8. Sin darme cuenta

68 10 2
                                    


Mientras que el resto de su familia dormía, Luca se encontraba soñando despierto a la vez  que recordaba detalle a detalle todo lo vivido ese día. Todavía podía sentir los labios de Alberto contra los suyos , el tacto suave que tenía con él. Todas las noches en las que vivió  en Génova había anhelado ese momento.

Parecía que la distancia tuvo como propósito demostrarles a ambos que su  amor era y es lo  suficientemente grande a un nivel que fue capaz de prevalecer  sin tocarse, sin verse por el tiempo que duraba el cada ciclo escolar y los años que duró la escuela. Solo pudiendo escuchar sus voces en aquellas llamadas y en sus mentes cada vez que leían las cartas. 

Y claro los reencuentros sin falta en cada verano, esos en donde uno deseaba quedarse un poco y el otro deseando los días no transcurriesen  tan rápido.

Para cualquiera podría significar que es difícil tener que distanciarte de ese amigo al que estimas mucho. Aunque a decir verdad la palabra amistad ya había quedado atrás entre ellos dos . Pues ambos empezaron a soñar con las posibilidades de que algún día podrían llegar a ser algo más. Si bien ambos siempre habían sido cercanos esta vez era completamente diferente.

Un tímido amor disfrazado de amistad.

Tanto soñar despierto provocó que Luca se despertara unas horas más tarde que su familia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Tanto soñar despierto provocó que Luca se despertara unas horas más tarde que su familia. Sin embargo estos no quisieron despertarlo pues sentían que merecía un descanso tras un ajetreado año escolar el cual daba por finalizado sus estudios .

Daniela se encontraba realizando sus labores de siempre y observó como su hijo salía de casa. No quiso preguntar a donde iba pues asumía que iría a ver a sus amigos, aunque en realidad solo iba a ver a uno.

Mientras que todavía se encontraba bajo el agua, Luca asomó la mirada para reconocer el bote en el cual Alberto solía ir a pescar todos los días.

En cuanto pudo reconocerlo no pudo evitar sentir una gran alegría pues este se encontraba solo de nuevo. El signor Marcovaldo sentía que su hijo podía ir de pesca sin su apoyo pues lo hacía bastante bien por su cuenta.

Nadó en  dirección a él de forma discreta y en cuanto llegó hasta ahí empezó a darle unas leves sacudidas a su bote.

Parecía que andar haciendo jugarretas se habían convertido en su nuevo pasatiempo.

Cuando Alberto sintió aquello repetidos movimientos creyó que la brisa del mar era la responsable, por lo que solo alzó los hombros restándole importancia.

-¡Bu!-dijo el castaño en forma burlona.

-¡Luca!-fue lo único que pudo contestar en cuanto sintió como las manos del castaño lo jalaban para sumergirlo al agua.

Tal escena parecía una recreación de aquellos mitos marinos  que  relataban como las sirenas salían parcialmente del agua para ahogar a los navegantes después de haberlos seducido con su belleza y canto dulce.

Quizás el próximo verano /LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora