Creo que merezco algo más que eso.

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A Roni le punzaba la cabeza cada vez que trataba de aclarar sus ideas.  
¿Quién era esa otra mujer?. Compartían algo más que la apariencia y eso la inquietaba. Pensar en otra vida no sonaba tan descabellado. En su otra vida había sido una mujer refinada,  con principios y una familia, que ahora echaba de menos en su actual ciudad.

—Tilly, estoy segura de lo que vi. Una pequeña estaba en mis brazos una niña castaña me miraba con añoranza. Era importante para ella y quiero recuperarla. Es lo que me falta en esta vida para ser feliz.

—Roni esta droga no te mostrará con claridad lo que quieres. No funciona así. Podrias ver algo completamente diferente incluso no podrias ver nada. Es peligroso. -La rubia se negó a darle otra dosis.

—Tú sabes quien era… ¿Por qué no me lo dices y ya?

—No puedo hacerlo Roni. Debes confiar en mi.

Tilly era la loca del pueblo. Todos sabían que su mente era enrredadiza y confusa y ahora Roni debía confiar en ella.

Por su parte la rubia cuando ella era más joven y  viajaba entre reinos, conoció cierto día a Robin Hood. El arquero le había sido de ayuda para proteger a su amigo el conejo blanco y ella le dio una pócima perteneciente al sombrerero que lo devolvería a su época.

La pócima había funcionado y Robin volvió al Storybrooke del futuro. Exactamente a una de las primeras peleas que mantuvieron Regina y Drizella. La antigua reina malvada trataba de recuperar a su hermanastra y sobrina, sanas y salvas. Trató de negociar con la chica, dándole cualquier objeto mágico que la llevara a otro reino, pero la joven hechicera estaba decidida a lanzar una maldición diferente, en una época diferente, varados indefinidamente en el tiempo.

Regina estaba en su cripta en soledad. Las dos semanas posteriores a su cumpleaños habían sido de batallas diarias por traer a Zelena y Nobyn de vuelta. Rumpelstiltskin no quería ayudarla. Alegaba no tener nada en contra de esa joven  y Snow, Emma y David no eran tan coordinados en batalla como ella.
Por errores de novatos eran vencidos de una forma u otra. Esa bruja cada batalla llamaba a alguien más de su aquelarre y los buenos solo quedaban en ridículo.

—Soy la burla de esas brujas. – Destruyó el espejo de su cripta en un ataque de furia. En este momento necesitaba palabras de aliento. Escuchó que unos pasos se aproximaban. Parece que Drizella había adelantado su pelea de esta noche. Conjuró una bola de fuego y volteó lanzándola en la columna a modo de advertencia entonces, vio la sonrisa perfecta del hombre al que ella amaba.

—Me tomó tiempo volver, pero creo que merezco algo más que eso. – Regina bajó la mano,  sus piernas se quedaron inmóviles y sus ojos no daban crédito a lo que veia.

—Mi Lady se quedó sin palabras. Eso es nuevo para mi. -Afirmó el ladrón.

—Robin. -De no ser porque Drizella nunca lo conoció habria pensado que esto era una trampa. Se pegó a su pecho y escuchó el fuerte latido de su corazón. —Por cierto, ¿Qué sucede en el pueblo?, ¿Por qué todo está tan cambiado?

—Otra bruja ha tomado el control del pueblo. Ahora hay refugiados en el bosque. Tiendas abandonadas. Coches abandonados. – La ciudad es un caos. – Le explicó ella. —Te llevaré a casa, te darás una ducha y te contaré todo lo que necesites saber. -Prometió.

Llegando a su mansión Regina le ofreció a Robín una copa de vino mientras él, hambriento comía restos de un emparedado que Regina no había terminado. Robín colocó gotas del agua del lago Nostos en la copa de la alcaldesa. Tal vez funcionaría, tal vez no,  pero ella recuperaría algo que había perdido y no lo sabría, sólo pasaría y ya

Regina bebió de su copa y sintió un dolor raro en el vientre no le dio importancia y siguió con lo suyo, entonces besó a su ladrón, probando sus labios como si fuera la primera vez; conociendo la humedad de su lengua en un ligero roce. Sus manos se perdieron en la inmensidad de su cuerpo varonil. Lo deseaba y necesitaba des estresarse un poco de todo el asunto. Robín la dirigió a la ducha y bajo el agua caliente se amaron como si fuera la primera vez que sus cuerpos se conocían hasta que llegó la hora de enfrentarse a Drizella de nuevo.

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Eterna Adicción. [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora