Seamus Finnigan

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Era ya el último fin de semana que le dejaban salir al pueblo de Hogsmeade.

Dean Thomas y Seamus Finnigan estaban en Zonko's comprando artículos de broma cuando el moreno se quedó mirando anodadado a la nada, o eso parecía, por la ventana.

-Eh Dean mira estás gragueja...- el castaño se acercó a su lado y ahí estaba ella, ¿estaba flotando en el suelo?

Salieron de la tienda y se acercaron, la chica llevaba unas zapatillas, ¿con ruedas?, Seamus no lo entendía, no le salían palabras, tenía ojos como platos.

-¡T/N! Dios, ¿sabes montar en esas cosas? -pregunto Thomas.

Dean Thomas venía de una familia muggle así que ya estaba un poco familiarizado con esos temas.

-Hola Dean, si se montar en...estas cosas -la chica lo abrazo y se quedó boquiabierta al ver al otro chico al lado de su mejor amigo -. ¿Qué te pasa Finnigan? ¿El gato de ha comido la lengua?

El chico seguía sin decir nada.

Se formó un silencio un poco incómodo, así que la chica se dió la vuelta y se puso a dar vueltas con los patines.

-¿Quereis probar? Os puedo enseñar -exclamó T/N desde la distancia.

Dean le pegó un codazo a su amigo que seguía en una especie de colapso, y le hizo un movimiento de cabeza para que se acercase a la chica.

-Eh bueno, vale -por fin le funcionaban las neuronas.

-Ven aquí Finnigan -la chica se sentó en una banca y comenzó a quitarse los patines.

-Vamos no tengas miedo -le susurro Dean al oído, lo que hizo que el moreno se ganase un codazo en el estómago.

Seamus se acercó con el ceño fruncido por las palabras de su amigo, pero en cuanto T/N levantó la cabeza y le sonrió, con esa sonrisa que tanto amaba, se relajó.

Se sentó a su lado en la banca y comenzó a ponerse esas cosas con ruedas.

-Muy bien, ahora levántate -la chica se pusó delante suyo y le extendió las manos.

Dudó por un momento; y si se caía, iba a quedar en ridículo delante de ella, dios que vergüenza.

-Tranquilo Finnigan, si te caes no pasa nada -intentó animarlo T/N, con otra de sus carismáticas sonrisas.

Se pusó de pie, tambaleándose, pero las manos de ella le sujetaban.

Empezaron a avanzar, por cada pasó casi resbalando, estuvieron así por mucho rato, hasta que se percataron de que el moreno se había largado, Seamus sabía perfectamente porque.

-Bueno ahora lo vas a hacer solo, yo me pongo al otro extremo y vienes hasta mi -aclaró T/N alejándose al otro lado de la acera.

Le temblaban las piernas, se fue acercando poco a poco, y justo en el último momento tropezó, y cayó en los pies de T/N.

Se levantó tan rápido como pudo, sonrojado por el espectáculo que había montado, la chica estaba delante sonriendo, aguntandose una carcajada.

-¿Estás bien? -pregunto como pudó, se estaba muriendo de risa por dentro, la ardían las mejillas de aguantar la risa.

-Sí, sí -le estaba sangrando la barbilla por el golpe contra el suelo.

-Seamus estás sangrando -T/N giro la cara del chico, con cara de preocupación, para ver mejor la herida.

-Oh, no es nada, estoy perfectamente -formuló el castaño, la verdad es que le dolía, aunque solo fuera un raspón de nada.

-Ya pues es mejor que te lo cure, porqué sino te mueres por eso, te mueres por una infección -exclamó T/N acercándose a su bolso y sacando su varita.

-No seas exagerada, tampoco me voy a morir -se acercó hasta su lado, dándose con la banca en las espinillas.

T/N levantó su varita y con un movimiento, la herida se fue cerrando.

-Gracias -dijo el castaño.

-No es nada -la chica le volvió a sonreír, sentándose a su lado en la banca.

-¿Cómo has aprendido ese hechizo? -cuestionó Seamus.

-Bueno mi madre es sanadora en San Mungo, y paso mucho tiempo ayudando a Madame Pomfrey en la enfermería -exclamó T/N girándose para verle.

Se quedaron en otro silencio, el chico ya se había quitado los patines y puesto sus zapatos.

Se fueron juntos, en silencio, hasta el castillo, y justo en la entrada Seamus le agradeció por ese día y se fue por un pasillo solitario de vuelta a su sala común.

La chica empezó a correr detrás suya, hasta que lo alcanzó y le agarró del brazo y lo giró.

Se miraron por unos segundos y Seamus, sin saber las intenciones de la chica, la beso.

Notaron que ambos sonreían en el beso, se separaron y se sonrieron otra vez, ella con esa sonrisa que el tanto amaba y el con ese sonrojo que la enamoraba más a T/N.

-¡SÍ POR FIN! ¡LO SABÍA! ¡VAMOS, LOS GEMELOS ME DEBEN CINCO GALEONES! -Dean salió por un lado de pasillo aplaudiendo como un histérico.

-Callate Dean -la chica rodó los ojos -. ¿Espera apostaron por nosotros?

-Bueno mejor os dejo solos parejita -exclamó Thomas alejándose por la oscuridad del corredor.

Los otros dos se miraron y con otro beso se despidieron para, ahora sí, irse a su sala común.

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Espero que les haya gustado

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Atte:  M.Lupin
                                

ONE SHOTS (HARRY POTTER) (+18) (PAUSADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora