one shots bang chan bottom con distintas temáticas.
☇ todos los shots son escritos por mí.
☇ tener madurez al leer, no confundamos la realidad con la ficción.
☇ no tengo ninguna intención de faltarles el respeto a los chicos, leamos conscientes.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Chan suspiró, con cierto desánimo.
Los chicos seguían diciéndole de juego que era viejo. Él también lo tomaba con diversión, pero aquel día no estaba del humor para hacerlo.
Por lo que estaba en su dormitorio, envuelto en sábanas y sin querer salir del cuarto. Trató de distraerse en su celular, pero rápidamente lo descartó al no poder concentrarse.
¿Acaso en verdad era viejo? Negó, regañándose a sí mismo. Sabía que los chicos, —o sus niños—, no lo decían en serio.
Pero no podía evitar sentirse mal luego de que constantemente bromearan con eso. Volvió a suspirar, envolviéndose más con las cobijas y sin ganas para cenar algo.
Podía escuchar a los chicos hablando en la cocina, moviendo platos y abriendo el grifo. Y también el sonido de pasos acercándose hasta su habitación, tocando la puerta.
—Chan, ¿Vas a cenar algo? No has salido de tu cuarto desde que llegaste. —Escuchó la voz de Félix hablándole con cierta extrañeza.
Murmuró una negación, tratando de evitar que notase su ánimo decaído. Rezó porque así fuera, o estaba completamente seguro de que lo sacaría a rastras de su cama.
—¿Seguro que estás bien? —Preguntó suspicaz.
—Sí, estoy bien. —Aseguró, jugueteando con sus dedos nervioso.
Félix sabía que Chan era un ser radiante de calidez y vigor. Por lo que escuchar su voz deprimida lo alarmó de inmediato.
—Chan… ¿Pasó algo malo? ¿Te sientes mal? ¿Alguien te dijo algo? ¿Leíste algún comentario negativo? ¿Hicimos algo que te molestara? —bombardeó de preguntas, bastante preocupado.
Por un momento se sintió muy patético. Se sentía mal por algo bastante tonto.
Aquello aumentó su desánimo, bajando la mirada sin contestar nada.
—Chicos, Bang Chan no está bien. —Oyó decir a Félix, avisando a los demás.
—¿Cómo que no está bien? ¿Sucedió algo? —Las voces inquietas resonaron hasta el australiano, que se sentía cada vez más ridículo.
—No pasa nada, en serio. Solo estoy cansado. —Expresó, carraspeando la garganta.
Chan percibió a los demás chicos acercarse hasta la puerta y aquello acrecentó su ansiedad.
—¿Podemos pasar? —Preguntó Jeongin, con voz suave.
El castaño dudó, si los dejaba entrar, no podría ocultar la molestia que estaba teniendo y quedaría en vergüenza. Como líder, no quería mostrar algo así.
