- Oh, vamos, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen todo – Insistió, con la sonrisa aún más amplia que antes y los ojos lo único que desprendían era curiosidad.
- Pues… ehmm, si y no – Farfullé.
- ¿Si y no? ¿Cómo puede ser eso posible? – Preguntó confusa.
- Bueno… – Me rendí – Conocí a alguien a decir verdad, me deslumbró, pero…
- ¿Pero qué?
- Pero no puedo decir que sea ese “alguien especial” – Hice las comillas con mis dedos.
- ¿Por qué no?
- Ya sabes que no creo en el amor a primera vista, sería todo muy cursi y siempre, terminas decepcionada – Hice un movimiento con mi mano en señal de restarle importancia al asunto.
- Si, puede ser que tengas razón pero… ¿Sabes algo? Con Nicholas fue amor a primera vista – Sonrió como si se hubiera perdido en el recuerdo, su cara no se demostraba más que risueña – Y… ¿Dónde lo conociste? – Preguntó de repente.
- Ehmm – Vacilé mientras pensaba algún lugar ideal – En el avión.
- ¿Se sentó junto a ti? – La curiosidad de Blake parecía ser interminable.
Recordé cuando Nicholas se sentó a mi lado en el pasillo mientras esperábamos a mi compañera de departamento, reí.
- Algo así.
- ¿Quieres contarme?
- No, no en realidad. No tiene demasiada importancia. Era solo un chico atractivo, no creo que aquí no haya otros.
Y era cierto, porque para empezar, Nicholas solo era una cara bonita (por el momento) entre muchos otros rostros en toda Venecia y, además, no podía inventarme una historia de otro chico que ni siquiera existe, solo por no tener el valor de decirle a Blake que su novio se llevaba el premio a lo más lindo que me topé desde que llegué a Italia. Pero eso en mí, no era normal.
- Estoy realmente cansada… ¿Podrías decirme dónde dormiré?
- Tienes una habitación – Sonrió – Justo allá – Señaló hacia la derecha, apuntando una puerta de manera, pintada de blanco.
- ¡Gracias! Mañana será un día fenomenal, mañana que no esté tan cansada, es una promesa.
- Esta bien, que duermas bien. ¡Wow! No puedo creer que estés aquí – Lo último pareció que se lo dijo más a ella misma que a mí – ¡Te quiero!
- Y yo a ti. Buenas tardes.
- Puedes meter en la caja que te dejé todo lo que quieras que saque de tu habitación.Arrastré las maletas hasta el pequeño cuarto que sería mi habitación y luego me interné en él. Más que pequeño, era mediano, estaba perfecto o, por lo menos, lo sentía ideal.
La cama estaba al otro extremo de la puerta, contra esquina, cerca del pequeño ventanal por donde estaba una linda brisa fresca. Había un pequeño escritorio a lado derecho y al lado de este, una biblioteca (http://24.media.tumblr.com/6c37ce51b2e4d55badebf2c4858fa2f0/tumblr_mjebqeGOny1qghwxto1_500.jpg), del cual comencé a meter todas las muñecas que colecciona Blake en la caja que me había indicado y coloqué mis cámaras. El armario se encontraba dentro de la pared que restaba, era amplio.
De pronto, sentí que todo estaba siendo perfecto, la luz, la brisa que chocaba contra mí delicadamente y tomé una de mis cámaras, me paré dándole la espalda a la puerta y tomé una fotografía de la habitación. Coloqué todo en su lugar. Las maletas iban a seguir sin desarmar, estaba demasiado cansada como para ponerme a acomodar la ropa justo en este momento.
Una vez que me cepillé los dientes y me coloqué el piyama (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=101873056&.locale=es)
. Me acosté sobre la cama de una plaza y media, era realmente cómoda, comencé a observar el techo con las manos bajo la cabeza y a pensar en todo lo que había ocurrido durante el día, y el rostro que de un momento a otro se hizo presente en mi memoria era tan bello como el de un ángel, pero era un rostro que no me pertenecía.
Pero… ¿Por qué había pensado en él? En la idea de que Blake y Nicholas no se conocían lo suficiente como para decirse “Te amo”, resoplé una pequeña risa al descubrir que lo que yo estaba teniendo en ese momento era pura y exclusivamente envidia, desde Dennis solo idiotas habían figurado en la lista de mi corazón y, ahora Blake había encontrado a alguien que no parecía serlo y yo le tenía envidia. Volví a reír. Qué patética era esta situación, pero lo cierto es que detrás de esta risa burlona hay una palpable preocupación.
El corazón de Blake no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastrosa como había sido la primera. Allí figuraba mi miedo… o eso creía yo.
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The Restricted Journal.
RomanceEsta historia no la escribí yo , pero fue una novela con la que me enganche y no pude parar de leerla , me gusto mucho , por eso quería compartirla con ustedes , ojala la disfruten , voy a subir todos los capítulos que pueda por día hasta terminarla...