- ¿En quién? – Volvió a preguntar Thomas.
Lo fulminé con la mirada queriendo taparle la boca en ese instante, las manos comenzaron a sudarme ante la posibilidad de quedar en evidencia.
- En… mi… amigo, que dejé en Liverpool – Inventé.
- ¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo – Inquirió.
- Enamoramiento no, Thomas – Especifiqué de nuevo, Nicholas solo se mantenía en silencio pero atento – Y es… un amigo… cercano y… – Me estrujaba los sesos para poder seguir poniéndole palabras a mi mentira – Y, a una amiga también le gusta, entonces…
- Tienes miedo de perder la amistad de tu amiga por haberte fijado en el mismo chico que ella – Completó Thomas.
- ¡Exacto!
- Bueno… ¿Y quién se fijó primero en el chico?
- Ella – Musité, con pensar.
- Pero tú ya te fuiste de Liverpool, ya no importa ¿O sí? – Dijo Nicholas quien había estado como una estatua hasta ahora.
- Ehmmm – Murmuré.
- Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amiga, en vez de especular tú sola las cosas y castigarte a tu misma – Interrumpió Thomas – Digo, no era su novio y ella no era tu mejor amiga – Se encogió de hombros.
Me solté a reír y ambos me miraron, si Thomas supiera a quién me refería ni siquiera hubiera dicho lo último.
- ¿Qué es gracioso? – Preguntó Nicholas.
- Nada, sólo que… nada – Manoteé con la mano restándole importancia.
- ¡Mira, ______! – Me dijo Thomas – ¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía? – Apuntó hacía un edificio al lado de un canal que se extendía magnífico por el este.
- Que bien gusto tienes Thomas – Concordé – Creo que le tomaré una.
Saqué con la mano libre la cámara de mi bolso y luego me quedé en silencio y sin actuar, tímida porque Thomas aún mantenía su mano atada a la mía.
- Thomas, creo que ______ necesita sus dos manos – Farfulló Nicholas.
- Oh, cierto. Discúlpame – Enrojeció un poco y soltó mi mano a la que inmediatamente le pegó el aire gélido del medio día.
Le sonreí y apunté el lente de la cámara hacía el monumento, enfoqué y saqué la fotografía.
- Un fiore per la regazza? – Preguntó alguien detrás de mí.
Me giré y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Nicholas, mientras que Thomas estaba distraído mirando las palomas.
Nicholas me miró y luego me sonrió. Entonces miró de nuevo a la señora.
- Quanto costa una? – Preguntó.
- Un euro – Dijo la señora.
- Dammi uno.
Ella le acercó la canasta y Nicholas escogió una rosa entre el puño y luego, sacó del bolsillo de su pantalón, una pequeña moneda.
- Ecco – Le dio la moneda y le sonrió.
- Grazie bel giovane – Dijo la señora y luego me sonrió a mí para después alejarse e ir a ofrecerle sus flores a las demás gente.No había aprendido aún italiano, pero al menos ya estaba un poco más familiarizada con las palabras y pude entender la conversación entre Nicholas y la señora. Ella le había ofrecido una rosa, él le había comprado una. Simple. Seguro se la llevaría a Blake.
- Ten.
… Pero me la ofreció a mí y me dejó en blanco.
- ¿Qué? – Pregunté torpe.
- Es para ti – Dijo como si hubiera adivinado mi pensamiento anterior.
- Gracias.
Tomé la flor entre mis manos y sentí que el rubor corrió por mis mejillas pintándolas, así que desvié mi rostro y miré a Thomas quien aún seguía entretenido observando el centenar de palomas que volaban en el cielo y otras que caminaban en el suelo de la plaza.
Alcé mi cámara y tomé una fotografía de su perfil justo en el momento exacto en que las palomas volaron. Una gran fotografía. Thomas me miró.
- Hey, pudiste haberme avisado – Me reprendió y yo reí.
- No, creo que saliste más lindo así – Él se sonrojó de nuevo y luego bajó la mirada percibiendo así la flor en mi mano.
- ¿Y esa flor? – Preguntó.
- Se la di yo – Contestó Nicholas con más orgullo del necesario.
- Rayos, entonces yo tengo que comprarte un ramo completo – Bromeó.
- Lo haces parecer una competencia, Thomas – Dije queriendo seguirle la broma pero lo cierto era que estos dos lindos chicos estaban cortejándome y el tono casual en mi vos no era muy espléndido.
- Claro que esto no es una competencia – Dijo él – Yo no tengo contrincante, Nicholas no es un jugador, él ya tiene dueña – Dijo Thomas divertido mientras le palmeaba la espalda a Nicholas.
Nicholas solo sonrió, pero a esa sonrisa le faltaba algo, algo como… ¿Alegría?
- Me haces sentir como solo un trofeo que hay que ganar – Dije haciendo un mohín.
- Non un trofeo. Tu sei una principessa bella e mi piace essere il vostro principe – Contestó con rapidez.
El rostro de Nicholas se endureció y su ceño se frunció ante las palabras que Thomas había pronunciado. Había logrado entender algunas palabras sueltas pero ¿Qué es lo que había dicho?
- Tell in spagnolo – Le farfulló Nicholas.
- No, mi vergogno – Le contestó Thomas.
- Qual è il tempo a flirtare con lei? Non capisce – El rostro de Nicholas se volvía serio y su voz no tenía el tono amable de siempre.
- Perché so che gli piace l’accento italiano – Thomas se encogió de brazos.
- Non vedo il punto – Nicholas revoleó los ojos para luego cruzarse de brazos, luego me miró.
No sabía cuál era mi expresión, pero hasta sentía un signo de interrogación dibujado por encima de mi cabeza. Odiaba no entender nada.
- Thomas dice que eres una bella princesa y que a él le gustaría ser tu príncipe – Me dijo, pero parecía molesto.
- Stai zitto! – Le gritó Logan a Nicholas, enrojeciendo por completo.
Miré a Thomas enternecida.
- Qué lindo eres, Thomas. Gracias – Dije y él se enrojeció aún más. Sin embargo Nicholas permanecía de brazos cruzados y con rostro duro.
La fierecilla apareció de pronto, bailando de alegría porque creía que lo que Logan tenía eran celos y aunque no quisiera aceptarlo, a mí también me gustaba la idea.
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The Restricted Journal.
RomanceEsta historia no la escribí yo , pero fue una novela con la que me enganche y no pude parar de leerla , me gusto mucho , por eso quería compartirla con ustedes , ojala la disfruten , voy a subir todos los capítulos que pueda por día hasta terminarla...