Capítulo 2

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Capítulo 2


A la mañana siguiente Sebastian se levantó de la cama, sin compañía femenina. Bufó en su interior, tratando de olvidar su mala experiencia con la primera mujer que le decía "no". Pasó sus manos por su cabellera negra, mientras se acercaba a su ventana. Vivía en el último piso de uno de los edificios más exclusivos de aquella zona de Los Ángeles. Se encontraba en boxer. Como todas las mañanas, sin embargo, esa mañana no era igual a las demás.


Poco minutos fueron suficiente para recordarse quién era, por lo que se dirigió al baño. Necesitaba tomar una ducha y empezar ese día con una mejor cara. El hecho de que una mujer le hubiese rechazado, no era la muerte.


Lejos de allí, en la propiedad de la familia Parker, había un alboroto desde muy temprana horas. Era el día más esperado para uno de sus integrantes. Y aquella boda se llevaría a aire libre, en una zona exclusiva, en donde Christopher había hecho reservaciones. Amy no había querido algo ni tan costoso ni tan extravagante, pero Christopher le había pedido una cosa que ella no había podido rechazar. Él quería que ese día fuese especial e inolvidable para ella, por lo que aquel lugar era el más indicado, por ser exclusivo y privado.


Christopher se encontraba en aquel apartamento que había adquirido en su tiempo de soltería, antes de conocer a Amy. Se había levantado y se había bañado, antes de prepararse algo para desayunar. Aquel día finalmente cambiaría su vida y para bien. No había arrepentimiento.


Sonrió recordando aquellos días en que creía que nadie le haría cambiar de parecer. Pero se había equivocado. Aquella americana había llegado a su vida, golpeando su propia vida. Tocándolo en lo más hondo. Haciéndole ver la verdad.


La vida está llena de misterios e enigmas inexplicables. Y uno simplemente no es dueño del futuro, aunque no se crea en el destino. Simplemente hay circunstancias que pueden cambiar todo lo que alguna vez pensamos.


Después de tomar su desayuno, miró su reloj. Aún tenía tiempo suficiente para arreglarse. Sentía curiosidad de saber qué estaba haciendo Amy en ese instante. Odiaba un poco a su prima en ese momento, porque solo ella podía saberlo.


- Serás la novia más hermosa...- le había expresado Sabrina a Amy, después de ver que habían terminado de peinarla.

- La más hermosa...- opinó también Nicole.

- Ahora es su turno.- les informó la madre de Amy, dándole ahora a ellas sus lugares.


Sabrina deseaba poder comunicarse con su primo y decirle lo hermosa que estaba su futura esposa, pero había decidido contenerse y que fuese él quien lo descubriera al caminar al altar. Sabía que él se sentiría orgulloso al verla. Y se recordó a sí misma, cuando una vez soñó ella vivir esa misma oportunidad que él había tenido. Anhelaba tanto conocer a alguien que viese su yo interno. Y no quien era físicamente o por su abolengo. Era una mujer de la alta sociedad inglesa. Una mujer de Winchester. Pero, aparte de eso, era una mujer con sueños y no un objeto. Era una mujer que sabía lo que quería, por lo que no quería a un idiota que se creyera superior y con derecho, sino a alguien que la amase y la respetase. Ya había conocido a demasiados hombres desagradables, por lo que no quería a uno más como aquel que había jugado tiempo atrás con sus sueños.


Se recordó que ese no era su día, por lo que la protagonista no era ella. Quizá algún día sí, pero no era ese. Y ella estaba allí para ayudar a su gran amiga. Sabía lo nerviosa que se encontraba y la forma en que su vida cambiaría, al convertirse en la esposa del futuro duque de Stafford. Ni siquiera para ella había sido fácil. Su familia no era nada fácil, sin embargo, Christopher siempre había estado para ella, haciendo que su lazo se hiciese más fuerte y ahora fuesen no tan solo primos, sino como hermanos y los mejores amigos.


Y ahora, ella sería una ayuda para Amy, sabiendo lo descontenta que se encontraba su tía Agatha después de la decisión de su hijo. Se había opuesto a asistir a aquel matrimonio, y con ello, arrastrado a su esposo, al menos en esa ocasión, de no acompañar a su hijo en un momento tan importante de su vida.


Al menos para Christopher, él tenía la bendición de su padre, aunque a medias, porque no le había quedado de otra.


- Ya estamos lista...- anunció Nicole emocionada. Sabrina se sentía como ella, y de cierta forma, había esperado con ansías aquel maravilloso día.


Y no podía contener su alegría.


Finalmente vería feliz a su primo con la mujer que le había hecho ver que era todo lo que necesitaba. Y dejar ser aquel hombre arrogante y orgulloso que había sido antes.

Irresistiblemente Tú (2do Libro-Serie "Un Cambio Inesperado")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora