- ¡¡TÚ!! – Gritó efusiva esa voz femenina que tanto había extrañado.
Corrió hacia mí y se agachó para abrazarme. Apretó los brazos alrededor de mi cuerpo y yo le respondí de la misma manera. Me encontré cerrando los ojos y sonriendo como una niña. Era tanto el tiempo que había estado separada de mi mejor amiga y aquellas conversaciones telefónicas, tan largas como hayan sido, no llenaban totalmente el vacío.
- ¡Pero cómo has cambiado!
- ¿Cuál cambio? Si sigo igual desde la última vez que nos vimos – Dije y me separé.
- Por favor, tu cabello esta diferente – Observó.
- ¿A esto llamas cabello? – Señalé mi cabeza – Es la maraña de pelos que cargo en la cabeza ¿Qué tiene de diferente? Sigue igual de despeinada hace años – Bromeé –. Pero tú tampoco has cambiado mucho.Efectivamente, Blake no había cambiado en lo absoluto, excepto por unos cuantos centímetros más agregados a su cabellera rubia y lacia. Su flequillo le había crecido lo suficiente como para no poder lucirlo más, toda lo demás de cabello caía en su espalda que un saco de lana cubría.
- Ejem – El joven que estaba presenciando toda aquella escena, Nicholas, se aclaró la garganta haciéndose notar. Ambas lo miramos.
- Oh, lo siento – Dijo la rubia dándole un rápido abrazo con uno de sus brazos – Es que estoy emocionada – Dijo y la flamante sonrisa en su rostro se expandió aún más cuando me volvió a mirar – ¡Hay tantas cosas que quiero contarte! – Me avisó.
- ¡Yo también! – Musité emocionada.
- Supongo que ya se conocieron – Volvió su atención a Nicholas sin dejar de sonreír.
- ¡Sí! – Dijimos los dos al unísono y luego reímos de nuestra sincronización.
- ¡Ay! – Dijo felizmente – ¡Esto será genial! – Exclamó Blake.
Se levantó del piso junto con Nicholas mientras que yo me quedé allí sentada.
- ¿Pero qué haces allí? Levántate, ¿Por qué no entraste?Él me extendió la mano para ayudarme a levantarme. El deseo de tocar su excitante piel de nuevo me invadió al ver la palma de su mano extendida hacía mí. La tomé y me ayudó a separarme del piso.
- Gracias – Murmuré.
Él solo me sonrió, separando los dos engranes que se habían unido de nuevo.
- Lo cierto, Blake, es que me dejaste la llave equivocada – Me quejé, intentando mirar a mi amiga y no a la perfección que tenía a mi lado.
- ¿La llave equivocada? – Se sorprendió.
- Si – Le di la llave que había guardado en el bolsillo de mi chaqueta.
- Oh, perdón – Me sonrió – Si, me confundí – Escarbó dentro de su bolso y encontró un juego con tres llaves – Esta era – Se quedó en silencia por un momento – Eso me recuerda que le debo dar las gracias a la señora Montorfano por hacerme el favor de entregarte la llave.
- ¿La vieja gruñona del 308? – Pregunté, apuntando con mi dedo pulgar hacía dicho apartamento.
- Oye, no es tan gruñona, es linda cuando quiere – Se encogió de hombros.
- Y digamos que casi nunca quiere ¿Verdad? – Hice un ademán sarcástico. La vieja no se había comportado del todo amable conmigo – ¿No pudiste haberme dejado la bendita llave correcta con alguna otra persona… menos… amargada?
Nicholas soltó una carcajada.
- Exageras – Blake meneó la cabeza y rió – Me imagino que estás cansada así que agradéceme que tenga lista tu habitación, solo hace falta sacarle un par de cosas – Me regaló una sonrisa de autosuficiencia mostrándome todos esos dientes blancos de tamaño mediano.
- Te agradecería más si abrieras esa puerta ya – Bromeé.
Blake rió e introdujo la llave a la cerradura haciendo que la puerta se abriera por fin. Me tragué una exclamación de victoria.- Pasa y acomódate, en unos minutos estoy contigo – Anunció y me indicó que me introdujera al departamento.
Intenté levantar del suelo mi par de maletas pero Nicholas se me adelantó.
- Permíteme – Las tomó, una con cada mano y fue detrás de mí acomodándolas en la orilla de la sala.
- Gracias – Musité y le regalé una sonrisa tímida.Él me la devolvió y aquel afecto me produjo una oleada de inspiración, como la que necesita un poeta para su poesía o un escritor para una nueva historia, o un pintor para su próxima obra de arte, ya saben.
Salió por la puerta y fue con Blake de nuevo, no pude evitar mirarlo mientras caminaba hacia la salida.
El estómago me rugió y me di cuenta de que todavía traía la galleta mordisqueada en la mano, me senté en una de las pequeñas banquetas que se encontraban cerca de la puerta (http://data3.whicdn.com/images/80234471/large.jpg). Mordí el pequeño pedazo que me quedaba y lo mastiqué perezosamente.- Te había venido a buscar para entregarte el Cd que le prestaste a mi hermano – Dijo Nicholas con su voz de terciopelo en la puerta del apartamento.
- Nicholas, amor, no tenías por qué preocuparte, le dije a Connor que me lo devolviera cuando quisiera – Contestó Blake.Me atraganté con la galleta que estaba saboreando. ¿Amor? ¿Cómo que amor? Oí perfectamente el chasquido de los labios de Blake contra alguna parte de la cara de Nicholas mientras yo intentaba tragar el pedazo de galleta rellena de crema que se me había atorado la mitad de la garganta, sintiendo cómo me raspaba.
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The Restricted Journal.
RomanceEsta historia no la escribí yo , pero fue una novela con la que me enganche y no pude parar de leerla , me gusto mucho , por eso quería compartirla con ustedes , ojala la disfruten , voy a subir todos los capítulos que pueda por día hasta terminarla...