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T/n T/a

Después de eso, me quedé en el bosque yo sola, viendo con sorpresa y disgusto como Carlos se iba sin si quiera dar una explicación o pedir disculpas, a hecho dos cosas, entro a una propiedad privada sin permiso y robó...si quisiera podría decirle a mis padres, pero ¿Saben? No quiero más problemas ni un cacho más, lo único que lograría es que mis padres hablen con los suyos, lo regañen y sea más insoportable conmigo.

La verdad...no sé cómo Claudia y el pueden ser amigos cuando es tan insoportable.

––– estúpido. ––– murmuré acariciando mi muñeca.

Negué con la cabeza mientras bufaba, mire a otro lado y luego en la dirección que de fue.

¿Cuál era su problema? ¿Que le hice? ¿Por qué robó mis libros y mi diario? ¿Lo habrá leído?

Aquellas preguntas me dieron escalofríos, debía hablar con el...si el sacaba a luz mis secretos, me arruinaría...por completo, me destrozaría, y el probable que como tengo secretos hasta familiares ahí nos tendríamos que ir del encanto.

Así que antes que el pudiera salir del bosque comencé a correr en su dirección.

––– ¡Espérate! ¡Carlos! ––– grité alzando mi brazo mientras corría en su dirección.

El volteó hacia mi levemente y luego se dió toda la vuelta.

––– me da igual si le dices a tus padres ¿Sabes? Miedo no te tengo ni a ti ni a nadie. ––– aviso seriamente colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón.

Suspiré y cuando frene en frente de el tome mis rodillas, intentando poder respirar.

––– dame un segundo...––– ordene con agitación mientras levantaba un dedo.

Tome aire y volví a mi posición normal, mi pecho aún se elevaba y bajaba con agresividad.

––– ¿Leíste mi diario y mis libros, no es así? ––– pregunté frunciendo un poco el ceño y levantando una ceja con duda.

––– si los robé fue por algo ¿No? ––– respondió con obviedad.

––– Si, bien, Am...––– balbucee ––– no le puedes decir a nadie lo que leíste...ni en los libros y menos en el diario. ––– ordené.

Cómo siempre, el me iba a chantajear...Era lo más probable viniendo de Carlos.

––– ¿Por qué no? Si me caes mal, debería hacerlo. ––– explicó con una sonrisa burlona.

Suspiré y voltee a ver a ambos lados para luego volver mi vista a el.

––– por favor...enserio, ¿Podemos dejar de lado el odio que nos tenemos? Si alguien llega a saber esas cosas...me tendría que ir del encanto, y a parte de que me corren de mi casa tendría que dejar el ballet, piano y violín, y se que eso no te importa... búrlate si quieres, pero no puedes decirle a nadie...esas cosas que leíste...olvidalas.

––– Carlos dió una risa amarga y sarcástica ––– al fin tienes razón, no me importa...ni eso ni lo demás. ––– aviso burlón.

Los Gemelos MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora