Capitulo 4

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Intenté tragarla y luego tosí cuando pude lograrlo, aunque media asfixiada, sentí que mi tez ardía. Blake apareció de pronto a mi lado, mientras la puerta de la entrada estaba ya cerrada. 

- ¿Te encuentras bien? — Me preguntó, pero la tos seca que salía de mi garganta me impedía hablar — Te serviré un vaso de agua, espera — Corrió en dirección de la cocina y solo se oyó el ruido de la llave, llenando rápidamente un recipiente con el líquido que salía del grifo. 

Se acercó a mí y me extendió el vaso, yo tomé lentamente del agua esperando que el ardor de los costados de mi garganta desapareciera al igual que la tos.

- ¿Mejor? — Inquirió.

- Si — Dejé el vaso sobre la pequeña mesa delante de mí — Gracias. 

- Eso te pasa por atragantarte de comida, bestia — Bromeó. 

Reí ante el apodo que desde hace años llevábamos diciéndonos. 

- Bueno, eso me pasa porque me hiciste venir desde el otro lado del continente sin comer — Refunfuñé, riendo.

Blake se sentó a mi lado y me arrebató la galleta para terminarla de comer ella.

- ¡Hey! 

- Hay pizza en el refrigerador, creo que eso podría sacarte más hambre a comparación con una galleta con relleno — Dijo.

- De hecho, tengo más sueño que hambre, así que mejor mañana me llevas a desayunar — Sonreí — Oye... Blake — Vacilé y me dediqué a juguetear con los dedos de mi mano — Nicholas es... ¿Tu novio? 

- Y lo que más amo — Afirmó. 

- ¿Y por qué no me lo había contado, señorita? — Me hice la indignada. 

- Porque... llevo un mes saliendo con él.

- ¿Un mes? ¡Nuestra última llamada fue ayer! — Le recordé. 

Ella se encogió de hombros en su lugar.

- Bueno, lo sé, pero... quería darte la sorpresa. 

- Pues, lo lograste- Pensé que después de lo de Alex, tú ya no... — Me quedé a la mitad de la frase, pero eso fue suficiente para que ella me entendiera. 

- Si, yo también lo pensé. Si no, no hubiera huido del país como cobardemente lo hice — Sonrió tímida — Pero conocí a Nicholas y... lo amo. 

- ¿De verdad? ¿Lo amas? Hace un mes que salen ¿Qué tanto lo puedes llegar a conocer? — Musité. 

- Lo suficiente — Me miró seria — Pensé que estarías contenta por mí. 

- ¡Y lo estoy! 

De verdad lo estaba, pero algo se removía dentro de mí, algo que me hacía estar confundida. Esa clase de confusión que no sabes cómo explicar el por qué las cosas habían avanzado tan rápido y cambian de un día para el otro.

- Estoy feliz de que hayas seguido adelante con tu vida, eres una gran motivación — Admití. 

- ¿Qué quieres decir con que soy una motivación?... ¿Sigues enamorada de Dennis? — Saltó hacia atrás mirándome con los ojos tan grandes como platos.

- ¡Para nada! Eso ya pasó, a lo que me refiero es que, no te quedas estancada en un pasado, como lo hice yo con el accidente de mis padres... ¿Entiendes lo que estoy tratando de decir?

- Oh, dulzura, eso fue hace ya un largo tiempo, ahora eres una gran fotógrafa de veintiún años y tienes mucho que sacar de esa vida que llevas — Me pasó el brazo por los hombros — Pero ahora no hablemos de temas tristes, mejor dime... ¿Has conocido a alguien especial? 

Sonreí ante su curiosidad y su enorme sonrisa indagante pero a la mente se me vino el nombre y la anatomía de Nicholas Hoult como si fuera una oleada de viento, rápida y fugaz. 

- Qué cosa más extraña...

- ¿Qué? ¿A quién conociste? — Me di cuenta entonces de que lo había balbuceado en voz alta, o lo suficientemente fuerte como para que Blake me oyera.

- ¿Eh? Ah... — Tartamudeé. 

The Restricted Journal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora