Estoy Enamorada De Ella (Molly x Andrea)

Capitulo #10

—¡Molly!— después de una corta búsqueda entre muchos de los estudiantes nuestra chica enamorada al fin había encontrado a la persona que buscaba.

Su emoción al verla otra vez era tan gigante que se dirigía corriendo hacía ella. Cualquier persona que mire a Andrea podría jurar que nunca había visto a alguien tan contento, podías ver en sus ojos una felicidad incalculable.

Con solo escuchar la primera letra nuestra Molly ya sabía de quién se trataba, incluso la charla con Scratch ya había desaparecido. Dirigió su mirada hacia atrás buscando con los ojos a aquella chica que pronunció su nombre.

—¡Andrea!— exclamaba Molly con los brazos abiertos, ambas tenían una sonrisa dibujada en el rostro y un abrazo que corresponder.

—¡Cuidado!

En ese momento libros, cuadernos y un montón de cosas salieron volando por los aires. Andrea tropezó con otro estudiante que pasaba por allí.

—¡Eso dolió!— protestaba el chico de gafas aún en el suelo.

—Un segundo eres Andrea Davenport, lo lamento mucho no fue mi intención ¡Por favor no me conviertas en un marginado social otra vez!— suplicaba muy apenado y arrepentido.

—¡Está bien!

—¡Por favor no me destruyas socialmente!

—No lo haré, créeme.

Andrea extendió su mano ayudando al chico a ponerse de pie, recogió sus libros y se los entregó dulcemente con una sonrisa.

—¿Por qué eres buena conmigo?

Aquella pregunta se sintió como una punzada para ella. —Lamento mucho haberte hecho pasar por lo de antes. Me aseguraré de reparar todo el daño que te hice.

—¿Enserio, pero por qué?

Enseguida su rostro cambió a una expresión de tristeza. —Creo que aprendí a ser una mejor versión de mí misma. Nunca pude comprender del por qué hacía ese tipo de cosas, pensé que era una forma de sentirme bien pero nunca fue así. Solo lastimaba a los demás, lo siento— añadió apenada desviando su mirada al suelo.

—No tienes que perdonarme si no quieres, tampoco lo haría si fuera tú.

—Por supuesto que te perdono— dijo con una sonrisa. —Todos merecemos una segunda oportunidad.

Una lágrima comenzó a recorrer por toda su mejilla estaba temblando por completo, ella no sabía que más decir. Abrir su corazón por primera vez le costaba demasiado, sin embargo sabía que después de mucho tiempo finalmente estaba siendo la persona que realmente quería ser.

—Entonces ¿Podré hacer amigos de nuevo?

—Me aseguraré de que así sea, es lo menos que puedo hacer.

—¡Gracias Andrea!— dijo para luego darle un abrazo.

Ella correspondió aquel gesto de afecto, esto era el principio de su nueva yo.

El abrazo fue muy dulce y sincero posiblemente el más honesto que Andrea dio en mucho tiempo. Detrás de aquel abrazo ella podía ver a Molly que observaba toda la maravillosa escena entre lágrimas y con una sonrisa. Después del abrazo hubo un corto intercambio de palabras entre ambos, chocaron los puños y los dos se despidieron con una gran sonrisa al parecer todo salió bastante bien.

Andrea se acercó tímidamente al lugar dónde estaban Molly y Scratch.

—¡Hola chicos!

Inmediatamente Molly la envolvió a ella y a Scratch en un gran abrazo.

Molly se sentía completamente orgullosa, la abrazó muy fuerte y no paraba de decirle lo dulce y amable que había sido. Andrea tendía únicamente a sonreír, agradecer y sonrojarse levemente.

Muchos de los estudiantes que estaban allí no podían evitar mirarlas con un sentimiento de confusión, sabían quien era Andrea Davenport y verla siendo tan cercana con aquella chica era algo de no creer. Algunos hasta creían que eran hermanas o parientes debido a la gran confianza que ambas se tenían al momento de abrazarse y hablar.

Andrea les estaba contando a los chicos más detalles sobre el gran baile, Molly se emocionaba al escuchar cada cosa. El lugar, la música, la comida, los juegos, las dinámicas, todo en general le parecía genial e increíble no podía esperar más.

Incluso Scratch estaba emocionado aunque se podria decir que tenia una clara preferencia sobre el menú.

—Andrea apúntame en la lista porque este fantasma se vestirá de gala esta noche— decía de manera muy orgullosa. 

—No hay una lista en especial, solo debes tener una pareja para entrar.

Al escuchar aquel condición un pequeño sonrojo creció en Molly, el director no explicó completamente a detalle lo que debias llevar para poder asistir. Ella quería invitar a Andrea pero no estaba segura si aceptaria.

Scratch había tomado la palabra desde hace ya un rato. Estaba contando sobre cómo eran los bailes en su época, más específicamente sobre aquella vez que asistió a una fiesta y no existía tal regla de traer una pareja. Andrea oía atentamente aquella anécdota y por como reía hacia parecer que la experiencia que Scratch tuvo fue verdaderamente divertida.

Molly fingía escucharlo, estaba perdida pensando en si invitarla o no. La banca en la que estaban no era muy grande por lo que intentar ocultar preocupaciones y sentimientos era algo complicado.

Andrea logró darse cuenta que algo sucedia con Molly, al verla de reojo notó que temblaba un poco.

—¿Y pueden creerlo? Ella tomó mi brazo y me dijo "vamos a bailar" y yo estuve como: "¿Qué?" — exclamaba a la vez que interpretaba a dos fantasmas. —Claro que te amo, tal como amo a mi madre y a esta enorme pierna de pavo.

El monólogo de Scratch era bastante divertido y algo alocado por como lo contaba. Ahora no solo Molly era la que fingía escucharlo.

—¡Tú puedes!—pensaba Andrea intentando tomar la mano de Molly.

Aquel contacto hizo que Molly volviera al ahora, sentir aquel calor inesperado la puso a mil por hora. Andrea esperaba su reacción pacientemente porque cuando tocó la mano de Molly sintió como todo avanzaba más lento. Al estirar su mano y juntarla con la suya tenía muchísimo miedo sentía como si el mundo se le venía encima, por otra parte se la veía muy contenta al estar tomada de la mano de Molly.

—¿Andrea?

—¡Perdón!— exclamaba con un poco de miedo en los ojos, apartando rápidamente su mano.—Yo no quise, lo siento muchisi...

Antes de que pudiera terminar la frase, Molly volvió a tomar la mano que ella anteriormente habia apartado y de la misma manera unió su otra mano con la de Andrea para así quedar frente a frente. Ella estaba completamente confundida, los nervios se apoderaban de su mente y cuerpo no sabía si hacer o decir algo.

Molly estaba acercando lentamente su rostro, sus intenciones aún no eran del todo claras. En un intento por dejar de oír las voces en su cabeza que la retenían de hacer lo que sentía, Andrea tomó el rostro de Molly y le dio un beso en la mejilla.