QUIMERA (Sterek)

Cap.10: Mente.

Pov. Stiles:

Te quiero, ¿Enserio le había dicho te quiero a Derek Hale?, estaba acostado en mi recamara, recién salido de la ducha y mirando al techo, no era algo que yo tenía planeado, solo paso, es como si de la nada esas palabras salieran de algún lugar muy remoto dentro de mi o tal vez, solo tal vez, estaba encariñándome con él, eso me aterraba, debía matar ese afecto que estaba empezando a sentir por Derek, si seguía así podía echar a perder el plan y todo se saldría de mis manos; mentí cuando dije que tenía un poco de nervios por las guardias en el bosque que vamos a hacer, ¡por Dios!, soy el cazador de cazadores y seres sobrenaturales, ¿Qué me puede hacer una cosa que solo por no saber que es da miedo?, pero la idea que tuvo Derek, la de silbar la canción de las películas de Star Wars si me sentía en peligro para que él viniera a rescatarme era simplemente hermosa, eso demostraba que se estaba preocupando por mí.

Decidí dejar de pensar en lo que paso hoy, solo necesitaba dormir, lograr escapar un rato al laboratorio para entrenar y seguir con el plan para acabar con la manada, solo faltaban tres semanas y todo acabaría.

Stiles... recuerda, Stiles recuerda, esas palabras venían de algún lugar, pero no sabía de donde exactamente, estaba parado en el bosque, todo estaba obscuro y silencioso, no llevaba nada cubriéndome los pies por lo que sentía la humedad de la tierra, no había nada ni nadie a mi alrededor y la obscuridad era mi única compañía, de la nada una luz esférica parecida a una mecha de vela se posó frente a mí, por extraño que pareciera no le temía, era como si ya hubiera estado con lo que sea que fuera eso; esa flama se empezó a mover dentro del bosque y sentí la necesidad de seguirla, la voz que me decía recuerda se hacía cada vez más fuerte.

Aquella llama se dejó de mover unos minutos más tarde, estaba en un claro de bosque y frente a mi estaba un pedazo de tronco, eso me llamaba mucho la atención pues, al igual que con la flama, sentía que ya lo conocía, un dolor de cabeza me llego de la nada, caí sobre mis rodillas y sentía nuevamente que algo escurría de mis ojos, nariz y orejas, imágenes venían a mi mente pero no reconocía ninguna, en una de esas estaba colgado por las rodillas de la casa de Scott y este tenía un bate en las manos, en otra de ellas me encontraba dentro una patrulla y frente a mi estaba Derek mirándome como si quisiera asesinarme, hubo muchas más pero una en especial fue la que me llamo la atención, yo era niño, estaba en un hospital, me ocultaba atrás de mi papá mientras lloriqueaba un poco, mi mamá se encontraba asustada y con un tenedor de metal en las manos.

-Noah, quiere hacerme daño, es un monstruo, quiere hacerme daño, quiere matarme- decía mientras trataba de acercarse más a mí, tenía una mirada de odio, de rabia y esta solo se dirigía a mí.

-No, no es cierto mi amor, es Stiles, es nuestro hijo, ¿recuerdas?, vinimos a verte porque hoy es el día de las madres y quería verte- decía mi papá mientras que con un brazo me sostenía y con el otro trataba de calmar a mi mamá.

-No, no es cierto, te está engañando, se está burlando de ti, yo lo sé, es una aberración- insistía mi mamá mientras seguía tratando de acercarse con el tenedor.

-No, mami, no quiero hacerte daño, soy yo, mami, soy Stiles, tu hijo, hoy fue el festival del día de las madres en la escuela y recite un poema para ti, me hubiera gustado que lo hubieras visto, todos me aplaudieron, pero no importa- dije mientras me quitaba mi mochila de Batman y sacaba algo de esta- también te hice un regalo, es una foto de nosotros en marco que hice con palitos de madera y macarrones, también te traje unas flores pero se aplastaron cuando te abrace y me empujaste porque caí sobre ellas, pero tampoco importa, te traeré otras.

Me trate de acercar a ella extendiéndole el regalo, mi mamá aventó el regalo y este se rompió, se lanzó sobre mí y me dio un rasguño con el tenedor en la cabeza, iba a encajármelo en el rostro, pero llegaron unos médicos que la sujetaron y la sedaron; trate de acercarme a ella pero ese liquido salió con mas fuerza, cada vez mas abundante y, justo cuando iba a lograr tocar la mano de mi madre me desvanecí, me desmaye en mi propio sueño.