¿Qué fue lo que vivió en Londres que la hizo cerrarse a conocer amigos? Tenía miedo por eso siempre se ocultó tras la sombra de su hermano gemelo Nathaniel.
Ella amaba escribir entonces lo conoce a él Félix Graham de Vanilly y su destino empieza a c...
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Pov Lizzie
Las semanas iban pasando bastante normal, me había adaptado a la vida de la escuela y pasar tiempo con Félix en mi casa y Chloé era extraña la manera en la que ambos me trataban cuando estaban juntos pero no le doy importancia a esos asuntos si no más bien que deseo terminar mi libro. Es la principal meta que tengo y para lo que me he esforzado.
—¡Fin de semana! —Me dejé caer en la mesa—. Al fin carajo, estaba harta de escuchar a esa mujer hablando de células y cosas muertas. —Chloé se rió de la manera en la que lo dije, mi vocabulario también se había liberado un poco.
—Sí, a decir verdad todos estábamos al punto de lanzarle el libro de Biología a ver si sabe tanto como dice. —Esta vez la que me reí fui yo, Félix se giró hacia atrás para hablar con nosotras.
—Lizzie, hoy no puedo ir. —Me habló y por un momento me sentí un poco decpecionada, se había vuelto costumbre que él se quedara a dormir o bueno a pasarnos la noche despiertos leyendo o buscando la manera de hacer mi historia mejor.
—Entiendo ¿Problemas? —Él desvió la mirada lo que lo encontré extraño, Félix siempre me mira a los ojos.
—Dígamos que sí. —Chloé puso su mano en mi hombro, yo la miré y noté como sus labios estaban fruncidos, jamás había visto a la rubia mostrarse de aquella manera.
—Bueno Lizzie y yo entonces pasaremos tarde de chicas en mi hotel. —¿Qué? La miré incrédula sin entender porque ella le decía eso a Félix, el rubio la miró con el entrecejo fruncido y luego sus ojos verdes dieron con los míos, apagados y eso me era extraño.
—¿Te ocurre algo Félix? —Sus labios se semiabrieron y por un momento sus ojos se agrandaron como si no se esperara preocupación de mi parte.
—No, tengo líos que resolver con mi madre de Londres solo eso. —Londres, no quería dejarlo así pero Chloé me tenía el brazo agarrado y poseía una sonrisa en su rostro de la emoción.
—Bueno me escribes y me dices como te fue, no me dejes preocupada. —Le hice saber y pude vislumbrar una pequeña sonrisa en sus labios.
En la puerta aparecieron aquellos tres inseparables, Mila y sus chicos como los había apodado yo. Me daba gracia como Luka y Adrien no dejaban sola a la chica, esta ni le molestaba aquello siempre le gustaba tenerlos a los dos cerca. La azabache se nos acercó mirándonos fijamente, notó como Chloé me agarraba del brazo y se prendió en el otro, me sentía una muñeca.
—¿A dónde vamos? —Se rió la azabache y Chloé la miró alzando una ceja.
—¿Vamos? Eso suena a manada, pensé que preferías pasar tiempo con tus dos chicos. —Sus mejillas se sonrojaron ante lo que decía Chloé, ella negó rápido.
—También me gusta pasar tiempo con mis amigas, pretendía llamar a Juleka para que nos acompañara y así pasamos una tarde de chicas. —Chloé rodó los ojos riéndose y ambas me soltaron.
