Finalmente se ha marchado Adri. Creo que solo ha venido aquí porque nos ha visto con estas chicas que conocimos ayer. Me he puesto a pensar que lo mejor ha sido que no durmiera con esa chica, Ana. -Ana no, Mariana-. Creo que de haber dormido con esa preciosura no me hubiera contenido. No hubiera podido dormir. O la besaba o ella terminaba echándome de su cama. Pero para mi disgusto -y felicidad de Adri- eso no sucedió.
Si bien esta chica Ana está de ensueño: alta, cuerpazo, pelo largo y ojos intensos... hay algo dentro de ella que me llama la atención. No sé si es su misterio, su carácter o su elegancia... la forma en que conecta las palabras unas con otras, como bailando en sus labios... Nunca había conocido a alguien igual.
Hasta ahora he conocido a chicas hermosas, sobre todo en la universidad: chicas rubias y morenas, chicas tímidas y chicas atrevidas, chicas altas y chicas bajitas... Pero todas, todas son igual de simples. No ha habido ninguna -salvo Adri- que me haya llamado la atención, que me haya hecho querer saber más, querer conocerla...
Adri y yo nos conocemos desde el preuniversitario y llevamos juntos seis años. No es la chica más hermosa del mundo, pero sin dudas una de las más 'cool'. Ella y yo nos entendemos como si fuéramos hermanos o amigos de toda la vida. Ella muere por mí y yo nunca me he sentido tan cómodo como con ella, sin dudas.
Cuando todo comenzó no éramos más que amigos, muy buenos amigos y su falta de gracia o -digamos- de feminidad, me hacía sentirme a salvo con ella... como que podía ser yo mismo, como que era un amigo más. Y entonces, sin más, un día nos besamos como dos chiquillos. Yo era un mazo de huesos flacos y ella era demasiado para mí... demasiado segura, demasiado valiente, demasiado arriesgada, demasiado loca. Nunca ha sido mi prototipo, pero está bien, porque me conoce como a nadie. Es verdad que lo hemos dejado decenas de veces, siempre por sus celos descontrolados que terminan cansándome a mí. Pero debo admitir que la chica tiene una perspicacia de locos. Se da cuenta de las cosas antes que yo mismo. Siempre atina.
Después de la cena de hoy: fideos con mayonesa me doy un rápido baño de agua helada y me apuro para vestirme antes de que lleguen las chicas. Me pongo un poco de perfume e intento, inútilmente, peinarme. El freaky se ha ido a jugar Assassins Creed con su pandilla de amigos informáticos y solo estamos nosotros cuatro aquí.
— Aquí como que la cuenta no da, ¿no? — pregunta Luciano.
— ¿Qué cuenta? — le digo, sin entenderlo.
— Somos cuatro y ellas son tres —lo dice como si fuera la cosa más obvia del mundo, como si chicos y chicas no pudieran ser amigos, como si yo no tuviera novia, como si... Espera... ¿Eso quiere decir que piensan estar con ellas?
— Asere... —le digo, decepcionado —ellas no, vamos a ser amigos normal. Ellas son escapás.
— Es verdad —dice Alba, todavía con la toalla enroscada en la cintura —vamos a ser amigos.
Me quedo más tranquilo y me doy la vuelta, no sin antes ver que le hace una seña con el ojo a Luciano.
— Vístete, anda —le dice Juani, un segundo antes de que entraran por la puerta.
Entra Yiya, Daniela y Mariana, en ese orden, sin saber dónde meterse en este cuarto tan pequeño y, además, regado en extremo.
— Disculpen el desorden, caballero —les dice Juani. Siéntense.
Alba sigue con su toalla en la cintura, como si no le importara que lo vieran así, como si quisiera que lo vieran así... La diferencia es que las chicas no lo miran, al menos no Ella, que termina sentada nada más y nada menos que en Su cama. Ella mira las paredes y techo de nuestro cuarto, que están empapeladas con cientos y cientos de portadas de revistas, sin dejar ni un solo hueco al descubierto. Mi cama, en particular, tiene portadas de músicos, solamente, mientras el resto tiene a chicas bonitas, por lo general.
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¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?: cuando dos amigos se enamoran
Romance¿A que nunca has sido tan estúpido como para enamorarte de tu mejor amiga? ¿A que nunca has sido aún más estúpido para enamorarte de la chica de tu amigo? Pues yo sí. Desde que conocía a Mariana, sentí una conexión especial, era una chica diferente...