Capítulo 23

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El lunes es el cumpleaños 27 de Harry y para entonces ya están de regreso en San Francisco, en casa de Louis.

Los dos se levantan temprano para ir al hospital, el ojiazul para su jornada laboral normal y el rizado para empezar una guardia.

Pasaría su gran día trabajando uniformado con pijamas quirúrgicas y bata blanca, yendo de un lado al otro, cargado de pendientes y de cafeína para no caer dormido en la noche, pero sabe que será un buen día cuando despierta con Louis a su lado.

"Feliz cumpleaños, doctor Styles," lo saluda el omega con sus orbes celestes adormilados, cuando la alarma de Harry suena.

El alfa no puede evitar besarlo, con aliento mañanero y todo, porque así es como quiere amanecer el resto de sus días. Con su terso omega despeinado y somnoliento siendo lo primero que ven sus ojos al despertar, luego de pasarse la noche acurrucados en los brazos ajenos.

Para Harry, el mejor regalo de cumpleaños es Louis. Sus besos, su aroma, sus sonrisas y quizás, con un poco de suerte, una mamada rápida bajo la regadera de su baño.

Sin embargo, aquello no sucede.

Cuando Harry sale de la cama se dirige al baño para hacer sus necesidades y asearse, mientras que Louis se queda en su habitación husmeando en su armario para escoger su vestuario del día. Opta por una filipina guinda con pantalones a juego, dejando las prendas sobre el colchón destendido y prosigue a quitarse su ropa de dormir.

Louis no es el tipo de novio que cela a su pareja por cualquier nimiedad, ni le agrada recibir ese tipo de actitudes tóxicas estando en una relación. Quizás ese exceso de confianza lo llevó a ser engañado por Stefano, uno de sus ex novios, pero no por eso ha cambiado su mentalidad al respecto. No obstante, esa mañana, mientras se termina de vestir con los pantalones de su uniforme, sin querer queriendo sus ojos celestes se dirigen a la mesita de noche, atraídos hacia la pantalla del teléfono de Harry, la cual se ilumina cuando recibe un mensaje nuevo, y entonces... Una sensación de celos mezclados con confusión, incredulidad, tristeza, desconfianza y decepción se instala en su ser.

"Feliz cumpleaños, amor. ¿Te apetece pasar tu próximo celo conmigo como regalo?" Mensaje de Florencia Busnelli.

Fueron escasos 5 segundos en los que se iluminó la pantalla del teléfono, pero fueron suficientes para que alcanzara a leer y para que su aura cambiara por completo.

Sabe quién es Florencia Busnelli; está al tanto de la relación que Harry tuvo con ella durante la universidad y también sobre sus folladas casuales, pues en más de una ocasión se la encontró en el antiguo departamento que compartía con el alfa. Lo que no sabía es que siguieran viéndose.

Honestamente, Louis nunca la preguntó a Harry por ella... O por nadie más. Ahora que lo piensa, se siente un poco ingenuo. Quizás un poco pánfilo. No se le había pasado por la cabeza que quizás Harry tuviera a uno, dos o tres omegas más con quienes comparte lecho casualmente, de vez en cuando. Como con él. ¿Es que soy uno más del montón? Se pregunta, pero niega para sí mismo. ¿Es su faceta humana o su lobo pensando eso? El corazón le martillea contra el pecho y se siente hervir por dentro. ¿Acaso Harry lo está engañando? Por Dios, si apenas le alcanza el tiempo para dormir. Quizás no querrá pasar su celo con él, sino con alguien más. Empieza a oler a molestia. ¿Debería de preguntárselo? ¿Afrontarlo directamente? ¿Cara a cara? Todavía faltan un par de semanas, después de todo.

"Louis, voy a preparar huevos, ¿te apetece o quieres algo más?"

Se sobresalta cuando escucha la voz de Harry, quien le habla desde el marco de la puerta vestido con su pijama quirúrgica negra. Se está arreglando los rizos con sus dedos embarrados de crema para peinar. El corazón se le ablanda. Se ve guapísimo.

Hipopituitarismo - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora