Eterna Adicción. [Terminada]

Graham

La aldea de Marian era diferente, se veía vieja y destartalada como lucía antes de de que él la arreglará con sus propias manos. Incluso las iniciales que escribieron sobre la puerta de madera aún no estaban porque aún no sucedía.

¿Estaba en el pasado?. Era factible

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El almuerzo, dos días después

—Robin, ahora que te encuentras mejor ¿alcanzarás a John en la aldea vecina?. Él la miró extrañado.

—Dijiste que hiban a ver a un tal Hook para ver si planeaban un atraco a lo grande.

Por supuesto, Robin nunca no lo encontró, en esos tiempos al parecer Kiliam estaba en Neverland, desperdició una semana entera buscándolo.

—Si.- respondió rápidamente. Sintiendose efusivo de encontrarse con una version más joven de su Gina

El vendaje de su herida estaba demasiado ajustado, jadeaba al hablar.

—¿Estás seguro?, tal vez sea una mala idea, podría abrirse la herida.

—Tonterias, soy como un semental, estaré bien.- hizo un gesto con la mano, restándole importancia, -Además me han pasado cosas peores. Si no arreglaba esto, se convertiría en el nuevo Pinocho, por mentiroso. -Solo fue un pequeño roce, ¿ lo ves?.- Se descubrió la herida y rezó por qué no saliera nada de sangre, había olvidado lo sobreprotectora que llegaba a ser Marian.

—Esta bien, pero come algo más antes de irte. Robin aceptó gustoso, el estofado que preparaba Marian era exquisito.

Pasó una cuántas horas inconciente, digamos que leer ese cartel lo desubico. Primero volver a la vida y luego darse cuenta de que estaba en el pasado, por un momento se sintió abrumado , ¿qué pasaba si arruinaba algo? y ¿si un pequeño detalle le impedía volver a ver a Regina? o tener a Roland o perdía a su bebé. Todos los escenarios eran peores.

Ahora puede tener lo que siempre deseó, una vida tranquila con Marian y Roland, pero sólo puede recordar el tormento, el sufrimiento y la mirada de la pérdida en los ojos de Regina.

—Tengo que ocultarme.- Dijo colocándose una capucha que le cubría la mayor parte del rostro.

—Ten mucho cuidado.-Le dijo Marian algo preocupada, Robin le dió un beso en la frente -Te amo querida...estaré bien- le susurró sabiendo que quizas está iba a ser la última vez que la vería.

Había cabalgado un par de minutos, en cada piedra le dolía el pecho, trataba de galopar a una velocidad constante. El caballo necesitaba descansar al igual que él, paró cerca de un lago a beber agua. Se quedó inmóvil un momento pensando mientras su caballo recuperaba energía.

Necesitaba a alguien que realmente conociera, una persona en la que confiara, la única que no tuvo miedo a ayudarlo, tal vez podría auxiliarlo otra vez. Buscaría a la princesa más inteligente que conocía, su vida y la de sus seres queridos dependían de ello, pero aún no tenía idea de cómo convencerla o en donde estaría.

Pensó en la bestia, en el dolor que le provocó, ahora no iba a robar nada, entonces Belle no estaría allí, sino, en su castillo. Tenía que reunirlos, los necesitaba juntos, la magia de él y el intelecto de ella, no sabía muy bien como, pero lo haría, también quería ver a la reina.

—¡Robin, esto es una locura!, ¡una maldita locura!, ¿¡un viaje en el tiempo!?. Tal vez había perdido la cordura, todo parecía tan ilógico.

—No es tan loco.-Le respondió una voz que poco a poco se iba acercando y en seguida escuchó esa peculiar risa...

Se inclinó ligeramente, presentándose como normalmente hacía: -Soy Rumplestiltskin...Puedo ver el futuro y supe que venías.-Robin lo miró extrañado, ciertamente lo necesitaba, pero él no lo había invocado.