Cita.

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Dieron las 17:00 y Roni salió después de darle las indicaciones a su encargado. Caminando frente a la acera estaba Robin con una pequeña niña que sostenía un peluche pequeño de unicornio en sus manos. Robin llevaba al hombro una pequeña mochila con juguetes y cosas de la pequeña y en la mano una rosa roja.

—Quise traerte un detalle. -Robin sonrió con sus perfectos hoyuelos y le extendió la rosa. Roni la tomó.

—Gracias.- bajó la mirada hacia la niña

—Roni ella es Hope,  mi hija.

Roni le sonrió por supuesto que la recordaba era la linda niña de la otra vez. Aunque la recordaba tan perfectamente que sabía que si se involucraba más con el hombre inevitablemente se encontraría con Kelly. Hasta odiaba mencionar su nombre.

—Hola… -Habló la pequeña con un poco de vergüenza. Se aferraba al brazo de Robin tan fuertemente que le marcaba las pequeñas uñas.

—Hola linda. Espero que esto no sea demasiado incómodo- Comentó Roni
—Vayamos por el helado… Dime, ¿Cuál es tu sabor favorito?. – Le ofreció la mano para llevarla ella misma hasta el local de helados que está en el centro.

Hope soltó a su padre y tomó a Roni. Su pequeño corazón estaba feliz su amplia sonrisa la delataba. Ahora estaba con mamá y eso era algo lindo para ella.

Zelena los espiaba en su auto desde una distancia segura. Tenía unos binoculares y una sonrisa se formó en su rostro cuando los vió pasar a los tres de la mano con Hope en medio de ambos.  Incluso una lágrima se deslizó de su rostro. Había dejado de ser tan dura y cruel como tanto presumía. Ahora era alguien mucho más sensible, pero se escudaba  bajo una armadura que pocos podían traspasar.

—Señora. No puede estacionarse aquí. – Habló un oficial de tránsito que tocó su vidrio.  

Se limpio la cara con sus dedos y siguió su camino hasta el gimnasio en el que impartía clases.  Ingresó a su local con su ropa deportiva y encendió las luces. Siempre cerraba un rato para ir a casa a comer y volvía en las tardes hasta cerrar a las 10.

El lugar se comenzó a llenar pasados unos minutos pues pronto impartiría su clase de las 17:30 entonces se sorprendió cuando cierta castaña entró a la clase. La señorita que estaba tan enfocada en los libros parecía ser fanática del deporte ahora.  Belle llevaba un short y un top con una sudadera abierta y se colocó en una de las bicicletas del salón de spinning

Kelly puso su mezcla de música y comenzó a pedalear. —Vamos señoritas con fuerza. Quiero que duelan esas piernas

Roni, Robin y Hope estaban en una mesa de la heladería.  La pequeña había elegido un cono con una bola de chocolate y la otra de vainilla. Robin había optado por un clásico de vainilla y Roni comía de galleta.

—¿Y linda… te gusta la escuela?

—Por motivos personales ha iniciado el curso recientemente.  Así que no creo que pueda opinar mucho al respecto. -Mencionó Robin

—Es linda hay pequeños casilleros y un patio con resbaladillas y columpios. -Sus ojos estaba iiluminados. Roni podía imaginarse así con un esposo y una bella familia

—Mi mejor amiga y yo pasábamos mucho tiempo en los columpios. He vivido en Hyperion desde hace 30 años y los recuerdos de la escuela son los más lindos que tengo

—Nosotros tenemos unos meses aquí. -Dijo la pequeña.

—No hay mucha atracción turistica, pero es un pueblo tranquilo- Aclaró Roni

—Si bastante tranquilo. -Dijo Robin no creyéndolo del todo.

—Y dime, ¿tienes amigas?

—No, mi primer día fue ayer. -Respondió antes de comer de su helado que se derretia por tanta conversación.

—Bueno no te preocupes eso cambiará pronto eres muy agradable.

Después de eso permanecieron en silencio degustando sus helados. Hope estaba un poco inquieta así que comenzó a mover los pies bajo la mesa. Sus zapatillas golpearon la espinilla de Roni

—¡Auch! -Exclamó Roni mientras se llevaba la mano a la pierna.

—Lo siento. – Dijo la chiquilla.

—No hay problema, querida, pero si quieres hacer eso golpea a papá.

Hope empezó a reir. Había pasado más de una hora y Roni debía volver al trabajo.

—Chicos debo irme. – El deber me llama. -Dijo guardando su teléfono en la bolsa de su pantalón

Hope cambió su expresión a una cara triste.

—Cambia esa cara querida. Te veré mañana acabo de decidir que tomaré un descanso largo para verlos en el parque.

Hope sonrió y Roni le revolvió el cabello.

—Bye Robin.

Le mandó un beso con la mano desde la entrada del establecimiento y luego se marchó.


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Eterna Adicción. [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora