Capítulo 10

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Cuando regresa a casa, ya son las 20:00 y tiene mucha hambre. Otro efecto secundario de su medicación; el aumento de apetito.

Decide preparar pasta con carne molida de res y muchas verduras, pero primero necesita llamarle a Harry. Está seguro de que está entrenando en el gimnasio.

Marca su número y el timbre suena 4 veces antes de que el alfa responda. "¿Louis?" Suena agitado y de fondo se escucha música electrónica.

"Hey, hola, ¿estás entrenando?"

"Sí... Espalda, ¿por qué? ¿quieres venir?"

"No, hoy no, pero quiero verte. ¿Vienes a cenar?"

Se escucha un estruendo de fondo, probablemente una barra con discos chocando contra el piso. "Si me dejas bañarme en tu casa, sí. Parece que no hay agua caliente en las duchas del gimnasio."

"De acuerdo."

"Bien. Llego en una hora."

"Okay, nos vemos."

"Adiós," se despide antes de colgar.

Louis suspira y deja su teléfono en la barra de la cocina. Perseo lo observa con sus ojos amarillos desde el alfeizar de la ventana. "Tu otro padre viene a verte," le dice acercándose al animal para acariciarle el lomo.

Perseo maúlla y ronronea ante la atención recibida, sin entender lo que el omega le dice. Aunque el gato es de Louis, fue Harry quien se metió a un río para rescatarlo de la piedra donde un Perseo diminuto se refugiaba para no caerse al agua, y por aquello el minino le tiene más cariño al alfa.

Louis se cambia a un atuendo más cómodo; unos pantalones de chándal negros y flojitos, y una camisa básica de algodón del mismo color. Se lava las manos y entonces empieza a cocinar.

Pone la pasta a hervir, pica brócoli, zanahoria, pimientos, cebolla y ajo. Condimenta la carne y prepara una salsa de tomate con caldo de verduras y un montón de especias. Huele bien. No es un buen cocinero, pero cada día se esfuerza más por preparar comida sana que no le sepa a cartón o a césped.

Deja la salsa cocinándose a fuego bajo con los vegetales integrados y un par de minutos después tocan el timbre de la casa.

"¡Ya voy!" grita desde la cocina lavándose las manos rápidamente, pues las tiene sucias con restos de tomate y aceite.

Abre la puerta y con ello recibe a un Harry sonriente y a su esencia fuerte. Muy fuerte.

"Hola," lo saluda el alfa abrazándolo y dándole un beso en la mejilla.

Café tostado.

"Hola, pasa. Puedes bañarte ya, si quieres. Apestas a sudor," le dice y cierra la puerta cuando está adentro.

"No es cierto. Huelo bien." Asegura el alfa, confiado, y Louis quiere contradecirlo y empezar una pequeña pelea tonta, pero no puede, porque tiene razón. Huele bien.

No solamente eso, sino que el maldito se ve bien a pesar de estar sudado y visiblemente cansado. Lleva unos shorts que le llegan encima de las rodillas, una sudadera deportiva y tiene los rizos desordenados retenidos por una bandana.

¿Desde cuándo se ve así con esa ropa?

"También huele bien la cena," agrega Harry. Y tú, por supuesto, piensa.

"Es pasta. Báñate y te sirvo."

"Bien, ya voy. ¿Dónde está Purrseo?"

"Perseo." Lo corrige Louis. "Creo que salió al patio."

Hipopituitarismo - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora