Drizella.

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La joven Drizella elegantemente se desplazaba de la pista de baile a las escaleras centrales con pasos firmes y seguros, presumiendo la envidiable figura que poseía, sin duda, había nacido para llamar la atención.

Su piel blanca combinaba con el púrpura del vestido. Un atuendo elegante y sencillo con escote y pedrería en el corset. Su cabello dejaba al descubierto su rostro y acentuaba más sus facciones. Ojos y labios estaban cubiertos de un tono rosado.

A veces se observaba a su misma admirándose...veía sus atributos como un arma, una pequeña ventaja sobre las otras chicas de la realeza, pero ni la propia corona de reina le darían la satisfacción que esperaba. El cariño de su madre escapaba de sus manos una y otra vez ante la imagen moribunda de su hermana.

Ahora sabía por experiencia propia que Tremaine era una mujer fría, ambas lo eran...dispuestas a hacer lo que fuera con tal de recuperar lo perdido. Levantó la barbilla ligeramente. Desde esa posición podía ver toda la planta baja, torció los labios al notar a su hermanastra entre los invitados.

―No arruinaras esto. -Dijo refiriéndose a su familia...a su madre y específicamente al plan de ambas mujeres.

―¡Auxilio!, ¡Guardias! ¡Ella asesinó al rey! -señaló su progenitora a una chica morena con vestido azul y zapatillas de cristal.-Drizella sonrió. El plan iba exactamente como quería. Cenicienta estaba acorralada, sin embargo, la victoria no duró mucho.  Un hombre provocó un alboroto en el salón de baile.

―Henry. -dijo su hermanastra con alegría, mirando de reojo al apuesto caballero.  

―Te dije que te encontraría. -Afirmó un tipo alto y de un tono de piel más claro que capturó toda la atención de Drizella. Él, era realmente apuesto. 

Henry, supo que quería tenerlo desde el instante que lo vio. Aunque tuvo sentimientos encontrados pues aquel sujeto, le costó la venganza.  

―Ese tal Henry lo arruinó todo. --. Apretó los puños y golpeó la mesa. - Y ahora se pasea como un feliz padre con su pequeña Lucy mientras Ella trata de apoderarse del reino. Dijo con rencor.

―En realidad no.-Drizella la miró sin entender.

―Bueno, él tiene a dos madres mágicas

―¿Brujas?

―Si...una de ellas no solo es la madre de Henry, sino la viva imagen de nuestra causa. Solo una bruja que haya lanzado el hechizo original podrá lanzarlo otra vez. -Dijo la mujer de cabello largo y rubio.

Así,  Drizella se llenó de satisfacción pues aún había esperanza de efectuar su plan sin contratiempos. 

―¿Quién es ella?, ¿en dónde podemos encontrarla?

―Su nombre es Regina. -Le enseñó una imagen que proyectó una bola de cristal. ―Es la reina del bosque encantado, al parecer hay muchas tierras que aún no conocemos y curiosamente podemos abordarla ahora mismo. La imagen mostraba a una mujer, en una mansión...

Eterna Adicción. [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora