12. El próximo verano

87 10 7
                                    

Años después...

Eran las las ocho y media de la mañana, no era la hora a la que estaba acostumbrado a despertar. Usualmente lo hacia las seis, pero en esta ocasión habia sido porque el día anterior habia sido año nuevo . Se frotó los ojos mientras giraba la cabeza al otro lado de la cama, el lugar que Alberto solía ocupar.

Se puso de pie con algo de pesadez debido a que el invierno era húmedo le afectaba los huesos, esos padecimientos propios de la tercera edad.

Corrió las cortinas para poder ver la arena de la playa cubierta de nieve, el verano no era su única estación favorita también compartía lugar con el invierno. Tras abrigar su cabeza con un gorro de lana y su cuello con una bufanda , se puso a buscar los guantes , aunque al final solo termino encontrando solamente uno.

Bajó por las escaleras en dirección de la cocina para encender la tetera. De repente oyó un ruido, inicialmente creyó que se trataba de Fiorina, las más traviesa de todas sus mascotas .

Pero se llevó una gran sorpresa al notar al animalito acurrucado en una de las sillas. Por lo que tomó una de las sartenes mientras que silenciosamente avanzaba. De repente otro sonido se hizo presente.

Se trataba del teléfono, por lo al tomar la bocina escuchó una agradable voz familiar.

Aquella voz le pertenecía a Giulia, quien le contaba emocionaba que muy pronto sería abuela.

-Me alegro tanto por ti , Giu, y ¿Cómo esta tu esposito? - preguntó burlonamente.

-Pues todo salió bien en su ultima cirugía- contestó - todo por querer revivir sus épocas de jovencito. El doctor me recomendó cuidarlo mucho, paciencia me va a faltar pero como dicen en la salud en la enfermedad.

-Solo no dejes que se vuelva a subir a una bicicleta-le dijo recordándole la razón del accidente y cirugía.

De fondo se pudo escuchar unos quejidos y sonido de caída. Sin duda se trataba del esposo de la pelirroja.

-¡Te dije que si querías levantarte debías avisarme antes para que te cargue!-regañaba Giulia.

-¡Podré ser un viejo pero todavía me queda dignidad!-contestó.

Inevitablemente Luca se puso a reír colgando.

-¿Qué es tan chistoso?

Sintió un fuerte escalofrío mientras giraba bruscamente -¡Alberto!, me asustaste.

-¿Qué hacías con eso?-preguntó apuntando la sarten.

Al sentirse ligeramente en ridículo, bajó el objeto lentamente -Escuché un ruido y por si acaso tome esto para defenderme. ¿Tú lo provocaste?

-No, quizás fue uno de tus desvaríos de viejo senil o un fantasma, booo.

-Alberto, no es gracioso, un momento...¿desvaríos de viejo senil? ¡Si yo soy mas joven que tú!

Por mas enojado que estuviese no podía lucir intimidante, de hecho lucía todavía más adorable con su ceño fruncido y brazos cruzados.

-Ten- dijo Alberto devolviéndole el guante faltante.

-Así que lo tenias tú, ¿Y por qué no llevaste los tuyos?

-No recuerdo en donde los dejé, pero oye , te deje uno para que tu otra mano no se congelara.

-Y dices que yo soy el viejo senil.

-Pues este viejo senil se preocupa por ti, ya que madrugó para buscar una pala de nieve.

-¿Y para qué quiero yo una pala?

-Para limpiar la nieve de la entrada o si no terminaremos cayéndonos y fracturándonos la cadera como el marido de Giulia.

Quizás el próximo verano /LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora