40. Eternidad.

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Nos encontrábamos todos almorzando en el hotel, por supuesto todo fue privado y completamente seguro. Will pidió un postre especial para los dos, y sin duda lo disfruté muchísimo, tenia mucho antojo de dulce. Lo observé que se puso de pie, tomó su copa de vino y la golpeó ligeramente con una cuchara, todos le prestaron atención y él solo sonreía, de una forma tan hermosa y maravillosa. Su sonrisa lo era todo.

- Gracias familia y amigos por estar aquí con nosotros -Enseguida me puse de pie a su lado y rodeé su brazo libre con mis manos.- Por hacer este viaje tan largo y sobretodo, ayudarme con la sorpresa para mi futura esposa. -Dijo sin quitarme la mirada de encima, yo sonreí apenada y me encogí de hombros.
- Eres muy bueno con las sorpresas. -Todos rieron, sabían que me moría por saber, y desde luego intenté indagar con la mayoría, pero no obtuve nada.
- Precisamente por el tiempo que le invertimos al viaje, no pudimos tener como tal una cena de compromiso, -Dijo Will viéndome, y buscando entrelazar nuestras manos. Yo le sonreí y negué con la cabeza, realmente no era un problema.- Y lo más simbólico que eso representa, es lo que quiero decirte ahora... frente a tus padres y nuestros amigos más cercanos. -Lo observé buscar en los bolsillos de su pantalón, hasta que sacó una pequeña cajita negra. Él se acomodó frente a mi, y la abrió, escuché algunos chillidos de emoción entre nuestros amigos, observé un anillo fino y delgado, cubierto en su totalidad por piedras preciosas. Alce la mirada hacia Will, él me observaba fijamente, podía notar que se veía nervioso.- Se que te has de preguntar porqué dos anillos, Alex, el primero es de compromiso, pero este... -Decía mientras tomaba mi mano donde tenía el anillo que me dio de compromiso, y me colocaba este segundo en el mismo dedo.- este anillo representa el amor sin fin entre nosotros... un amor que tú y yo sabemos cómo surgió, sabemos lo sincero y puro que es, y mi intención es llevar este compromiso al infinito, y que nunca se acabe... -Yo asentí como una tonta, como si estuviera hipnotizada, él sonrió felizmente y sin soltar mi mano, continuó hablando- Recuerdo desde que estábamos en la escuela, me encantaba verte, me encantaba pasar tiempo contigo, me encantaba tu sonrisa... por azares del destino nos distanciamos, pero hace ya más de dos años que nos volvimos a encontrar, desde esa noche que te vi, sabía que me habías pasado toda la vida, y no iba a ser capaz de permitir que te alejaras de nuevo... Porque me cautivaste desde el primer momento, te lo dije antes y te lo repito hoy... apareciste para darle un camino y flujo a mi vida, para iluminar mi camino en los momentos más oscuros... cuando siento que todo está mal, solo me basta con verte a los ojos para sentirme a salvo. Cielos, Alex... -Escuché su voz ronca, y un poco entrecortada,- me he enamorado de ti como un loco, y se que está clase de certeza solo llega una vez en la vida... por eso apenas desperté del coma sabía que te necesitaba a mi lado, y te pedí seas mi esposa, y no sabes lo feliz, lo honrado y bendecido que me siento porque aceptaste. -No pude más, rodee su torso con mis brazos y hundí mi rostro en su pecho, no podía dejar de llorar, pero esta vez era de felicidad pura. Sentí que Will me rodeo con sus brazos y besaba mi cabeza, escuché que nuestros amigos empezaron a aplaudir y chocar sus copas entre ellos.- ¿Estás bien? -Yo asentí sin sacar mi rostro de su escondite, él río suavemente y me separo ligeramente de su cuerpo, sin dejar de abrazarme, alce el rostro y nuestras miradas se encontraron. Él me sonreía de una forma tan sincera, tan maravillosa, tan llena de amor...
- Will... Ni siquiera tengo palabras... te mereces el cielo, la luna y las estrellas, y yo solo estoy aquí llorando frente a ti. -Dije riendo nerviosa, él rió conmigo.
- Tu eres todo eso para mi, Alex. -Dijo mientras me ofrecía un pañuelo que llevaba en su camisa del traje y yo me limpié las lágrimas.
- Te amo tanto, tanto que... que no me alcanzara una vida para demostrártelo. -Ahora hablábamos entre nosotros dos, pues a nuestro alrededor seguían festejando nuestro amor, él me acarició el rostro con dulzura y no dejaba de observarme.- Eres lo mejor que me ha pasado, y lo más bonito y preciado que la vida pudo otorgarme, y no te voy a perder por nada del mundo Will, te cuidare toda la eternidad.
- Lo sé... créeme que lo sé, y por supuesto que también yo a ti, Alex. -Él tomó mis manos y las besó. Después tomó mi rostro entre sus manos y me besó los labios de una manera tan tierna, tan dulce, tan llena de amor... en este momento sólo éramos él y yo. Escuchamos festejo entre nuestros amigos y familia, Will y yo nos separamos sin quitarnos la mirada de encima. Nos giramos hacia nuestros amigos y ahora si, comenzamos a recibir las felicitaciones, abrazos y se me escapó una que otra lágrima más.
- William... -Decía papá al estrechar su mano con Will, y después darle un fuerte abrazo.- ¿Qué te puedo decir Will? Todo lo que un padre pudiera desear para su hija y su felicidad, se lo has dado y estoy seguro que lo seguirás haciendo.
- Haré todo lo necesario, señor, para que a ella no le falte nada.
- Ven aquí, cielo. -Decía mamá muy emocionada, mientras envolvía a Will con sus brazos. Ella se veía muy feliz y al borde del llanto, al igual que yo.

Después de terminar de recibir las felicitaciones y soltar una que otra lágrima, regresamos a nuestras habitaciones, por supuesto Will y yo teníamos habitaciones separadas, hasta el día de la boda pasaríamos a la habitación correspondiente.

Estaba acomodando la enorme caja donde venía mi vestido, me sentía muy emocionada y feliz, me recosté en la cama unos minutos, pensando en todo lo que me había ocurrido con Will, observé mi mano izquierda, en ella tenia los dos anillos en el mismo dedo, no pude evitar sonreír feliz al recordar todas las bonitas palabras y sensaciones que Will me hizo sentir esta tarde. Escuché que tocaron mi puerta, en automático sonreí. Me levante y camine hacia la puerta, observé por el pequeño cristal y vi a Will parado, no pude evitar que se me escape un suspiro, abrí la puerta y ahí estaba él, sonriéndome. Enseguida me rodeo la cintura y me besó rápidamente. Pego su frente con la mía y me cargo ligeramente, yo entrelacé mis manos detrás de su cuello.

 Pego su frente con la mía y me cargo ligeramente, yo entrelacé mis manos detrás de su cuello

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- Eres tan preciosa, cariño... -Dijo entrando a la habitación conmigo abrazándome y sosteniéndome, yo sonreí, después de todo este tiempo seguía sonrojándome ante sus comentarios y sus miradas. Cerró la puerta a sus espaldas y entonces me bajo al suelo nuevamente.
- Que bueno que vienes, necesito ayuda... -Tome su mano y lo dirigí hacia la cama, ahí estaba la enorme caja del vestido.- ¿Me ayudas a moverlo a ese sillón?
- Claro que si. ¿Que hay dentro? -Dijo buscando la orilla de la tapa, para levantarla, yo puse mis manos encima, impidiendo que levantara la tapa.
- No puedes verlo, es de mala suerte...
- ¿Es tu vestido? -Yo asentí, inmediatamente él sonrió y no me quitaba la mirada de encima, algo tramaba, lo sabía. Cargo la caja con cuidado y la coloco donde le indiqué, después nos recostamos en la cama abrazados.- ¿Estas muy cansada? -Decía mientras me acariciaba el cabello con cuidado.
- Un poco, ¿y tú?
- Estoy bien, ¿te gustaría que salgamos a caminar? Solo nosotros dos... -Yo alce la mirada para obsérvalo, le sonreí y asentí.
- Esa idea me gusta. -Me puse unos tenis cómodos, un abrigo y una bufanda. Caminamos juntos hacia su habitación, él se puso un abrigo y nos fuimos, no sin antes avisar a Mark, ya que él nos debía acompañar también.

Will me tenía abrazada mientras caminábamos por el centro de la ciudad donde nos encontrábamos, en Sarrians, Francia. Era un lugar hermoso, obviamente con arquitectura muy diferente, me encantaba.

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👀🤎
Ya se acerca el final 😭

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