Capítulo 1

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La campana que había sobre la puerta del café emitió una nota apagada. Son Chaeyoung alzó la vista de las servilletas que estaba doblando tras el mostrador y vio que una desconocida venía hacia ella.

Vestida con un chándal azul marino y blanco, informal pero elegante, parecía recién bajada de un yate. Tal vez era así. Sus rubios cabellos, sujetos en un moño informal, centelleaban como un ser vivo. Chaeyoung se descubrió imaginándose el aspecto que tendrían si estuviesen sueltos.

-Bienvenida al Sea Stone Café -consiguió decir, azorada al darse cuenta de que se había quedado mirándola fijamente-. Me llamo Chaeyoung. ¿Qué le apetece tomar?

-Un simple café.

La voz de la mujer tenía un tono tan rico y pleno que a Chaeyoung le recordó una mezcla de café exprés con suave chocolate belga.

-No tenemos ningún café que sea simple, señora -contestó con una sonrisa, señalando hacia la pizarra que había sobre el mostrador-. Ofrecemos diez variedades distintas, y puede tomarlo en infusión, exprés, con hielo, capuchino, exprés con leche, cortado... Ahí podrá verlos todos.

-Ah... ya veo que no tienen nada común y corriente -dijo la desconocida, alzando aquellos ojos azul porcelana hacia la pizarra para leer todas las variedades de café-. Está bien, deme un capuchino mezcla de la casa.

-Excelente elección. Ahora mismo se lo sirvo.

Chaeyoung dejó de doblar servilletas y se dirigió hacia la cafetera exprés. Mientras sus manos iban creando el capuchino de forma automática, ella pensaba en la mujer a la que iba destinado. No era temporada turística en Busan, y ni siquiera en plena temporada solía ver a nadie parecido a aquella mujer que acababa de aparecer por su local. No se trataba solamente de su ropa, que sugería riqueza y sofisticación. Era su manera de moverse, desenvuelta y elegante, lo que denotaba que aquella rubia poseía una tranquila seguridad en sí misma.

Colocó un bombón de más en el platillo, pero se detuvo cuando ya estaba a punto de servirle el café. «Aún no.»

-¿Prefiere sentarse en una de las mesas?

-Estoy bien en la barra, Chaeyoung. Por cierto, yo soy Mina - dijo; aguardó a que Chaeyoung posase el café para tender la mano hacia ella, y al hacerlo estuvo a punto de volcar la taza-. Encantada de conocerte.

-Lo mismo digo, Mina.

Le fue sorprendentemente fácil llamarla por su nombre de pila. Mina parecía como de la familia. «La gente no suele dar confianzas con tanta rapidez. ¿Qué está sucediendo?» Chaeyoung carraspeó antes de añadir: -¿De visita por Busan?

-Sí, por un tiempo. Estoy... haciendo un alto en el camino.

«Interesante forma de decirlo», pensó Chaeyoung.

-¿Te alojas en el Marriot?

A Mina no pareció molestarle el interrogatorio. Bebió un sorbo de café, relajadamente.

-No; unos amigos nos han prestado su casa de la playa, a mí y a mis dos perros. Es su residencia de verano, pero yo estoy deseando sentarme junto al fuego este invierno.

-¿Sabes ya cómo es el invierno en Nueva Inglaterra? Si no es así, puede que te lleves alguna sorpresa.

Mina dejó escapar una argentina carcajada que hizo que Chaeyoung se estremeciese de arriba abajo.

-Sé que pueden ser brutales -contestó-. Me crié en la bahía Suyeong, hace mil años. La ciudad ha cambiado mucho, pero estoy segura de que los inviernos siguen siendo tal y como yo los recuerdo.

-Nieva todo el tiempo, aunque, por extraño que parezca, eso es bueno para el negocio.

-Sí, estoy segura de que a la gente le apetece mucho más un café caliente cuando afuera sopla un viento helado.

Sea Stone Café // Winrina // Michaeng //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora