a Londres. No tengo que recorrer una ciudad que ya me conozco perfectamente.

— Conoces Madrid y Paris a la perfección, pero sigues recorriéndolas cada vez que nos programas dichos vuelos.

— Es diferente...

— ¿Diferente?— sonrió con picardía— ¿En qué? Son ciudades iguales como Londres... Y todas ellas tienen ambientes y lugares que valen la pena repetir en cada visita...

— ¿No te han dicho que te equivocaste de carrera y que debiste estudiar leyes? ¡Serias un magnifico abogado!

— Quizás me anime... No lo sé. La vida puede dar muchas vueltas.

— Tengo que irme a descansar... Dormiré un poco. Nos vemos...

— Si te animas, tengo entradas para el concierto de U2. Y no hay que preocuparnos por la hora en que termine el concierto. Sabes muy bien que el vuelo de mañana fue reprogramado para salir en la noche. Tenemos tiempo suficiente para descansar.

— Te lo confirmó cuando me despierte...

— Que sea antes de las 03:00 P.M. O realmente no me hago responsable si decido ir solo o con una de las tripulantes. En vez de asistir con un buen amigo.

— Lo tendré en cuenta... Entra a tu habitación y déjame descansar.


Sebastian finalmente se encerró en su habitación. Dejó su equipaje en el closet y luego se lanzó un momento en la cama. Estaba agotado. Y sabía que la excusa que le había dado a John había sido realmente obsoletas.


— Bienvenido a Londres una vez más... — se dijo a sí mismo, antes de ponerse de nuevo de pie, para ir al baño a tomar un baño caliente y cambiarse. Eso le ayudaría a descansar, o al menos, le ayudaba en el intentó de dormir un poco antes de continuar con su habitual rutina.

Aunque un concierto de U2 no estaría nada mal.


Irresistiblemente Tú (2do Libro-Serie "Un Cambio Inesperado")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora