Los Gemelos Madrigal

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T/n T/a

Estaba durmiendo tan bien, no quería despertar por nada del mundo...mi plan era dormir hasta tarde...pero no pude.

––– ¡T/n, levántate! ––– ordenó mamá entrando mientras me quitaba las sábanas.

––– Mm. ––– reclamé colocando la almohada sobre mi cara.

––– te quiero abajo en veinte minutos. ––– ordenó.

...

––– le jugo de damasco es mejor que el de naranja. ––– opine mientras caminaba con Claudia y Daniela.

––– No, No, la naranja es mejor...tiene más vitamina, además. ––– negó Daniela.

––– fracasadas, la manzana es superior. ––– avisó Claudia mientras hacía como si limpiará su hombro.

––– no, a ver...gustos son gustos...........¡Damasco es mejor! ––– ordene con una Sonrisa.

––– ya sé, Carlos o el damasco. ––– se burló Daniela.

––– ya cállate, Daniela. ––– ordene colocando los ojos en blanco con diversión.

––– ¿Por qué? Es tu NOVIO. ––– preguntó Daniela con burla.

––– que molestas son. ––– avisé volteando a ver a cada una.

––– ¡Pequi preciosa! ––– gritó alguien a lo lejos.

Ese apodo...¡Es mío! ¡Yo lo conozco! ¡Se quién es!; Voltee a ver al frente y pude ver a lo lejos...¡No puede ser!

––– ¡¡Celio!! ––– grité con emoción mientras sonreía.

Comencé a correr hacia el esquivando a la gente hasta llegar, una vez con el nos dimos ambos un fuerte abrazo mientras el me levantaba un poco dando unas vueltas.

––– ¡Te extrañe! ––– avisé comenzando a llenar toda su cara con besos.

––– ¡Yo a ti! ¡Pero que preciosa! ––– aviso bajando me y tomando mi mano dándome vueltas ––– ¡Estás divina! ¡Perdiste peso!

––– gracias...––– agradecí con una gran sonrisa.

––– ponme al tanto de todo, tanto tiempo sin ver a mi preciosa merece un día juntos. ––– aviso tomando mi mano.

––– por su puesto, vamos le aviso a mis amigas. ––– acepté mirándolo con una sonrisa.

Cuando llegamos con ellas les expliqué, obviamente acortaron...de todos modos se verían con sus novios, y yo...bueno, pasaría todo el día con mi querido y bello Celio.

––– supe que el tío T/p murió...como lo siento mi pequi. ––– acaricio mi mano.

––– descuida, ¡Pero todos estarán emocionados de verte! ––– avisé con emoción.

Llegamos a casa y abrí la puerta.

––– ¡¡Adivinen quien llegó familia!! ––– grité con emoción.