Capítulo #13

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El gran evento había iniciado desde hace un buen rato y todos parecían pasarla bastante bien. Los estudiantes, el director, los maestros y para el resto del personal era más que un día libre, se sentía bastante bien poder divertirse y relajarse en su área de trabajo, y es que poder compartir con los que enseñan y aprenden de verdad que no tenía precio.

Además del baile que se tenía preparado también se planeó hacer unas cuantas actividades antes de llegar a esa cereza del pastel. Y por supuesto que los juegos formaban parte importante del evento ya que sin ellos solo sería comer y bailar.

Andrea estaba compitiendo en estos momentos.

—No puede ser ¡Ya no hay más sillas!

—Lo siento Sheela— decía desde un micrófono una de las maestras. -Fuiste eliminada ¡Mejor suerte para la próxima!

Aún quedaban 5 jugadores en pie contando a nuestra querida Andrea. El juego se trataba de la clásica silla musical, en donde se ordenan las sillas formando un círculo alrededor de ellas mientras que los participantes giran acompañados de una canción. Se juega con una silla menos que el número de participantes, de esta forma perdería la persona que no encuentre una silla cuando la música se detenga lo que la hace interesante ya que nadie sabe cuando terminará.

En esta oportunidad Sheela se quedó fuera ya que no fue lo suficientemente rápida. Quedaban cinco y solo habían cuatro lugares, había que ser rápido.

Además de este juego ya habían transcurrido otros dos y Andrea aún se preguntaba en donde estaba Molly, le extrañaba mucho que no apareciera.

—¿Molly?— Andrea se percató de que ella había llegado. La vio en la entrada muy cansada y desarreglada tal vez se deba al hecho de que Molly no tuvo mucho tiempo para alistarse, sin contar la distancia que recorrió desde su casa para llegar aquí en menos de diez minutos. Todo desapareció para ambas, todas las demás cosas y personas se tornaron de otros colores apagados dejándolas a ellas como las únicas del lugar. Los ojos jugaron un papel muy importante aquí ya que no dejaban de mirarse con mucho asombro.

—¡Andrea estás eliminada!— logró escucharse a lo lejos.

La mente de Andrea regresó al ahora y sin darse cuenta todos los lugares ya estaban siendo ocupados lo que significaba su eliminación. —Lo siento querida pero quedas descalificada— decía tratando de encontrarla con los ojos —¿Andrea?

Ella había desaparecido de la zona de juego, dirigiéndose a la puerta de entrada para recibir a Molly. Todos dirigían su mirada con asombro y gestos de ternura, y es que les sorprendía por completo que la pentacampeona de los eventos del baile perdiera tan pronto. Muchos se sentían muy felices por ellas, eran una pareja perfecta para todos los ojos del lugar, una pareja que te obligaba a sonreír con tan solo verlas juntas.

—¡Molly!— exclamaba dándole un beso en la frente y envolviéndola en un dulce abrazo. -¡Que gusto me da verte de nuevo!

Se estaba volviendo costumbre que se saludaran de esa manera. Ambas llevaban puesto un vestido que habían usado con anterioridad. Molly usaba el mismo atuendo que llevó cuando fue al Bat Mitzvah de Libby, mientras que Andrea optó por el traje de aquella vez en que ella y Molly intentaron hacer una película de fantasmas.

—¡También me da gusto verte!— sonreía correspondiendo el abrazo.

—¿Quieres ir a competir en los juegos?— preguntaba desviando la mirada, su sonrisa iba acompañado de un leve sonrojo.

—¡Vamos!

A veces Molly no se daba cuenta de lo muy cercana que era con las personas, especialmente con Andrea. Para ella y para algunas personas tomar a alguien de la mano era una cosa cualquiera, algo de todos los días. Pero al ver el otro lado de la moneda nos daremos cuenta de que existen otras personas que, como Andrea, con solo tocarles un poco la mano era más que suficiente para ponerlos como un tomate, nerviosos como nunca lo han estado y provocarles una sensación inexplicable de felicidad. Y exactamente era eso lo que estaba sucediendo.

Andrea podía tomar a cualquier persona de la mano sin ningún problema y lo mismo sucedía cuando alguien la tomaba a ella, no sentía nada literalmente. Sin embargo si se trataba de Molly todo se invertía por completo.

El juego de la silla se había dado como finalizado luego de que se dieran las últimas rondas con los estudiantes que aún quedaban en pie. Algo que sorprendió a todos fue el hecho de que por primera vez desde hace cinco años hubo otro ganador en ese desafío.

El evento constaba de seis juegos que otorgaban puntos dependiendo de la posición en que terminaban, los tres primeros retos se jugaban sin equipo y para el resto de juegos era necesario buscar una pareja para seguir participando. Todo se preparaba para el siguiente reto por venir. El centro del lugar se llenaba por completo del personal de la escuela, se aseguraban de que todo quedé perfecto, y a un lado estaban nuestras pequeñas enamoradas.

Andrea le explicaba a Molly sobre cómo podría ganar el gran premio.

—¿Y después forman parejas?

—¡Así es! Solo de esa forma puedes seguir compitiendo para obtener más puntos.

—¿Y cuál es el premio?

Andrea le mostró un pequeño folleto, en ella estaba plasmado toda la información necesaria acerca del baile. Al ver todo de reojo no pudo evitar acordarse de algo.

—Un momento— sospechaba. —¿No era necesario venir con una pareja para poder entrar?

—Molly...— decía con una voz bastante temblorosa, no podía esperar más para preguntarle. —¿Te gustaría ser mi pareja?

Molly tímidamente hundió sus ojos con los de Andrea. Estaba totalmente nerviosa por la pregunta aunque se sentía muy segura por la respuesta.

—¡Me encantaría!— dijo para enseguida tomar el brazo de Andrea y darle un tierno beso en la mano.

La escena era tan perfecta. Andrea sentía mil pulsaciones por segundo estaba completamente roja y ruborizada por lo que acababa de suceder. Scratch flotaba a un lado observando todo. Incluso él fue contagiado por lo que sucedía, tanto así que las observaba con una expresión tierna de felicidad y con los pulgares arriba dando a entender que se sentía muy orgulloso por las dos.

Estoy Enamorada De Ella (Molly x Andrea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora