¿Qué fue lo que vivió en Londres que la hizo cerrarse a conocer amigos? Tenía miedo por eso siempre se ocultó tras la sombra de su hermano gemelo Nathaniel.
Ella amaba escribir entonces lo conoce a él Félix Graham de Vanilly y su destino empieza a c...
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Pov Lizzie
Las mañanas en París siempre eran hermosas, el sol me despertaba dándome en la cara desde mi ventana, el olor del desayuno de mi madre más escuchar los gritos de mi padre. Nathaniel al contrario de Nathaniel yo poseía una afición por la escritura mas él amaba dibujar, tomé una de mis almohadas y me la llevé a la cara tratando de conciliar el sueño, pero enseguida mi hermano intervino destapándome completa.
—Vamos hermana o es que piensas pasarte el fin de semana en la cama. —Me dijo como si fuera mi madre, Nath se preocupaba demasiado ¿a él que le importaba lo que hiciera?
—Si, anoche me acosté tarde. —Él suspiró.
—Seguro que planeando algo para una historia, vamos escritora de quinta es momento para salir y disfrutar. —No lo soportaba cuando se ponía así, lo que me era más gracioso es que no me importa que yo siempre seguiré a Nathaniel.
—Eres irritante pelirrojo. —Le dije bufando, frotando mis ojos levemente.
—Somos gemelos idénticos, tu también eres irritante y pelirroja así que vamos ya. —No podía creer que me estuviera dando órdenes, se había vuelto bastante irónico en estos últimos años ¿Qué pasó con mi tierno Nath?
—Sabes Nathaniel te prefiero cuando no me dabas órdenes. —Le dije estirándome dispuesta para levantarme de mi cama, él rodó mientras se dirigía al picaporte para abrirlo.
—Vamos Lizzy tenemos mucho que hacer. —Él tenía mucho que hacer mi día se concentraba en estar en mi cama leyendo alguna novela.
—Enseguida bajo a desayunar, no te comas mis tortitas o vas a saber lo que es bueno. —Le amenacé pero estoy segura que lo ignoró pues salió de mi cuarto sin la más mínima intención en mis palabras. Con pereza y miedo a que aquel dibujante sin talento se comiera mi desayuno me levanté de la cama tomando cualquier ropa del armario para ir al baño y acomodarme.
Las cosas habían cambiado aquí en casa por lo que he visto, un Nathaniel más seguro estaba en la mesa conversando tranquilo con papá. Simplemente me era extraño todo aquello, además de que el horario a pesar de solo haber unas mínimas diferencias me cansaban, suspiré para sentarme al lado de mi hermano quien sonreía. Mamá estaba en la cocina con una de esas canciones de bandas americanas de los ochenta.
—Hermanita vienen mis amigos a desayunar. —Me dijo y solo pude rodar los ojos, ¡genial más gente! Parecía una antisocial pero Londres me había hecho así, no podía cambiarlo no me gustaba estar rodeada de personas que no conocía.
—Podías tener compasión y avisarme antes. —Entre resoplidos me expresé con un sincero puchero en los labios.
—Tranquila solo son dos, antes de ir al Liberty tengo que discutir algo con Marc sobre el último borrador. —En fin algo que a mi me valía cero, no me importaba solo quería estar en mi cuarto un rato.
