ᴛᴏᴋɪᴏ ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ [One Shots]

Ken Ryuguji

Ya siganme culeris 🍄

Rayis hombre <3 (me encanta cuando es hombre, siento que los escribo mejor kqkdjns)

Estrellas

   
       

—Si me caigo y muero quedará en tu consciencia para el resto de tu pelona vida, te lo advierto. —di un paso firme pero inseguro hacia delante.

No veo nada, tengo una venda que cubre mis ojos y a mi corpulento y sensual novio detrás guiandome hacia quien sabe dónde. Se que subimos unas escaleras, varias para ser exactos.

Me aferró a su brazo con la excusa de que tengo miedo de seguir caminando y morir.

—No aproveches la situación para manosearme. —rió roncamente por lo bajo.

«Chispas, y yo que pensé que no se había dado cuenta»

—Ví la oportunidad y la aproveché, no puedes culparme.

—Ya casi llegamos pervertido. —ahora me tomo de la cintura y me pegó a su cuerpo.

—¿Y ahora quie es el pervertido?

—Solo cállate y sigue caminando. El que hables mucho me pone nervioso.

Sonrió para mis adentros, lo imaginé sonrojado y desvíando la vista hacia otro lado por más de que yo no puedo verlo ahora mismo. Tan tierno.

—Así que te pongo nervioso, eh?

Lo sentí frenar y alejarse de mi cuerpo durante unos minutos.

El repentino sentimiento de vacío me hizo poner la piel de gallina.

—Era broma, me gustas así de pervertido y nerviosito cariño, no me dejes solo en medio de la nada —me quejo pero parece no servir de nada ya que no oigo respuestas de su parte—. Ya en serio, no es chistoso Draken, sabes que no me gusta quedarme solito en lugares que no conozco.

No puedo sacarme la venda hasta que él lo diga, ¿qué tal si me la saco y aparece un zombie o algo así? No gracias quiero morir pero no por algo tan ridículo y vergonzoso como un zombie.

—Ya puedes sacarte la venda lindura. —dice por lo bajo con vos ronca a los cinco minutos.

Ay mamá luchona de los gatos, ¿Por qué le diste una voz tan sensual a este tipo?

Me quito la venda despacio pero aún mantengo mis ojos cerrados, me da miedo ver qué hay.

—La idea era que abras los ojos luego de quitarte la venda, no que lo dejaras cerrados.

—Ya lo sé, solo déjame tomarme mi tiempo, ¿okey?

—Por supuesto.

Está vez sí abro los ojos y lo pirmero que detecta mi pésima vista, es una manta sobre el suelo lleno de pétalos de margaritas.