Capítulo #1

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Molly estaba más que lista para ir a la escuela se colocó su zapato faltante y cuando abría la pequeña puerta de su habitación no pudo evitar olvidarse de algo, o mejor dicho de alguien.

—Oh Scratch... — dijo Molly muy emocionada —¡Debemos ir a la escuela!

De un pequeño hogar miniatura salió expulsado su fantasma y mejor amigo Scratch, parecía que dormía pues tenia puesto un gorrito de dormir que poco despues se lo quitó, él ya sabía lo que se avecinaba.

—Iremos a la escuela ¿Verdad?— mencionó con mucha "alegría" y "entusiasmo" agitando los brazos.

—Así es mi amigo, vayamos rápido que se nos hace un poco tarde— Molly tomó a Scratch como si de un peluche se tratase y ambos salieron de la habitación.

A medio camino en la cocina ambos observaron que todo estaba casi listo, su padre Pete se aproximaba hacia ella con lo que parecía ser su lonchera. Al parecer mamá sería la que los acompañe por esta vez, Pete llevaba un yeso en el brazo causada por un accidente durante su trabajo, aunque no era nada grave.

—Recuerda Molly, nunca juzgues un libro por su portada, intenta buscar lo positivo en cada oportunidad, sé tu misma y... — antes de que termine su lista de consejos, Mol y su padre dijeron en coro.

—¡Siempre se agradecida!— ambos rieron un poco y Pete añadió —Nunca lo olvides es algo de nosotros los Mcgee.

Toda la familia se dio un abrazo y salieron de la casa no sin antes despedirse de papá.

—¡Adiós!— dijeron ya en el auto mientras subian las ventanas y se iban contentos.

—¡Hasta luego!— dijo Pete, algo preocupado —espero que les vaya mejor que a mi.

El auto se dirigía hacia aquella secundaria Brighton. Mientras que lo hacía todo a su alrededor parecia estar en orden, las calles estaban limpias, había muchas personas felices, los animales jugaban, todo era genial y perfecto.

En algún otro punto de la ciudad, se encontraba una joven con un "status" mucho más alto que Molly si podria decirse así, ya que a pesar de que lo tenía todo no significaba que ella fuera siempre feliz.

—Otro día, otro viaje— suspiraba la única hija de los Davenport, una de las familias más adineradas y populares de la ciudad. Ella se encontraba yendo a la escuela en una lujosa limosina conducida por su chofer.

Andrea estaba en el asiento de atrás, no habia tocado su teléfono en todo el día y no se encontraba del todo bien. Ayer había sido un dia bastante bueno para ella. Logró recaudar el dinero suficiente para poder comprar la nueva marquesina, obtuvo un trofeo por vender muchos turrones, se ganó el título de "Voluntaria de la Semana de la Semana de Voluntariado" y consiguió reconocimiento público y el aprecio por parte de sus padres, pero de no haber sido por Molly ella no podría haber alcanzado todo eso y justamente es lo que la hacia pensar en cosas por las que no se habia preocupado antes.

De repente su teléfono comenzó a vibrar. —Hola ¡Papá!— dijo Andrea de forma nerviosa intentando ocultar su preocupación —¿Qué sucede?

—Hola cariño, llamé para recordarte que después de la escuela debes grabar un comercial y luego prestar tu voz e imagen para unos productos de limpieza— decía el Sr. Davenport algo distraido y despreocupado, pareciera que lo que hacia era algo importante.

Andrea intento parecer lo más honesta y actuó como ella suele ser, con su actitud relajada y algo orgullosa. —No te preocupes Papi sabes que hago eso y muchas otras cosas, además el mundo no podría estar completo sin su más grande estre...

—¡Ajá, claro mi pequeña de seguro lo harás fabuloso, adiós!— lo siguiente que se mostró fue la pantalla de llamada finalizada, en ella se reflejaba el rostro de Andrea que mostraba una expresión profunda de preocupación y tristeza.

Dejó su teléfono a un lado y continuó perdiéndose en uno que otro pensamiento durante un rato. No fue hasta que los muchos de los ruidos de chicos y chicas alrededor del vehículo la hicieron "despertar" —¿Señorita? ya llegamos— dijo el chofer abriendo la puerta del auto.

Andrea estaba muy distraida, ya habían llegado hace 15 minutos y ella no movía ni un músculo desde entonces, tomó su mochila junto con sus cosas y se fue rumbo a su salón de clases.

Las clases transcurrieron con mucha regularidad y con lo mismo de siempre, el reloj avanzaba un poco lento pero poco importaba ya que la clase estaba realmente interesante. Pasado las horas de estudio era momento del almuerzo la clase favorita de todos que aunque no es una clase en si, no cabe duda que sí lo fuera sería la mejor en una votación de 100 a 1.

Molly se encontraba acompañada de su mejor amiga Libby y por supuesto de su mejor amigo Scratch. Los tres estaban sentados en la cafetería riendo y charlando durante mucho tiempo.

Libby fue al baño mientras que Scratch y su mejor amiga trataban algo en el comedor.

—¿Scratch dónde está mi almuerzo?— preguntaba Molly algo preocupada.

—¿Hmm se supone que yo debo saberlo?— protestó algo confundido y despreocupado. Molly rápidamente recordó dónde y cuándo lo olvidó cambiando de inmediato su estado de ánimo de nivel 1 a nivel 0.

—Oh Scratch, eso era mi desayuno y almuerzo juntos, no debí haberlo olvidado, supongo que no comeré nada— dijo algo decaída y sin ganas.

Scratch empezaba a preocuparse, podía ser algo gruñon pero entendía que el problema era algo serio. —Oye Mol ¿Estás segura de que estarás bien?

—Si, super segura no te preocupes.

—¡Oye, yo soy un fantasma podría ir por él!

—Gracias amigo, pero no es necesario enserio— la expresión en el rostro de Molly no retrataba eso, no desayunar y almorzar le estaba cayendo muy mal —Estaré bien.

—¿Sabes qué? Mejor si voy por tu lonchera ¡Aguarda Mol, sobrevive!— Scratch fue volando a toda velocidad desapareciendo del panorama en un instante.

Mientras que Molly veía hacia varias direcciones imaginando otras cosas para evitar pensar en la comida, alguien se hizo presente.

Estoy Enamorada De Ella (Molly x Andrea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora