A inicios de noviembre Louis tiene otra cita con el doctor Lee. El médico lo examina, le toma muestras de sangre y le manda a hacer un par de estudios para evaluar su progreso durante su primer mes de tratamiento. Todo parece estar en orden, solamente necesitan saber qué tanto han mejorado sus niveles hormonales.
Por suerte, sus efectos adversos no han sido lo suficientemente molestos o graves como para suspender su medicación o cambiarla por una diferente, así que continua con la misma terapia.
"Como sabrás, Louis, normalmente el celo de un omega llega cada 3 meses, pero debido a tu enfermedad es altamente probable que tu próximo celo tarde más en llegar. Podría atrasarse una semana o hasta más de un mes, dependiendo de tus hormonas."
Le dice el médico antes de finalizar su consulta.
"¿Y será igual de doloroso que el primero, a pesar de la medicación?" pregunta Louis preocupado, recordando el sufrimiento agonizante por el que tuvo que pasar.
"Lo más probable es que sí lo sea, ya que tu omega apenas está madurando y acostumbrándose en las hormonas exógenas, y lamento informarte también que para la próxima ocasión no podrás utilizar los analgésicos intramusculares, solamente los orales."
"¿Qué? ¿Por qué no?"
"La inyección del analgésico intramuscular es una dosis muy potente. Además de noquear a tu omega y dejarte inconsciente, crea un desbalance hormonal importante al reprimir el celo tan bruscamente. Sería excesivamente contraproducente si vuelves a usarla, estarías desregularizando tu sistema hormonal por completo y sería como volver a empezar de cero con tu tratamiento."
"Pero los analgésicos orales no funcionaron la última vez... ¿No hay nada más que pueda tomar?" pregunta inquieto, rehusándose a volver a pasar por aquel sufrimiento una vez más.
"Por supuesto que sí, Louis, pero para eso necesitarás a un alfa que te ayude. No hay más opciones, lo lamento."
"Oh... claro. Lo entiendo," dice derrotado.
No quiere, realmente no puede, volver a pasar otro celo de aquella manera, sería literalmente una tortura para él.
Antes de que su cita termine, el doctor Lee le recomienda a Louis entrenar con pesas para que aumente su masa muscular, algo muy beneficioso para su tratamiento, cosa que él mismo ya llevaba semanas considerando, pero posponiendo con la excusa de estar adaptándose a su nueva vida.
Poco a poco va mejorando por su propia cuenta, pero tener ayuda le sentaría de maravilla.
(*)
Los días pasan y Louis y Harry vuelven a convivir como solían hacerlo. Cenan juntos, salen a hacer las compras, ven series y películas, e incluso el omega acompaña al alfa al gimnasio 2 o 3 veces por semana cuando las circunstancias lo permiten.
Harry siempre ha sido muy activo e intenta arrastrar consigo a Louis para hacer todo tipo de deportes. En la preparatoria había sido el basquetbol, en la universidad el atletismo y crossfit, y más tarde entrenamientos casuales en el gimnasio.
Harry es 90% músculos bien marcados y 10% tatuajes. Es alto, fuerte, guapo e inteligente. A primera vista, es el alfa perfecto para cientos de miles de omegas y de cualquier persona que tenga un par de ojos funcionales.
Para Louis, sin embargo, le tomó más de una década y pasar por un celo traumático para dejar de verlo como su mejor amigo, aquel niño de cabello rizado y ojos jades que se sentó a su lado en el primer día de la preparatoria, y comenzar a verlo como el alfa atractivo en el que se ha convertido.
"Louis..." Harry jadea con el rostro rojo por el esfuerzo y el ceño fruncido.
El omega sale de su trance entonces y reacciona, ayudándole al alfa a subir la barra cargada de discos, acomodándola de vuelta en el rack de la banca de pecho.
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Hipopituitarismo - Larry
Hayran KurguLouis Tomlinson es un enfermero que durante 26 años vive como beta, sin embargo, un celo completamente inesperado a esa edad lo convierte en omega de un día para el otro. Louis es diagnosticado entonces con hipopituitarismo, una insuficiencia hormon...