Epílogo

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Años atrás.

Harry entra al aula 10 minutos antes de que suene la campana. Es el primer día de clases y nadie quiere llegar tarde, así que encuentra ocupados la mayoría de los pupitres dobles.

Casi todos están en parejas platicando y en la parte de atrás hay grupitos cuchicheando entre sí. No conoce a nadie, y lo único que quiere es sentarse adelante sin importar con quién sea. Así podrá prestarle más atención al profesor sin distraerse demasiado.

Las únicas mesas vacías están pegadas a las paredes, pero siempre ha preferido sentarse en medio, así que se acerca a un pupitre ocupado solamente por una chica castaña en la segunda fila de adelante hacia atrás, pero en cuanto se aproxima, tiene que pasar de largo porque la fuerte esencia empalagosa a cereza de la omega le revuelve el estómago.

Lleva semanas con su olfato demasiado sensible, por lo que percibe los aromas con muchísima intensidad y aquello lo deja nauseabundo. Su mamá le dijo que es porque está madurando y significa que pronto presentará.

Sabiendo que no tolerará estar sentado junto a la omega durante la hora que dura la clase sin marearse hasta el punto de vomitar, se gira a la izquierda y encuentra entonces un asiento libre en la hilera de al lado, en la tercera fila.

"Disculpa, ¿está ocupado aquí?" pregunta señalando la silla vacía del pupitre.

El chico que está sentado en la butaca de al lado levanta su mirada de su cuaderno y lo observa con ojos celestes amables.

"No, adelante," le responde con una sonrisa y voz suave.

Harry le sonríe y se sienta entonces, percibiendo un aroma ligero a vainilla.

No resulta empalagoso ni abrumador como las feromonas de la omega, probablemente se trata de un perfume o loción corporal y eso sin duda no lo hará vomitar.

"Soy Harry, por cierto," saluda antes de sacar sus propias libretas de su mochila.

El ojiazul vuelve a mirarlo. "Louis. Un gusto, Harry," le responde.

"Estamos en álgebra, aula 44, ¿cierto?" pregunta, anotando la fecha en la esquina superior del cuaderno, justo como ve a Louis hacerlo.

17 de agosto, 2009.

"No. Estamos en francés avanzado," dice, y Harry voltea a verlo de inmediato con ojos grandes y una oleada de pánico.

"Mierda... Me equivoqué..." balbucea poniéndose de pie rápidamente para irse de ahí, sin embargo, Louis a su lado lo sujeta por el brazo mientras se ríe bajito.

"Estoy bromeando, Harry," le dice con una sonrisa grande y apunta con su dedo índice al frente, hacia el pizarrón verde.

Álgebra 1. Profesor Thomas, se lee con letras enormes de color blanco.

Harry entonces vuelve a sentarse y voltea a ver a Louis con una expresión de disgusto. "Que gracioso eres."

"Lo siento, pensé que era imposible no verlo," le responde encogiéndose de hombros.

"Ni siquiera son las 7 de la mañana, todavía no despierto por completo. Claro que es posible que no lo haya visto," contradice Harry más calmado, sin despegar su vista de Louis, quien entonces husmea dentro de su mochila en busca de algo.

El ojiazul saca una barrita de granola y se la ofrece. "Toma, para que despiertes y me perdones."

Harry, que no ha desayunado aun, la acepta con una sonrisa. "Perdonado, si compartes conmigo en el receso ese sándwich que tienes ahí."

Louis lo mira con una fingida expresión de indignación y cierra su mochila. "Manipulador..." le dice rodando los ojos, pero su sonrisa demuestra que no está molesto.

"Es lo que consigues por molestarme. Ahora no vas a deshacerte de mí."

"¿Acaso es una amenaza?"

"No. Es una promesa," asegura antes de darle una mordida a la barrita.

"Eso ya lo veremos, Harry."

Y las amenazas se cumplen, pues por obra del destino terminan compartiendo 6 de sus 7 clases, todas menos la última del día. Louis sí comparte su almuerzo con Harry durante el receso y además se sientan juntos en todas las aulas. Es agradable hacer un nuevo amigo en el primer día de clases, sin embargo, al día siguiente Harry no asiste a la escuela, y el miércoles tampoco.

Aquel lunes por la tarde, Harry tuvo su primer celo y presentó como alfa.

Su madre lo atribuyó al estrés del inicio escolar, sin embargo, no sería hasta años después que Harry sabría qué fue lo que hizo detonar su celo.

O más bien quién.

Hipopituitarismo - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora