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Semanas después
T/n T/a

La verdad, quería seguir durmiendo...pero el sol y mi mamá me lo impedían todos los días de mi vida.

El sol me llega a los ojos haciendo que voltee, ese problema lo puedo solucionar...pero la alarma molesta llamada mamá no tiene botón de apagado y con un golpe no deja de sonar.

––– ¡Levántate ya! ¡Es tarde! ––– ordenó mamá entrando a mi habitación.

––– No...es temprano. ––– negué mientras me tapaba hasta la cabeza.

––– ¡Uy si! ¡Muy temprano! ... ¡Son las siete con cincuenta de la mañana T/n! ¡Siete! ––– avisó con sarcasmo mientras me quitaba la sábana.

––– ¡No que me da frío! ––– negué intentando tomar la sábana pero fue inútil ––– uy...las siete son temprano, dame hasta las nueve.

––– no me importa si te da frío anda a bañarte. ––– ordenó mamá ––– ¡Por dios hija d...! ¡Mira tu habitación! ¡Un chiquero! ¡Todo para todos lados! ¡Ay no! Dios dame paciencia porque si me das fuerza la mato...––– suplicó viendo mi desorden ––– ¡Levántate o te levanto a puras cachetadas T/n! ¡Te estoy llamando desde la seis de la mañana levántate ahora sí no quieres estar castigada! ––– ordenó con molestia.

Tomé con mis pies las sábanas y me volví a cubrir por completo haciéndome bolita al fondo de la cama.

––– ¡Levántate porquería! ––– ordenó quitando las sábanas.

––– ¡Déjame tranquila! ¡Quiero dormir! ––– ordene con molestia.

––– Ah, ya, bueno, estamos con esa...estás castigada y no vas a ir a ver a Carlos, por webona...cagaste. ––– avisó con calma para dirigirse a la puerta de mi habitación.

––– ¡No! ¡Ya! ¡Si me voy a bañar! ––– me levanté con rapidez mientras restregaba mis ojos.

––– Aah, ahí te levantas...voy empezar a castigarte más seguido con eso. ––– avisó señalando me con un dedo.

Suspiré molesta y cerré la puerta, me fui al baño, hice mis necesidades, me duche, me arregle, me vestí y baje por desayuno.

––– ¡Buenos días T/n! ¿Cómo amaneciste hoy? ––– pregunto Alejandro con una sonrisa mientras tenía una taza de café en sus manos.

Que te importa.

––– bien. ––– respondí acercándome a los muebles.

Comencé a sacar el cereal y la leche.

––– y...¿Cómo vas con todo? Con Carlos, tus amigas...––– preguntó con una sonrisa.

––– normal. ––– respondí cortante.

––– eso es...¿Bueno? ¿No? ¿Es bueno? ––– le preguntó a mamá.

––– Si, descuida cariño. ––– afirmó mamá besando su mejilla.

Coloque los ojos en blanco mientras me servía cereal, enserio me cae mal este tipo y el día que termine con mi mamá será el día más feliz de toda mi vida.

Los Gemelos MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora