Stiles había muerto a causa del Noghitsune, su cuerpo fue cepultado junto a su madre y toda la manada lloro su muerte.
¿Que pasa ahora que Stiles vuelve siendo un Quimera en busca de venganza?, ¿Cuál será el punto de quiebre de sus amigo?, ¿Que suce...
"Es frio por aquí, ¿No crees?", susurro una voz, me desperté en un sótano de color negro, con hollín y leve olor a quemado, mi cabeza dolía, mi último recuerdo fue que estaba con Los Doctores del Mal, en su guarida, con una especie de araña robótica que metieron en mi boca y, después de eso, todo se nublo.
-Creo, mi querido Stiles, que deberías levantarte o el fuego te consumirá a ti también- susurro nuevamente la voz; no sabía a lo que se refería hasta que mire atrás y una gran llamarada se esparcía por todo el pequeño lugar, me levante, pero algo me lo impido, unas grandes cadenas sujetas al piso estaban atándome las muñecas, poco a poco el fuego se iba acercando a mí y el calor poco a poco se hacía más doloroso- ¡Uh!, con que planeas morir por segunda vez ¿Eh?, creo que deberías de dejar ese fetiche con el mundo de los muertos- susurro por tercera vez la voz.
- ¿¡No crees, quien sea que seas, que deberías ayudarme en lugar de estar diciendo estupideces!?- grite hacia el techo, esperando una respuesta y tirando de las cadenas una y otra vez en mi intento de escapar.
-Los zorros somos astutos, Stiles, si vemos peligro no nos acercamos, ni siquiera por nuestros hijos o, en este caso, por antiguos portadores de nosotros- dijo la voz nuevamente- creo que el fuego te alcanzará en 3...2...1... ¡acción! - grito fuerte y claro.
El fuego estaba a un centímetro de mí, cerré los ojos, resignándome a morir quemado, no sería tan dolorosos después de cinco segundo pues en ese tiempo mi sistema nervioso habrá cedido, pero serían los cinco segundos más dolorosos de mi vida, bueno, de los cinco minutos de vida que recuerdo; apreté los ojos como si eso fuera a ayudarme cuando de pronto deje de sentir el calor del fuego para convertirse en un clima templado, abrí mis ojos poco a poco y ya no estaba en aquel sótano con hollín, si no en una aula de clases totalmente vacía y durante la noche, toque mi cara automáticamente y, al percatarme de ello, revise mis muñecas, aquellas cadenas habían desaparecido, la pregunta era, ¿Cómo y por qué?.
-Las cadenas no están porque las he quitado, mi querido amigo- susurro la voz desde un rincón del salón totalmente obscuro- fue divertido ver el miedo en tu cara, ¿No crees?
- ¿Quién demonios eres y que haces aquí? - pregunte en un tono poco amigable, levantándome del asiento y dando unos pocos pasos hacia aquel rincón, pero manteniendo mi distancia.
-Es curioso que uses la palabra "demonios", después de todo, eso es lo que soy- dijo aquella voz que poco a poco salió de las sombras- ¿Qué es aquello que no está del todo cerrado, pero tampoco del todo abierto? – una figura con el rostro y manos vendadas era lo que me hablaba.
-Tú... otra vez tú, Noghitsune- susurre dando unos pasos hacia atrás hasta que mi espalda choca con la pared- no, no es real, tú estás muerto, tú nos mataste. - dije para mí mismo más que para aquel demonio.
-Nunca deje de existir, solo quede atrapado en tu cuerpo, en lo más recóndito de tu mente, pero estabas muerto hasta que esos Doctores del Mal te revivieron y míranos aquí, charlando como dos viejos amigos, eres tan fuerte mentalmente que aquellos Doctores no pudieron borrar tu mente y, en lugar de eso, te encerraron en ella para poder controlar tu cuerpo- dijo sentándose en un banco y mirándome directamente a los ojos a través de aquellas vendas- uh, huelo miedo, exquisito miedo, pero es una lástima que no pueda comer porque estoy cautivo aquí.
- ¿Cautivo?, ¿A caso no puedes salir de este cuerpo y ya? - pregunte tomando asiento, si no puede comer, después de todo ya no es tan peligroso como antes.
-Si lo pudiese hacer, lo hubiera hecho hace mucho, pero como podrás notar me es imposible, incluso un demonio tiene reglas que seguir, ¿Sabes?, si el cuerpo físico, terrenal, en el habitas muere y yo me encuentro dentro de él, me quedo atado a este por mil años, hasta que sus restos sean nada, polvo solamente, pero aquellos Doctores te revivieron y alargaron más ese tiempo pues regeneraron totalmente tu cuerpo- conto, cruzándose de brazos- es tan gracioso esto, ¿No crees?
- ¿Qué nos suicidaras, nos revivirán y estar encerrados por siempre en mi mente?, sí, es totalmente gracioso- dije sarcásticamente mientras le torcía los ojos.
-No me refiero a eso, aunque si es gracioso, si no a que mientras nosotros estamos aquí, platicando, los Doctores del Mal están controlando tu cuerpo y poniendo en marcha su plan para poder matar a tu manada, a tu familia y a tú amado- contesto mientras una risa se escapaba de sus vendajes mostrando grandes colmillos.
- ¿Mi amad... ¡Derek! - grité, ahora reaccionaba, los Doctores del Mal me habían revivido por su estúpida venganza, todo lo sucedido desde que nací hasta el momento de la araña robótica en mi boca llego a mi sub-subconsciente, todos corrían peligro, todos iban a morir- debo salir de aquí, y pronto.
- ¡Ja!, si un demonio de miles de años como yo no ha logrado salir de tu escuálido cuerpo, ¿Cómo crees que el simple subconsciente de ti lograra salir y tomar el control de tu cuerpo?, es bueno que hagas reír- dijo el Noghitsune.
-Lo hare porque como dijiste, soy muy fuerte mentalmente y porque tú vas a ayudarme a salir- dije mientras me levantaba y me posicionada frente a él, agachándome un poco y poniendo mi dedo índice en su pecho.
- ¿Por qué crees que te ayudaría, insignificante humano? - pregunto el demonio levantándose y apartando mi dedo de un manotazo.
-Porque así podrás salir del subconsciente y tratar de tomar el control de mi cuerpo otra vez, así sería una lucha entre dos y no entre tres, ambos salimos beneficiados, tú podrás salir y yo salvar a mi manada- respondí sin titubear, sin miedo.
-Eres bueno haciendo tratos, acepto, pero no creas que, por eso, en el momento en el que solo estemos los dos tendré algún tipo de piedad contigo o con aquellas personas a las que llamas manada, no creas que somos amigos- dijo el demonio dedicando una sonrisa.
-Créeme, no quiero ser tu amigo y, cuando el momento llegue, el que no tendrá piedad con el otro, seré yo- dije serio, sin ningún otro tipo de ton en mi voz que el de alguien decidido; debía salir de aquí y salvar a mi manada, a mi papá a Derek.
