Tu recuerdo.-parte 1.

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Zelena pasó por tercera vez detrás de la puerta de Regina; aunque su hermana fingiera ante todos que estaba bien, ella sabía lo contrario. Regina ya no era la misma de antes, se sentía sola, esa clase de soledad que creía no volver a experimentar jamás.

A tan solo una noche de su cumpleaños volvió a sentirse vacía.
Sin animos, sin esperanzas. Derrotada por algo que ella no podría manipular. De nuevo la muerte le recordaba que lo que la magia una vez devolvió tambien lo puede arrebatar.

Suspiró.

Su situación amorosa siempre fue complicada. Sus años como casada fueron los más duros. En la vida de una princesa se esta acostumbrada a asistir a bailes y grandes banquetes, pero de la mano de un rey todo parece menos agradable. Solo eres algo bonito que presumir.

Con Daniel nunca fue de ese modo, él la valoraba como persona, lamentablemente Cora decidió que el chico del establo no era suficiente para ella.

Todo se puso oscuro a partir de ese día. Algo dentro de Regina cambió. Ver a su prometido morir frente a sus ojos a manos de su madre puso todo en perspectiva.

El amor verdadero era un privilegio que la realeza no podría tener y querer romper las reglas solo provocaba el sufrimiento

Entonces Regina entre confundida, deprimida, triste y resentida decidió que el sexo sin compromiso era lo mejor y claro que fue muy divertido. Poco a poco se dio cuenta de que el rey no la mantendría atada.

El poder que una vez la reprimía la estaba manteniendo a flote en una vida de pretensión.

Ya en Storybrooke con su plan realizado apareció Robin Hood y puso su mundo de cabeza.

Desafortunadamente ella no contaba con la presencia de Hades y del cristal del Olimpo.
Toda su felicidad se vió esfumada en cuestión de segundos.

Había pasado por esto antes. Era doloroso, era frustrante más el hecho de ver a Emma tan feliz con Hook. El sentimiento de vacío comenzaba a invadirla. Luego una fé ciega la llenó de esperanzas y finalmente tuvo una revelación:

Su poder no provenía del mal o del miedo que pudiera crear sino del amor a los suyos y no necesitaba aquella parte mala para sentirse poderosa.

La mejor forma de honrar a Robin era sacar a la luz todo lo que él vió en ella.
Por eso mismo decidió separarse de su oscuridad y ponerle fin a algo que había iniciado desde hace tiempo.

Su pequeño príncipe, la acompañó durante ese momento decisivo, él no sólo la estaba aceptando, sino que la alentaba, en verdad lo amaba y le daba un poco de fuerza saber que Henry estaría a su lado sin importar lo que pasara, pero el tiempo se lo estaba arrebatando, cada vez era mayor y le sorprendía la forma tan madura en la que tomaba algunas cosas.

Violet, solo fue el comienzo de su aventura y aunque le gustara la chica, no era motivo suficiente para quedarse. No encontraba otra excusa para mantenerlo en la ciudad.

―Emma.- susurró mirándola a los ojos. La rubia tomó su mano para sacar fuerzas de donde no tenía y articular las palabras que iban a cambiar su historia:

―Regina, lo sabes mejor que yo. Storybrooke, no tiene nada que ofrecerle ahora. Si no lo dejamos ir...se marchará de todas formas. -dijo con pesar. Tampoco quería que se fuera, pero en el fondo sabía que era lo mejor.

―No puedo. -Apartó su mano. ―No puedo permitir que se vaya y arruine su futuro.

Swan intentó contener un par de lágrimas, aunque hiciera el esfuerzo, sabía que pronto saldrían.

Lo había tratado durante menos tiempo, pero no podía evitar sentir algo parecido a lo de su acompañante.

Separarse de ese muchacho iba a ser duro para ambas mujeres, especialmente para Regina.

―Sabes que él no es un chico común. No está hecho para esta ciudad. Creció aquí, pero no pertenece a este lugar.

Regina trataba de evitar la mirada de Emma.

―Debe encontrar su hogar. -dijo la rubia al fin.

―¡Nosotras somos su hogar! - Cruzó los brazos.

Esta conversación le molestaba, era algo que preferiría ignorar porque sabía que sin importar lo que dijera, Henry no desistiría.

―Escúchame bien. - Alzó la voz para obtener la atención de la mujer.
Los ojos pardos se enfocaron en los de tonalidad más clara.

 Los ojos pardos se enfocaron en los de tonalidad más clara

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―Nadie podrá reemplazarnos nunca, Regina.
Supuso que era lo que más le preocupaba.
― Hablo de un nuevo comienzo. - dijo más calmada.

―Lo amo demasiado, no quiero perderlo. -Relajó los brazos y su tono de voz cambió, ahora era mucho más suave.

―Sé que Henry es muy importante para ti. Lo conoces desde bebé. -sonrió. ―y eres una magnífica madre, pero no puedes aferrarte a alguien que ya no te necesita. Retiró un cabello de su rostro y siguió hablándole con delicadeza.
―Le diste todo tu cariño, aun cuando él te apartaba. Hiciste sacrificios que nunca creías hacer, pero esa cercanía también puede ser contraproducente. No quiero que se marche un día de estos, sin siquiera despedirse de la bella mujer que le enseñó a ser quien es.

Regina sintió un nudo en la garganta.

Emma la miró con ternura deleitándose con aquella expresión de sorpresa.

―Necesita nuestro apoyo, especialmente el de su madre.

Ambas eran sus madres, ninguna tenía más mérito, pero ahora Emma se lo estaba dando.
Una pequeña lágrima se formó en los ojos de Regina.

―Si hay más libros, ¿No crees que es justo que los otros personajes reciban sus finales felices? Ellos necesitan un salvador y él un nuevo comienzo.

Emma tenía tanta fé en lo que Henry podría crear y Regina aunque no estaba del todo convencida. Sabía que su niño ya era todo un adulto.

―Es un romántico empedernido -Dice sonriendo y acercando a la rubia. ―No volverá hasta que logre alguno..―Swan, parece que seremos tú y yo por un tiempo. -Se abrazó a la mujer. Emma la apretó.

Ambas necesitaban ese fuerte y cálido abrazo.

Ambas necesitaban ese fuerte y cálido abrazo

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Eterna Adicción. [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora