Habitación.

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Regina llegó por la noche al apartamento que estaban compartiendo Robin y su hermana. Llevaba una sudadera suelta con capucha había seguido las instrucciones que le proporcionó el ladrón. No quería levantar sospechas en Drizella o su madre. Ellas nunca le habían agradado del todo y ahora entendía el porque.

Tocó la puerta con su mano hecha puño y aguardó unos segundos. Un brazo fuerte y tonificado la jaló adentro de la casa. Zelena Mills la acercó en un abrazo de oso que le robaba el aliento.

—¿Cuándo te volviste tan fuerte?. – La pelirroja la soltó

—Siempre he sido fuerte..

—Esos músculos no existían antes.-  Zelena llevaba una blusa que dejaba al descubierto sus tonificados bíceps y un pantalón deportivo. Acababa de salir de clase de spinning.

—Consideralo una mejora por los contratiempos que nos hizo pasar tu amiga la bruja loca.

Regina se había centrado tanto en proteger a Hope durante sus primeros años de vida. Tanto que había descuidado a su primer hijo. Henry un hombre adulto y con familia había sido capturado y Drizella por medio de amenazas había conseguido que el propio Henry en un intento de salvar a Ella y Lucy le pidiera a su madre lanzar el hechizo de nuevo

Está al enterarse que Drizella  había escapado del hospital psiquiátrico   quiso mantener a su familia inmediata alejada,  como medida de precaución alejó a Zelena Robin  y Hope que se fueron a vivir a NY por un tiempo y el hechizo loco que Regina misma lanzó la arrastró a una ciudad falsa en donde fue difícil que Zelena la encontrara

—Lamento tratarte mal sis. Sólo quería que despertarás pronto.  Ya te echaba de menos-Expresó Zelena

—Y yo a ti hermana

—¿Cuánto tiempo llevan viviendo en el pueblo?

—6 meses. -Respondió Robín. -No fue difícil fingir que éramos otras personas. Los lingotes de oro de Oz nos sirvieron bastante.

—Si. Vi que te compraste un gimnasio. -Miró a su hermana

—Bueno tenía que tener una identidad secreta y una actividad para no volverme loca.

—Y yo no quise complicarme tanto sigo siendo el padre de Hope.

—¿Y el cabello rojo como por qué?. – Los Miró a ambos, esperando explicación.

—Quisimos hacerla pasar como hija biológica de Zelena por un tiempo, pero Hope no cooperaba. Así que dijimos que su madre había muerto. Cosa que no es totalmente falsa. Pues una parte de ti murió. – Explicó Robin

—Quiero detener esta farsa y volver al pueblo.¿Hay alguna forma de darle una poción de recuerdos a Emma?

—Tienes suerte. – Dijo la pelirroja. – Con ayuda de un pequeño vándalo logré conseguir una hierba que nos faltaba. Emma volverá pronto

—¿Y quién es ese vándalo?

—Los hombres alegres también están aquí. – Explicó Robin con alegría. —Conoces a ese pequeño granuja.

Regina sonrió Roland era todo un adolescente problemático, pero de buen corazón que por motivos personales decidió llevar una vida en el bosque con los hombres alegres. Había escalado en categorías. Ahora era el segundo al mando después de John aunque ahora no lo recordaba.

—No lo he visto en la ciudad.

—Oh,  él es muy cuidadoso. Se resguarda bastante bien. – Dijo la pelirroja. —Mañana mismo Emma recibirá un café con pócima  restauradora de memoria.

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Regina sube las escaleras hacia la hermosa habitación de su hija Hope. Cada rincón del cuarto parece contar una historia: desde los cuentos apilados en la estantería hasta los peluches dispuestos en el rincón, vigilando el sueño de la niña. Hope está recostada en la cama, uno de sus brazos cuelga.

Regina se sienta a su lado y, con cuidado, acomoda su brazo. Hope que esta medio dormida piensa que es su padre así que se recorre en la cama para darle espacio. Regina se recuesta junto a ella. La calidez del abrazo maternal envuelve a Hope, que comienza a relajarse. Regina mira a su hija con ternura, notando cómo su pecho se eleva en cada respiración.

Las lágrimas silenciosas de Regina caen sobre la almohada.Su bebé esta a salvó después de todo y ahora esta con ella. Son lágrimas de alegría pura, un río de emociones contenidas por el tiempo y la distancia. Cada lágrima representa un momento perdido y recuperado. La niña, sintiendo el amor de su madre, cierra los ojos con una sonrisa en el rostro, sumergiéndose en un sueño sereno.

En la penumbra de la habitación, Regina acaricia el cabello de Hope, agradecida por la oportunidad de estar de nuevo a su lado. La noche avanza en silencio, y el amor entre madre e hija crea un refugio cálido y seguro, un lugar donde el tiempo parece detenerse.

Eterna Adicción. [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora