La noche había caido y Andrea llegó a casa más temprano de lo normal, las luces estaban apagadas y parecía que no había nadie. O al menos eso creía ella.
—Buenas noches hija— decía el Sr. Davenport detrás de la puerta, encendiendo la luz para dar un efecto dramático.
—¿Buenas noches?— respondía Andrea un poco temerosa por lo que se avecinaba.
Su papá dio un suspiro y comenzó con la platica.
—Escucha...
—¡No! Tengo entendido que me regañaras. Me regañaras como cuando no tengo una calificación perfecta, o como cuando no doy todo de mi al momento de "vender" ¿No es así?— respondía en un tono molesto y entrecortado, parecía que estaba apunto de quebrarse.
—¡No puedo ser la Davenport que tu quieres! Lo siento...
Ella bajó la mirada hacia el piso mientras que algunas lagrimas recorrían su rostro.
Su padre de inmediato se dirigió a ella y la cubrió con un abrazo —Soy yo quien lo siente.
—¿Sabes? Eh estado pensando en muchas cosas y tienes razón— decía mientras la separaba de él y dirigía su mirada a Andrea.
—No hemos sido los mejores padres para ti, desde que eras pequeña te inculcamos muchas cosas que no debiste tener para tu edad— admitía muy apenado en voz baja.
—Nos aprovechamos de ti para ser aún más populares y ricos, no te dejamos crecer como una niña normal siempre habían cámaras por todos lados. Y seguimos repitiendo ese error, te pedimos que grabes comerciales y promociones marcas— decía con lágrimas en los ojos.
—¿Sabes qué? ¡Olvidate de todo eso! Ya no tendrás que promocionar ninguna tonta marca— afirmaba con alegría.
—¿Enserio?
—¡Claro! Para los Davenport...— insinúaba esperando a que su hija completara la frase.
—¡El dinero es de nuestras menores preocupaciones!— decían mientras señalaban al cielo y reían como padre e hija.
—¿Hablas enserio?— de manera sonriente preguntaba la pequeña Andrea.
—¡Tómalo como hecho cariño! No volveré a presionarte de esa manera. No recordaba que nuestra fortuna es inmensa y que cada día hacemos dinero— aseguraba de manera orgullosa.
Andrea parecía mucha más calmada y segura.
—¿Y qué hay de Molly?— preguntaba con un poco de temor.
—¡Cierto! Esa chica Mcgee es muy alegre y jovial ¿Recuerdas lo que sucedió en Navidad?
—Por supuesto, casi no logramos festejarla.
—En un principio me aconsejó aportar para ayudar al pueblo, y de alguna u otra forma ella tuvo la razón— reflexionaba al respecto.
El Papá de Andrea se sentía más tranquilo y aliviado, estaba dejando ir varios conflictos internos que tenia consigo mismo, como el de si era un buen padre.
—Molly Mcgee es la chica perfecta para ti y creo saber por que te gusta— insinúaba con una ceja levantada.
—Bueno— decía algo nerviosa rodando los ojos.
—¡Solo bromeo! No te preocupes me alegro mucho por ti, por cierto seré yo quien te lleve a la escuela el lunes— decia con una sonrisa gigante.
—¡Gracias Papá! Eres el mejor.
—No, somos los mejores, esta familia es la mejor. Le contaré a tu mamá de esto ¿Está bien? Ve a descansar— se retiró no sin antes darle un beso en la frente a su pequeña hija.
Andrea se quedó como una estatua en la cocina de la casa, aún no podía creer todo lo que había sucedido. Su papá cambió totalmente de rumbo, ya no se preocupaba si eran los Davenport o no, ahora cuidaba lo que para él era más importante que un apellido, el bienestar total de su familia.
Saltos y brincos de felicidad por todo el lugar, es todo lo que hacía Andrea durante al menos 1 minuto después de tanto tiempo sentía nuevamente mucho alivio y felicidad. Se acostó lo más rápido que pudo con su pijama de siempre y al momento de quedarse dormida por completo en su cara se reflejaba una expresión de felicidad, alegría y bienestar.
En la casa Mcgee también ya era hora de acostarse, Molly se encontraba ya con su pijama y lista para dormir.
—Hey Scratch— decía una Molly enérgica y llena de vida.
Scratch salió de su pequeña casita de espíritus de inmediato, siendo arrastrado por una fuerza fantasmal.
—¿Qué sucede?— protestaba Scratch, tenia puesto un gorrito de pijama que siempre usa.
Molly le dió un fuerte abrazo —Nada amigo sólo quería agradecerte por tu apoyo, ahora me siento más que preparada para el lunes— decía mientras sonreía.
—No te preocupes Mol, sabes que moriría por ayudarte— dijo mientras se dirigía nuevamente a su lugar de descanso —Buenas noches.
—Oye Scratch...
El amigo fantasmal volteó la mirada hacia Molly esperando por una respuesta.
—Ya sabes lo que quiero que digas— acurrucada en su cama, insinúa con una tierna expresión.
—Oh vamos, es la tercera vez esta semana ¿De verdad debo hacerlo?— regañaba con una sonrisa de estar fingiendo, él si quería decirlo.
—Tú sabes que sí...
Scratch se acercó a Molly dándole un fuerte abrazo —Te quiero, buenas noches— le dio unos pequeños golpecitos en la cabeza y se fue a acostar rápidamente.
—¡Yo también te quiero amigo!— expresaba con mucho amor y cariño con un tono de voz bajo, ya todos estaban descansando.
Molly estaba acurrucada por completo y su mirada se dirigió hacia arriba, debido a que su habitación es realmente pequeña no tenía un punto exacto al que observar, por lo que se quedó dormida enseguida. La escena se alejaba y mientras lo hacia nos mostraba a una Molly completamente feliz y enamorada.
El domingo se hizo presente y ahora se nos mostraba a una Libby completamente contenta, ella y su mamá se dirigían en auto a comprar algunas cosas. Pasaron por la escuela y se percataron de algo.
—Mamá detente.
Al exterior de la escuela se lograba ver al director y a algunos ayudantes que se encontraban decorando y preparando algunas cosas, la intriga era mucha y las pistas no eran suficientes como para adivinar de que se trataba.
—Al parecer están preparando tú escuela para alguna actividad— decía la mamá de Libby algo curiosa.
—Asi parece— añadió una Libby totalmente confundida.
—¿Nos vamos?
Libby respondió con un gesto de cabeza y ambas se alejaron del lugar gradualmente. Ella pensó mucho y después de muchas preguntas consigo misma llegó a la posible conclusión de que tal vez se trate del baile anual.
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Estoy Enamorada De Ella (Molly x Andrea)
FanfictionMolly Mcgee es estudiante de una secundaria en un pequeño pueblo llamado Brighton, en el que allí convive con su familia y un gruñon fantasma carismático llamado Scratch. En aquella escuela Molly tiene a una mejor amiga llamada Libby y a unos cuanto...