¿Qué fue lo que vivió en Londres que la hizo cerrarse a conocer amigos? Tenía miedo por eso siempre se ocultó tras la sombra de su hermano gemelo Nathaniel.
Ella amaba escribir entonces lo conoce a él Félix Graham de Vanilly y su destino empieza a c...
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Pov Normal.
Un chico rubio a penas llegaba a París, de ese viaje en tren que le pareció una eternidad. Miró a su madre que poseía una sonrisa por estar en aquel lugar, tal vez era porque vería a su hermana gemela pero eso él no lo sabía. Él solo suspiró sintiendo el ambiente agotador de aquel lugar, tenía miles de recuerdos en aquel lugar pero muy pocos que le interesaban y pensar que su madre y él se mudarían allá le causaba algo de pánico.
—Oh Félix estoy tan feliz porque nos vengamos a vivir aquí. —El chico miró a su madre emocionada en el hablar, ellos se habían comprado una mansión al lado de la familia de su primo todo para que las industria del entretenimiento de los Graham prosperaran tanto en París como en Londres.
—Si mamá, veremos a la tía Emily y a Adrien pero por favor vamos a calmarnos. —Su mamá le besó una de sus mejillas y le sonrió por completo mirando a su precioso hijo.
Él no estaba muy ansioso por ver a su primo o a su tío, no le caía muy bien a Gabriel siempre lo miraba de una manera superior y eso no le sentía bien. Félix era un chico muy aislado del mundo si no era de la alta sociedad, no era como su primo que disfrutaba ir a una escuela de cuarta categoría o como la arrogante de Chloé que presumía ante aquellos chicos. Él hubiera deseado quedarse en Londres pero no podía hacer nada porque no le gustaba que su madre se sintiera mal y le encantaba verla sonreír y si vivir en París y sentar sus bases para sus empresas en Francia era lo que quería entonces se lo iba a complacer.
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En cambio una pelirroja solo podía alistarse para ir a ver a su amiga de la infancia, Lizzie había sufrido mucho en Londres quería reempezar su vida aunque ante aquella mirada turquesa de su hermano como si la cuestionara de verdad si quería empezar se sentía cohibida en sus emociones porque si algo le había quitado su estancia en aquella ciudad era la manera en la que se expresaba socialmente.
—Ah vamos Lizzie aunque sea levanta el ánimo. —Le dijo su hermano mientras la veía toda desanimada.
—Agh, no tiene sentido Nath solo obvíame. —Le habló para dejar escapar de sus labios un pequeño bostezo y terminar de arreglarse.
