12

1.3K 80 29
                                        

T/n T/a

A penas abrí mis ojos mi cabeza comenzó a doler mucho, me quejé un rato...mi estómago daba vueltas amenazando con que un líquido iba a salir por mi boca, por lo que tuve que salir corriendo al baño vomitando todo.

––– más te vale que eso sea alcohol, señorita. ––– ordenó mamá asomándose a la puerta del baño.

Ni si quiera podía hablar, mamá hizo muecas asquientas y me tomo el cabello...cuando al fin termine sentí un gran alivio y jale la cadena.

––– ¿Es alcohol, verdad? ––– preguntó mamá con preocupación.

––– obvio que lo es, mamá. ––– respondí dando el agua para enjuagar mi boca.

––– no puedes quedar embarazada hasta que seas mayor de edad...deberías hasta el matrimonio, pero la dejo pasar...––– aviso como recuerdo.

––– oye, mamá...relájate ¿Si? No me voy a embarazar...––– avisé ––– nunca. ––– murmuré para mí.

...

––– ¿Te imaginas estar embarazada? ––– pregunto Claudia con emoción.

––– ¡Deberías! ¡Me encantaría ser tía y después tener a una cosita toda fea recién nacida en los brazos para que después se haga linda! ––– sugirió Daniela sonriente.

––– ¿Y por qué no se embarazan ustedes, eh? ––– pregunté con burla.

––– ¿Están embarazadas? ––– pregunto Eric pasando por nuestro lado.

––– No, T/n si. ––– respondió Claudia señalando me.

Solo coloque los ojos en blanco con diversión y negué con la cabeza, Eric se me quedó viendo mientras me negaba, porque solo estábamos jugando...pero de todos modos salió corriendo.

––– si le dice a Carlos va a pensar que estás embarazada. ––– aviso burlona Daniela.

––– no lo hará, porque sabe que es mentira. ––– avisé con una sonrisa segura.

––– en fin, ¿Sus madres ya les están viendo marido? La mía ya empezó a buscar con quién comprometerme...aún que creo que es probable que sea Fernando. ––– pregunto Claudia.

––– la mía aún no. ––– avisé.

––– Si, la mía si. ––– respondió Daniela.

––– que suerte la mía...yo me casaré con quién yo quiera. ––– avisé sonriente.

––– ¡Uuh! ¡Con Carlos! ––– se burlaron ambas al mismo tiempo.

––– ¿Que? No, no, tiene que ser alguien que ame...a el no lo amo aún, digo, llevamos dos días de novios, no piensen estupideces...––– expliqué.

Seguimos caminando por el pueblo hasta que llegó Carlos muy serio, se le veía nervioso...y raro.

––– ¿Y a ti que te paso que estás tan serio? ––– pregunté confundida.

Los Gemelos MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora