Todo comienza durante un día ordinario de trabajo.
Es miércoles y Louis se encuentra finalizando una ronda de revisión a sus pacientes, mientras anota algunos datos en su portapapeles.
Son ya las 13:45, por lo que su turno terminaría en poco más de una hora. Es una jornada relativamente tranquila, pues solamente atiende 2 partos y el resto de su turno consiste en monitorear a betas y omegas en puerperio, además de lidiar con alguno que otro cachorro recién nacido.
"¡Disculpa, enfermero!" Louis escucha que le llama una paciente desde su camilla. Entra a su cubículo con una sonrisa, reconociendo a la mujer que ingresaron el día anterior, el martes, en trabajo de parto.
"Hola... Clarissa," revisa el nombre de la paciente rápidamente en su tabla de notas, "¿En qué puedo ayudarte?"
La omega joven, de cabello rubio y con notables ojeras debajo de sus ojos verdes, le responde, "quiero ver a mi bebé, por favor, no la he visto desde la mañana."
Luce exhausta, como si el simple hecho de mencionar las palabras le drenara toda la energía del cuerpo.
Louis recuerda verla casi al inicio de su turno, a eso de las 7:30 a.m., siendo transportada del área de neonatos al área de obstetricia en una silla de ruedas. Lee en su expediente clínico que es madre soltera, tiene 19 años y su bebé nació prematuro con 34 semanas de gestación.
"Claro, cariño. Pediré que te traigan una silla de ruedas ¿de acuerdo? Vuelvo en un minuto," contesta Louis sonriéndole con expresión tranquila, marchándose antes de esperar una respuesta.
Se dirige a la estación de enfermeras de su área, pidiéndole a una de sus compañeras que vaya por la silla de ruedas para la omega. Luego se sienta frente a un ordenador, listo para actualizar las historias clínicas de sus pacientes en el sistema del hospital y después poder irse a su casa.
Al fijar sus ojos en la pantalla iluminada es cuando siente el primer síntoma: vértigo.
El monitor frente a él se torna borroso y la luminosidad del aparato desencadena una sensación giratoria repentina, como si todo a su alrededor estuviera dando vueltas.
Por inercia se sostiene fuertemente a los reposabrazos de la silla en la que está sentado, temiendo que su entorno continúe girando y termine cayendo con todo el movimiento que lo rodea.
Cierra sus párpados apretadamente durante unos segundos, dándose cuenta de que percibe los sonidos del mundo exterior atenuados y resultan casi imperceptibles para sus oídos. Luego abre sus ojos, notando como todo poco a poco vuelve a su lugar, consiguiendo estabilizarse en unos segundos.
Escucha las palpitaciones de su corazón retumbar dentro de su cabeza, opacando todas las voces y sonidos provenientes de su alrededor. Siente que el corazón le martillea contra el pecho, tanto que tiene que bajar su mirada para observarse el torso, temiendo que el órgano se le vaya a salir del cuerpo.
Consigue calmarse tras inspirar y espirar profundamente un par de veces, tomándose unos segundos para tranquilizarse antes de volver a enfocar su vista en la pantalla del monitor, que ya está estable ante sus ojos.
Siente sudor frío acumulándose en sus sienes y en su nuca, bajándole por la columna hasta acumularse en el arco de su espalda. Observa a su alrededor con sus orbes cerúleos, y entonces una sensación de náuseas se instala en su organismo.
Piensa en levantarse para ir al baño para echarse un poco de agua en el rostro y de paso revisar sus lentes de contacto, que quizás le están haciendo pasar una mala jugada, pero al ponerse de pie, la oleada de vértigo se intensifica, sintiendo su estómago revolverse y el emparedado que desayunó subir por su esófago amenazando con salir por su boca.
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Hipopituitarismo - Larry
FanfictionLouis Tomlinson es un enfermero que durante 26 años vive como beta, sin embargo, un celo completamente inesperado a esa edad lo convierte en omega de un día para el otro. Louis es diagnosticado entonces con hipopituitarismo, una insuficiencia hormon...