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T/n T/a

Desperté con un terrible dolor de cabeza, me quejé un poco y voltee a ver a mi lado donde estaba Carlos dormido, se veía gracioso...me estaba abrazando con un brazo mientras que con el otro lo tenía sobre sus ojos, tenía el pelo vuelto a todos lados y se le caía la baba...iba a reír pero de solo pensarlo me dolía la cabeza.

Para salir de la cama tuve que quitar con mucha cuidado su brazo...pero no pude.

––– Mm...––– murmuró medio dormido mientras me atraía a el.

Suspiré y lo volví a intentar.

––– ¡Mm! ––– reclamó pegándome más a él.

Se dió unas vueltas hasta que me dió la espalda soltándome por completo, suspiré con alivio y me baje de la cama, me coloque mi ropa interior y fui al baño, abrí el espejo y tome unas pastillas para el dolor de cabeza. Las tomé y las dejé en mi boca, di el agua y las tragué...por suerte son pequeñas porque grandes no puedo tomarlas y tengo que molerlas o partir las, lo sé...tengo quince años y aún no se tomar pastillas, es triste y vergonzoso.

Me ví en el espejo...¡Dios! ¡Estoy hecha un desastre! Ay no...no, no, no, no, ¡No! Juro que cuando Carlos despierte lo voy a matar.

Al verme tenía mi mandíbula llena de chupetones, que bajaban por todo mi cuello...clavícula, senos y abdomen, busque algo para taparlos..tenía unos polvos como de maquillaje...el día que haya una crema para maquillaje voy a dejar que me haga todos los chupetones que quiera pero ahora no. (La base de maquillaje fue creada a inicios de 1980 y Encanto está basada en los años 1900)

Suspiré y di el agua, fui por una toalla y me duche, el agua me quito el sueño así que una vez que salí tapé los chupetones con polvo, lave mis dientes y salí de la habitación.

Carlos un dormía así que comencé a ordenar, no sé cómo me soporta o no le molesta, mi habitación es demasiado desordenada, hay de todo en todos lados...y el es demasiado ordenado, todo en su lugar y limpio, cuando usa algo y termina de usarlo lo deja dónde mismo, la verdad yo soy todo lo contrario...como me da pereza dejar las cosas en su lugar las dejo por ahí nada más.

Mientras ordenaba pude ver a Carlos despertar, estaba totalmente perdido, restregó sus ojos, miro el techo, miro a todos lados y suspiró.

––– hasta que despiertas...––– reí mientras guardaba mi ropa en el canasto de ropa sucia.

––– ¿Qué hora es? Se supone que debo estar en mi casa antes de que mi familia despierte. ––– preguntó con voz ronca.

––– son las...––– miré el reloj ––– 6:58am... apúrate. ––– respondí dejando el reloj.

Carlos con rapidez se levantó comenzando a vestirse, se arregló un poco, nos despedimos y se fue por mi ventana.

Después escuché a todos levantarse y fui a desayunar, fue lo peor... Alejandro seguía hablando y hablando de Carlos, y que como había sido todo...no se que le importa.

––– Mm...sobre besos y esas cosas, quiero hablar contigo. ––– aviso mamá con la boca llena señalando me con un dedo.

Me sentí tan nerviosa, demasiado, el desayuno se me hizo corto después de aquel comentario.

Una vez terminado creí que a mamá se le había olvidado, así que iba a subir como todos pero me equivoqué, me llamó y me dijo que fuéramos al patio...el patio es como una terraza, tiene tres sofás, uno grande a un lado y al otro tiene dos, una mesita al medio, luces, sillas, todo muy lindo porque atrás de la casa da para el bosque...nuestra casa es la única que tiene esto.

Los Gemelos MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora